No sé si es algo común que le sucede a cualquier escritor/a. Tal vez solo sea falta de técnica o formación. Mi pepito grillo de la escritura ataca de nuevo y él no es nada agradable. Impostor le llaman algunos, aunque no creo que sea eso. Es el cerebro perfeccionista o el cerebro tarado, diría yo. Incluso escribir aquí me está costando, todo es cuestionado por el señor 🧠 Aquí dejé una pequeña reflexión en Instagram:
Es que me puse a organizar fotografías de otros años, con tal de no ponerme con la escritura. Tras la fase de búsqueda de ideas 💎🔍 (¡qué me encanta!) y la creación de la escaleta para la nueva novela, me dispongo a escribir. Tres páginas llevo y ya me he cuestionado la edad de los personajes, el tono, el narrador y su punto de vista... ¡Así no se puede!
¿Por qué no puedo escribir sin más? Porque convivo con una mente dispersa y cuestionadora. Y cuesta. Cuesta mucho acallarla y fluir.
Querido diario,
Ya es miércoles. Qué novedad. El tiempo pasa raudo y veloz, como no. Dicen que cuanto más mayor eres, más rápido te parece que va todo.
Se cree que nuestra percepción del tiempo comienza a acelerar el paso del tiempo, a consecuencia de la reducción de la producción de dopamina en el cerebro impactando en nuestros relojes internos.
Pero hoy no voy a escribir sobre el tiempo, sino sobre libros y lectura. El año pasado leí mucho, mucho, mucho. Según Goodreads 39 libros. Me encanta leer desde siempre😊y me hace muy feliz. Cualquier texto que cae en mis manos termina devorado sin remedio. Sin embargo, no he comenzado el año siendo muy lectora. Terminé el quinto tomo de Harry Potter, La orden del Fénix, que se me hizo eterno (llevaba con él desde noviembre) y tengo varios libros pendientes, quien dice varios, dice cientos.
Este es el motivo por el que nadie me ha regalado libros estas navidades😭Por mi promesa interna de leer todo lo que tengo pendiente (en físico) antes de que vengan nuevos libros a casa. Y eso es bastante. Veamos. Además, de Los niños de la ciudad oscura, Doctrina que muestro en la portada, tenemos:
De tito King:
La torre oscura VII
Colorado Kid
El visitante
El instituto
Varios:
Los niños de la ciudad oscura, Disidencia
Dar a sombra
1984
Un mundo feliz
La villa de las telas
El caballero verdugo
Entre otros, y el Kindle mirándome mal desde una esquina👀 mientras comienzo el sexto tomo de Harry Potter, el misterio del príncipe. ¡Tanto por leer! Pero no puedo quejarme, porque me fascina. Lo que pasa es que ahora mismo estoy haciendo un informe de lectura de una novela histórica-romántica. Está bastante bien, sobre todo muy bien escrita, aunque es un poco espesa y eso requiere de toda mi atención. Leer, anotar, redactar el informe... Lleva tiempo y esfuerzo. Por lo que me quedan pocas ganas de ponerme a leer después.
En cuanto a escritura lo llevo mejor. Estoy preparando la escaleta (o esqueleto) de la nueva novela (que pretendo escribir en gallego para enviar a la editorial Galaxia). Imaginar y crear personajes o lugares es muy divertido, a pesar de que las ideas a veces se me amontonan de una manera un tanto peculiar. Nunca he hecho una escaleta, ¿crees que lo conseguiré? Al menos he logrado definir personajes principales y los tres primeros capítulos.
No sé qué más escribir hoy por aquí. ¡Ah, sí! La bombona de butano al fin ha llegado, gracias a mi insistencia. He estado muy indignada con este tema😅😠
Lo de @Repsol ya es de risa... Hoy vuelvo a llamar a la distribuidora y que sí, que ya avisan al repartidor. Allí sigue mi bombona esperando ser respuesta👀 desde hace una semana
Hasta la próxima página del cuaderno (tal vez queden algunas en blanco, quién sabe, escribir por la tarde no es muy inspirador)
¡A más leer!
Querido diario:
Hoy es lunes. Muchas personas lo odian. Para mí significa un comienzo. El principio de la semana. Nada tiene de especial con respecto a otros días, es solo que cuesta un poco más arrancar, pero también te sientes más fresco tras descansar el fin de semana. Eso si puedes descansar, claro. Hay gente que trabaja todos los días, incluso aunque no trabajes como tal, la mente y el cuerpo siguen funcionando (por suerte)
El tiempo no se detiene. Es así porque insistimos en medirlo. Sin prisa y sin pausa vamos a todos lados corriendo, escapando del reloj o acompañando su infinito tic tac.
En esta nueva página del diario de escritora tendría mucho que contar, sobre todo, qué es eso del "Diario de escritora", de dónde viene y a dónde va. Sin embargo, tengo pendiente de editar un vídeo que grabé el viernes pasado en el cual lo explico (con mayor o menor acierto). Siempre he creído que me expreso mejor por escrito que hablando, pero a veces se me acumulan los pensamientos. Pretenden salir todos al mismo tiempo y no los puedo controlar. Las palabras los ordenan, ya sean dichas en voz alta o escritas.
Esta mañana se presenta un día típico de invierno por aquí. Cielos nublados, 7ºC de máxima y nubes esperando para descargar la lluvia. Los que creen que en Galicia llueve a todas horas se equivocan un poco, aunque en estas últimas semanas debo darles la razón. A mí me gusta la lluvia. Resulta inspiradora la mayoría de veces, excepto cuando te mojas y no puedes cambiarte de ropa, claro.
Cuando llueve el suelo se moja y la mente permanece en calma, escuchando el repiqueteo constante de las gotas sobre el suelo.
Mi gato Loki está como loco (Loki loco) jugando. Diez años va a cumplir en agosto. Dicen que con el paso de los años los gatos se van tranquilizando y ya no juegan tanto, sin embargo, Loki tiene una energía digna de envidia. Solo quiere que le hagan un poco de caso. Me temo que mientras escribo esto, ya se ha cansado. La edad no perdona, que dice el otro.
El café no puede faltar. No porque sea lunes, sino porque ¿cómo se empieza un día sin él? Quedan muchas horas por delante. Y mucho por hacer.
Nos encontraremos en la próxima hoja del diario.
¡A más leer!
(Esta entrada fue escrita el 28/10//2020, pero la siento muy próxima o se acomoda bien a cómo me encuentro actualmente. Por eso la he subido hasta el día de hoy)
Me levanté hoy dispuesta a volcar en esta entrada todos los pensamientos enredados que habitan en mi mente. Son las 13:17 del mediodía y lo único que he hecho es un poleo menta (no soy muy fan de las infusiones, pero cuando empieza el frío es la única manera de obligarme a beber agua para no deshidratarme). Todo lo malo es empezar, supongo. El caso es como poner orden en este caos mental (caso-caos-caso-caos) y que se entienda lo que quiero decir. ¿Qué lo entienda quién? Aquel que lo lea, por supuesto. Me preparo para una entrada larga, infinita, ecuménica que seguro no va a leer completa ni el tato y yo tan feliz (si acaso llegas al final, déjame un comentario para saber que estás ahí conmigo).
Vengo a contar algo que tiene que ver con la escritura, con todos los proyectos que emprendo y rara vez acabo todo sea dicho de paso. Una sensación que me persigue desde hace unos meses, que no podía comprender y que al fin, tras tiempo de reflexión conmigo misma (mientras friego los cacharros sobre todo ¡abajo el lavavajillas!) puedo intentar echarla fuera cual bola de pelo gatuna.
He solicitado audiencia con la Mónica del pasado, aquella que empezó a navegar por los lares de internet ya bien mayorcita. También con la Mónica del futuro. Estas dos no necesariamente tienen que estar adelante o atrás (futuro-pasado) quizá estén solo superpuestas mirándome con sendas caras de bobas y preguntándose: ¿qué estás haciendo con tu vida, Mónica del presente?
Me siento atrapada, como si alguien estuviese corriendo detrás de mí y yo me esforzase por correr y correr hacia ningún lugar. Sin duda no es más que una metáfora, nadie está corriendo pensando en atraparme (eso espero). No quiero ser un Leonardo di Caprio de la vida escapando de Tom Hanks (Catch me, if you can). Podría achacarse esta reflexión a que he entrado en los treinta y cinco años hace unos días, una buena cifra, pero lo cierto es que este runrun dentro de mí ya viene desde antes.
En este año 2020 muchas personas piensan y reflexionan sobre temas en los que antes no reparaban, sobre todo por la pandemia que ahora nos acompaña y que no solo ha modificado nuestras vidas sanitariamente sino también social y culturalmente de una manera cada vez más progresiva. Es un tema que daría para otra entrada igual de extensa que esta. Sin embargo, mi reflexionitis aguda viene conmigo desde hace más tiempo que esta época #covid en la que nos planteamos qué será de nosotros en un futuro no muy lejano. En fin, que lo que quiero decir es que, es tan necesario reflexionar que deberíamos hacerlo todos los días y a todas horas. En la antigüedad, los filósofos salían a la calle a exponer sus pensamientos, sus creencias y extender sus teorías, quien sabe si acertadas o no, al menos comunicaban algo. Hoy, en la era de la comunicación por excelencia o al menos en la era de la accesibilidad a esa comunicación, hemos dejado de pensar.
-¿Pero tú no ibas a hablar de escritura y esos menesteres? -pregunta la Mónica del pasado, siempre sonriente.
Sí, lo que ocurre es que se me mezclan los temas y creía necesario explicar porqué esta entrada tiene el título que tiene. Dicho lo cual puedo proseguir. Ahora son las 18:09 de la tarde. Dejé la entrada a medias, a medias como la mayoría de proyectos que inicio y voy a contar porqué. Verás, desde bien pequeña me han gustado multitud de cosas, a veces ninguna tiene que ver nada con la otra, que si música, que si lectura, que si escritura, que si me pongo a estudiar una carrera a los 26, que si investigación, que si criminología, que si programas de radio, talleres de escritura, lectura, reseñas y recomendaciones, que si instagram, fotografía, viajes, blogs... Podría seguir. El problema no es que me gusten diferentes temáticas o que tenga muchas aficiones ¡qué va! eso es solo una bendición, en mi opinión. El caso es que cuando estoy emprendiendo algo (como mi idea de crear un Océano Literario oh sí, con entrevistas a escritores, reseñas, tesoros y pamplinas) después ese algo se me queda grande, siento terriblemente como si un señor o señora con un látigo invisible estuviese detrás de mí diciendo:
¿Has escrito ya algo para el Océano Literario? ¿Has leído el libro? ¿Aún estás así? Hoy no has publicado nada. Las visualizaciones van de culo. Nadie te lee. Estás perdiendo el tiempo. ¿Qué haces que no estás con las cosas del Océano?
Y quien dice Océano dice cualquier otro asunto. Empecé a preguntarme si realmente lo que estaba haciendo era por gusto o era una obligación. Y sentí esto último. Algo que me horrorizó demasiado, tanto como para llegar a la destrucción del Océano. Porque sí, aunque nadie me obligaba, yo lo sentía así, como "has creado esto, ahora ponte a trabajar en él". Creí que sería buena idea hacer un sitio más pequeño en donde subir las reseñas de los libros que iba leyendo, pero ¡sorpresa! Me ha vuelto a pasar lo mismo. No disfruto leyendo, es como si viviera para el algoritmo. Lo cual me parece descabellado, quiero leer porque me gusta leer. Quiero disfrutar leyendo, no pensando en cómo voy a escribir la próxima reseña. No quiero estar pensando cada vez que leo, quiero poder incursionar en la historia sin buscar errores de trama o de estilo.
Llegué a una conclusión muy verdadera: haces demasiadas cosas a la vez Mónica del presente. Y ya saben el dicho: el que mucho abarca, poco aprieta. Creo que es tan cierto que no sé como no me lo he tatuado ya en alguna parte del cuerpo. Editando una novela, haciendo un curso de corrección de no sé qué y esperando por otro de desarrollo de videojuegos (¡ya ves!), pensando en crear un blog de antropología, proyectos de investigación, meterme en el nanowrimo con una historia sin preparar, gestionar el Twitter, el Facebook, el Instagram y no solo los míos sino los de una banda de música... Tocar el piano, aprender a componer canciones, hacer un taller de escritura gratuito para escritores, publicar el libro de marketing, montar una antología de alguna temática en particular, escribir una novela en gallego, escribir post para la web principal (esta) cuidar de la casa, del gato, hacer la compra, cuidar del novio, descansar...
Está claro que lo que no he sabido hacer en toda la vida es organizarme. Siempre maravillada por como otras personas conseguían finalizar lo que empezaban o podían estar haciendo una única cosa al mismo tiempo y tan felices. Antes, y si no que lo diga la Mónica del pasado aquí presente, pensaba que no podía hacer solo una cosa sin aburrirme, es decir, creía que si me ponía solo a editar (por ejemplo) me iba a amargar y no podría continuar adelante. Hoy día, serán los 35, creo que lo mejor que se puede hacer es acabar una cosa y luego comenzar con la otra. No dudo de que se puedan gestionar varios asuntos al mismo tiempo y que se llegue a ser productivo, pero en mi caso he llegado a un punto de saturación tal que me he tenido que replantear: ¿qué demonios estás haciendo con tu vida?
Con la Mónica del futuro tuve la charla más seria. He estudiado una carrera y me he graduado, mi intención principal es descansar este curso de los estudios, en la medida de lo posible, y matricularme el próximo curso (si todo va bien) en el máster de Antropología. Quiero seguir estudiando, maldita sea, aunque ahora no sea el momento porque no me sentía capacitada a seguir después del mal trago que me supuso el trabajo de fin de grado.(trago-grado-trago-grado). Quiero dedicarme a lo que he estudiado, escribiendo libros, investigando, llevando a la antropología al lugar que se merece (utopía spoiler) y eso solo lo podré conseguir si me centro y no me disperso como mantequilla untada sobre pan caliente (a lo Bilbo Bolsón).
Poner en orden mis ideas me parecía fundamental. Dejarlo por escrito también. Quizá ayude a alguien o no. No me importa si esto no lo lee nadie. Pero creo que hoy en día todos estamos demasiado preocupados por compartir lo que hacemos (escribimos en este caso) y que nos lean. Ya no se sabe para quien escribimos, ¿para nosotros mismos? ¿para el vecino? ¿por un like? Recuerdo la Mónica del pasado ingenua, con su blog en el que ponía sandeces y ¡lo feliz que era! Ahora parece que tenemos que vivir adecuando cada palabra, cada gesto, cada respiración a lo que el mundo se supone que espera de nosotros.
Abogo porque cada cual haga lo que más desee internamente. A veces no es fácil discernir qué es sobre todo cuando te gustan demasiadas cosas o no sientes clara una vocación. Tampoco se trata de ser, sino de estar, de estar en paz, en calma, sin agobios o con los mínimos posibles, disfrutando de todo cuanto venga...
Siento que estoy en un momento trascendente de mi vida, que ni siquiera puedo contar a nadie por miedo a no saber explicarme o más bien a que no me entiendan. Son las 18:36 creo que me voy a merendar.
Hubo una época en la que escribí un poema, inspirado en una estrella fugaz. Ella, poetisa. Me apetecía compartirlo por aquí y así queda registrado de algún modo, ya que mi querida Loren encontró la servilleta sobre la que está escrito desde hace años. Solo podía recordar la primera estrofa (atención a la gran rima):
Hendías el firmamento sin reparar siquiera,
en que alguien desde la tierra verte pudiera💫
Pero gracias al hallazgo, hoy puedo escribirlo al completo ❣️
Hendías el firmamento sin reparar siquiera,
en que alguien desde la tierra verte pudiera.
Al sentirte observada, penetrante la mirada,
decidiste era el momento, descender y dar
un escarmiento a quién miraba con desdén
y gallardía, eso así no quedaría.
Iniciabas la bajada, pero antes de la llegada
tu luz ya se apagaba,
tal era la fuerza que franqueaba la venganza
contra aquella cruel mirada.
Y en la boca del mirón una O se formó,
"una estrella fugaz" repetía,
al mismo tiempo que te extinguías.
Un deseo formuló,
como es costumbre hacer,
lo que no imaginó
es que jamás te volvería a ver.
Como no creo que vaya a terminar ninguna lectura más de las que están en curso, voy a dejar por aquí este booktag de fin de año con las lecturas de 2022. Este booktag lo vi en el canal de Youtube de "El búho entre libros" con doce premisas (una por mes transcurrido). Al final de la entrada dejaré todos los libros que leí, con enlaces a las reseñas 💙 Así podréis descubrir a autores y autoras maravillosos. Debo decir que leí 39 libros (según GoodReads) y entre ellos, 31 son de autopublicados o de pequeña editorial.
✨ ENERO: Primer libro que leí en el año.
Misterios de Ferrolterra de Rober H. L. Cagiao. Esta lectura me acompañaba desde diciembre de 2021 y lo terminé comenzando enero.
✨ FEBRERO: Libro más corto que leí en 202.
Ser Iadoc, un relato de ciencia ficción de 26 páginas, escrito por Christian Calero Samoral
✨ MARZO: Autora favorita del 2022.
Un descubrimiento mágico, Irene Sitjas Esplugas (más conocida como Dragoncita enfadada) y su El dragón que vino del hielo me encandiló desde la primera página. Volvería a leer cualquier cosa que ella escriba, porque de verdad es muy buena.
✨ ABRIL: Libro infantil favorito.
Corazón de Hielo. No es que hubiera demasiadas lecturas infantiles entre mis libros leídos, pero este de Raquelita Gómez podría considerarse infantil. Una lectura muy amena.
✨ MAYO: Libro con una portada bonita.
Además de un interior exquisito, Legado (antología benéfica de varios autores) tiene una portada preciosa y muy reveladora.
✨ JUNIO: Audiolibro favorito de 2022.
No he escuchado ningún audiolibro en 2022. Me temo que mi falta de concentración me lo impide 😅
En comparación entre el número de páginas (256) y el tiempo que me llevó, diría que Harry Potter y la piedra filosofal. Para mi propia sorpresa me puse a leerlo por primera vez en la vida y en tres días lo terminé. Una lectura muy ligera y entretenida.
✨ SEPTIEMBRE: Un autor nacional que leí en 2022.
Esta premisa es de las más complicadas, porque he leído muchos😅 Voy a decir a mi paisano y casi vecino Jordi Cicely y su Mariela envenena mis sueños.
✨ OCTUBRE: Un libro de terror.
Momentos casi perfectos para morir, un compendio de 66 relatos, de Pilar Alvarellos Lema. Me gustó mucho y también la manera en la que descubrí a la autora🖤
✨ NOVIEMBRE: Libro que quiero leer antes que termine el año.
Los niños de la ciudad oscura, Doctrina. Actualmente leyendo (página 127 de 460) El segundo volumen ya me está mirando mal desde la estantería...
✨ DICIEMBRE: Un libro con el mejor final.
Sin duda, me dejó con la boca abierta y con ganas de saber más. Somonime de Silvia Moreno.
TODAS LAS LECTURAS (CLIC EN CADA TÍTULO PARA LEER LAS RESEÑAS)
Historias sencillas y entretenidas, al estilo Javier Núñez. Historias de vida de tres mujeres que podrían ser cualquiera. Admito que el primer relato me sorprendió mucho (y hasta me reí) y con el último me alegré de la decisión de la protagonista.
Bien narrados, me gustó mucho el uso de la primera persona en el tercer relato.
Me han gustado mucho todos los relatos, escritos de una manera sencilla y directa. A destacar el de "De por qué las señoras van al aseo de dos en dos" me produjo escalofríos.
Me sigue recordando al videojuego de la PlayStation 2 ¡cómo olvidar a ese basilisco con mirada petrificadora! Pero sigo admirando también la habilidad de la escritora para enganchar a esta trama sencilla y a la vez compleja que presenta nuevos personajes con mucho acierto. Lo que más me llama la atención es que centra todo en los personajes y sus acciones, no usa al narrador para decirle al lector qué piensa cada uno, excepto en algunos puntuales momentos, si no que, a través de lo que hacen los personajes tú vas dándote cuenta de cómo es cada cual.
Como digo, es muy sencilla la manera de narrar. Pero igualmente efectiva.
Al principio se me hizo un poco lento (en comparación a los tres anteriores) pero a partir de la mitad ya no pude dejar de leer. El final es muy triste, lo recordaba de la película, pero es mucho más trágico cómo está narrado. Las últimas declaraciones de Dumbeldore hacen que se note ese paso hacia una trama más oscura ... Me gusta.
Un día de octubre, navegando por los inhóspitos lares de Facebook, me encontré con esta portada que veis ahí arriba. Muy sugerente, la señora de mirada perdida en la estación de tren consiguió atrapar a la mía. El título tampoco dejaba lugar a dudas, se trataba de una novela demasiado interesante para dejarla escapar. Me puse en contacto con el autor y le pedí un ejemplar, como quién dice fue mi autorregalo de cumpleaños (me salté un poco mi promesa de no comprar libros hasta terminar los pendientes👀 pero bien mereció la pena). Lo que más me llamó la atención, además de la sinopsis llena de interrogantes, es que sentí que tenía algún tipo de conexión con la novela que estoy editando ahora mismo, La ventana de Nora. Y era un sentimiento muy acertado.
Sinopsis
¿Y si mañana despiertas y te subes sobre el aroma de un café para viajar a un pueblo pequeño? ¿Y si mañana sales a pasear, apartas delicadamente con las manos las cortinas que separan la rutina de las nuevas experiencias y te adentras en la vida de una mujer llamada Julia Ferrán? ¿Y si la coges de la mano y dejas que te guíe por sus aciertos y errores; por sus miedos y sus sueños; por las venas que recorren sus recuerdos? ¿Y si te cuenta un secreto? ¿Y si le prestas tu abrazo cuando llore? ¿Y si te ríes con ella?
¿Y si mañana visitas un fragmento del mundo por el que nunca habías pasado? ¿Y si, de repente, te descubre una historia común y, no obstante, única en los detalles? ¿Y si mañana es hoy?
Mi opinión
La novela comienza con una narración en tercera persona del presente situándonos en el año 2010, algo ha ocurrido en el pueblo donde transcurre parte de la acción y enseguida vamos a averiguar el qué. Esta narración en presente resulta muy directa y entrar en la historia se convierte en algo sencillo y natural. Los capítulos son cortos y vamos conociendo a nuevos personajes. En realidad, esta historia me parece centrada en los personajes 100%, no vamos a descubrir unas largas descripciones sobre lugares o hechos históricos, que tampoco tendrían mucho sentido, para lo que quiere transmitir el autor. Por ello, tal como está, me parece ideal.
En breve descubrí que hay una (gran) historia dentro de la historia, y es que, Y si mañana, es en realidad el título del libro escrito por Julia Ferrán, la protagonista indiscutible de la novela. Ella es escritora y decide escribir su vida para que su hija Susana sepa qué ocurrió.
Ahora la narración cambia a primera persona y acompañamos a Julia desde bien pequeña, pasando por los momentos más importantes vividos. Amor, desamor, muerte, miedo, mentiras, enfados, aprendizaje, trabajo, amigos... Lo que compone una vida, en definitiva.
Por momentos es como estar leyendo una biografía de alguien a quien acabas de conocer, pero la manera de narrar de Julia (más bien de Miquel) atrapa y mucho. ¡No querrás dejar de leer! Aunque yo sí que me detuve antes del final, porque no quería que terminase.
—¿Qué quiere usted que haga? —Lo que te diga el corazón. Escúchalo cuando estés en silencio. Él te dirá lo que debes hacer.
Intensa en emociones y muy bien hilada, con grandes frases para el recuerdo y mucho aprendizaje, a menudo un tanto simple, pero lo simple es también efectivo. La gente es así, cometen errores, los intentan solucionar y acaban haciendo algo peor.
Hay muchas referencias a escritores y títulos de libros de autores y autoras que, seguramente, son amigos de Miquel. Como Julia es escritora, todo gira en torno a esa vida del escritor que logra triunfar con su libro y vive de ello, algo con lo que muchos escritores soñamos, pero también se ve la parte menos agradable del triunfo, tener que estar siempre disponible para las firmas de libros o la fama.
Un día topé con la Cuesta de Moyano, sus casetas repletas de libros de segunda mano. Creí que iba a volverme loca de alegría. Pasaba esas horas leyendo los títulos, rebuscando, preguntando por algún autor en concreto. Desde ese día no he dejado de acudir siempre que he podido, ampliando mi biblioteca. Soy de las que creen que, el dinero invertido en libros, es dinero bien aprovechado. (Julia Ferrán, Y si mañana pp.253)
Concuerdo mucho con Julia.
Sin más, no puedo dejar de recomendar esta novela a todas aquellas personas a las que le guste leer novela contemporánea, donde aparecen personajes fuertes y decididos, sin miedo a nada. A las personas que quieran descubrir emociones bien escritas y representadas y que se dejen llevar por el autor.
¡Enhorabuena!
Mi puntuación subjetiva
🌹🌹🌹🌹🌹 / 5
Datos de interés sobre la obra
Primera edición: septiembre de 2022 Diseño: Julia Sanchís Valero Edita: Miquel Sanchís Valero Edición: Tapa blanda con solapas, digital (en Amazon) Número de páginas: 488 Género-temática: Narrativa, contemporánea, ficción femenina
Ayer vi una pregunta por Twitter: ¿cuándo empezaste a escribir? Supongo que uno empieza a hacerlo cuando aprende a hacerlo. En la escuela. Tengo varios recuerdos, igual de falsos y verdaderos. El cerebro 🧠 los modifica a voluntad según pasa el tiempo.
Mi madre me contaba que mi profesora de párvulos (Mabel) me daba pesetas (¡de aquellas!) porque me portaba muy bien y comprendía todo rápidamente, en especial lo que tuviera que ver con las letras. Más adelante, leía en voz alta las noticias del periódico cuando iba con mis padres a los bares. No tenía acceso a distintos tipos de libros, de diferentes temáticas o géneros, pero la colección de cuentos Disney de los años 90 se desgastaba bajo los ávidos ojos lectores de mi hermana y míos (y las orejas, pues también traía casetes). Sin embargo, había otra cosa que me gustaba mucho, incluso más que las letras: la música. Mi profesora del colegio en primaria, al ver mi facilidad con la flauta dulce, le dijo a mi madre que me apuntara al conservatorio del pueblo y así fue. A los diez años, casi once, comencé a aprender solfeo y más tarde, un instrumento musical. Pero esa es otra historia.
Mientras, en el colegio no me iba mal. No recuerdo estudiar en casa, ni hacer los deberes, imagino que los haría y aprobaba todo con PA (no existían entonces las calificaciones numéricas, ni los notables y sobresalientes) progresa adecuadamente.
El acceso soñado a libros de ficción lo encontré en la biblioteca del colegio, pero entonces ya me gustaba inventar historias en mi mente. Una rica imaginación me permitía jugar en soledad sin aburrirme, además estaba mi hermana, con otra imaginación desbordante, una libre imaginación, que decíamos. No había demasiadas cosas con las que distraerse, la tecnología no estaba a nuestro alcance (no porque no existiera, sino por otras causas). Escuchábamos la radio y en verano grabamos nuestro propio programa de radio en un casete que llevábamos a todas partes: radio dúo calavera. Si hubiera sido hoy, tendríamos un pódcast o un canal de YouTube. ¡Qué vergüenza!
Volviendo al hilo central de la entrada matutina de lunes (me ha dado por ahí) ¿cuándo comencé a escribir? No lo sé. Una historia más o menos coherente apareció en una libreta (seguramente del colegio, mal aprovechada) Tommy, el que nunca duerme. En alguna parte he contado la historia de esta historia, valga la redundancia, ya que uno de los relatos de Sueños de otro mundo está inspirado en esa primera "novela" de la juventud. Imagino que si hubiera tenido recursos a mi alcance, como los tenía con la formación en música, podría haber aprendido mucho más sobre el arte de la escritura. Para mí resultaba (y resulta) algo natural unir las frases y construir algo que no existía antes. Como dice Sanderson, lo mejor de la escritura es crear en donde no hay nada. Inventar.
Los escritores nos sumergimos en nuestros mundos y nos dedicamos a algo que nos apasioan. Porque escribir es fascinante. No quiero ponerme demasiado místico, pero tieneas una página en blanco y creas algo a partir de ella. Brandon Sanderson. Pag. 25 en "Curso de escritura creativa" (2022)
Puede que no tenga la prosa más fluida, ni la más cuidada. Hay mucho que mejorar (pero mucho, mucho). Mi experiencia escribiendo se basa en prueba y error. Lectura y más lectura, porque antes de escribir, amaba (y amo) leer lo que otros escriben. Y fijándome en eso fue cuando comencé a escribir mis propias historias. He aprendido en este mundo literario a partir de mi observación constante, en los libros que leo, en la búsqueda de información a través de internet, en la preparación por mi cuenta y sobre todo: escribiendo.
Lo mejor que podéis hacer para mejorar en la escritura es adoptar la buena costumbre de escribir con regularidad. Brandon Sanderson. Pag. 20 en "Curso de escritura creativa" (2022)
Hoy en día hay demasiadas distracciones (no como antaño que me sentaba a los pies de la cama con la única compañía de un bolígrafo y una libreta —tal vez algún gato— y escribía sin más). Que si crear contenido, que si ver este u el otro vídeo, que si editar lo que ya está escrito... ¿Y cuándo escribes? ¿Cuándo practicas el noble arte para el que crees que estás predispuesto? Pues ahora mismo, en esta misma entrada. Pensando también en abrir el "Taller de la escritura" que un día ideé en mi mente, quizás como lugar en el que escribir, practicar y contarnos experiencias.
Escribir para qué... Dice el título. Puede que no sepa el para qué, pero sí el por qué: para liberar todas esas historias que permanecen encerradas en mi mente, porque siempre lo he dicho, nadie puede imaginar lo mismo que tú. Puede que algo similar (todo está inventado) pero jamás será igual. La idea central sí, pero los detalles son únicos de cada mente.
Escribo porque lo que hay en mi mente nadie más puede escribirlo.
Y tú, ¿por qué escribes?
Una vez más, retorno a casa de la mano de una nueva historia de este autor y amigo. Ya lo comentaba en la reseña de los tres libros que componen estos "Misterios de Ferrolterra". Volver a casa, no importa el tiempo que pase, es siempre especial. Y otra vez, Rober consigue atrapar al lector entre las páginas de una nueva historia, la cuarta de Ferrolterra: A Irmandiña.
Un asesinato sacude los cimientos de la Navidad en Ferrolterra. El empresario Laureano Ponte aparece muerto bajo los muros del Castillo de Moeche. Y lo más extraño es el arma del crimen, ha sido golpeado con una tabla que simula en forma de juego de azar los recorridos de las Guerras Irmandiñas del siglo XV.
Desde ese momento el equipo de la Avenida de Vigo, ayudados por Paola, Portela o Costoya emprenden un viaje en el tiempo en busca del origen de la leyenda que da veracidad a la tabla y todo lo que le rodea y que les llevará a descubrir un secreto que lleva oculto varios siglos.
El Camino de Santiago, la tradición Celta, el ara de Antealtares. las intrigas eclesiásticas y una nueva revolución en las calles serán los ingredientes del IV volumen de la Saga de Misterios de Ferrolterra.
Mi opinión
Como siempre, la acción empieza enseguida y pronto nos vemos envueltos en una trama llena de misterios por resolver, por algo son los misterios de Ferrolterra. En esta ocasión con un plus de historia, que poco a poco descubrimos de la mano de los distintos personajes que aparecen. Por si te preguntas qué es eso de "A irmandiña" Rober te lo contará muy bien durante el desarrollo de la novela. Eso y mucho más.
En general, no me esperaba tal cantidad de datos, que por otro lado son interesantes y permiten conocer la historia gallega además de una de ficción. Combinar estos dos elementos puede ser un acierto o un error, según a quién se dirija el libro. Si no te gustan los libros históricos quizá no termine de convencerte A Irmandiña, pero créeme si te digo, que no es nada espeso y que todos los datos aparecen de una forma tan progresiva que no te darás ni cuenta de ello.
Los personajes, que ya conoces si vienes de leer los anteriores libros o la saga de El guardián, siguen siendo tan especiales como siempre. Se sufre con ellos y se ama con ellos.
Esta vez podría haber sido distinto, pero si hubiera pasado no sería ella, Paola Gómez.
Me encantó ese detalle de los títulos donde los refranes míticos del imaginario gallego van dando paso a cada nuevo capítulo. Esos capítulos con la longitud perfecta para enganchar y al mismo tiempo leer con fluidez. ¡Atentos a la cantidad de diálogos que hay en esta novela! Eso hace que sea todavía más ágil y que se rescaten muchas frases para el recuerdo.
Hace años que había muerto para todos. Y un muerto no puede asistir al entierro de otro muerto.
Siento que es el final de esta saga por todo lo que acontece (tendrás que leer) y espero (y sé) que no sea lo último del autor, que anda por ahí embarcado en la promoción de su obra. ¡Digno de admirar! Ojalá pueda seguir leyendo y disfrutando todo lo que escriba.
Puntuación subjetiva
🌹🌹🌹🌹🌹/5
Créditos de la novela
Primera edición: noviembre 2022 Editorial: Knowmadas Books info@knowmadasbooks.es Diseño de cubierta: Monagus Design Diseño y maquetación: Monagus Design Edición: Tapa blanda, tapa dura y digital (disponible con Kindle Unlimited) Número de páginas: 304 Género: Policíaca, misterio, histórico
En septiembre participé en una lectura conjunta con este hermoso libro "Legado", una antología compuesta por treinta y un textos de diversos autores y géneros, cuyo eje fundamental son nuestros mayores y sus recuerdos. Organizada por Tessa y Cometa, tras la exitosa Renacer, nominada a dos Ignotus en el 2021. Todo lo recaudado por esta antología "Legado" va para la ONG Grandes Amigos que elabora y teje lazos con personas mayores que se enfrentan a la soledad e incertidumbre.
Os dejo con los comentarios que fui haciendo de cada relato y una pequeña introducción. Ojalá os animéis a leer esta antología (disponible en Amazon) y disfrutar.
Divagaciones
Ayer me leí la carta al lector y las palabras de Grandes Amigos y debo comentar que me encanta lo que habéis hecho, un sincero homenaje a todos aquellos que han vivido antes que nosotros. Esa última frase de la carta al lector: *su legado somos nosotros* me encantó 💙 y es muy cierto.
De verdad que esta labor de dejar un libro así para el futuro, con ese título tan auténtico y reuniendo los sentimientos de personas diferentes, es una bendición. Mil gracias 😊
Por otro lado, tengo una cierta obsesión con los recuerdos, que perduren en el tiempo, a cada paso siento que estoy creando uno nuevo que se desvanecerá igualmente, sin embargo, prevalecerà si alguien lo recuerda.
No he tenido abuelos ni abuelas de esos/as que deberían durar para siempre, a uno no lo conocí, a otra no la traté, los que estaban más cerca tampoco fueron importantes por diversos motivos... Pero sí que he conocido a muchas personas mayores durante mi vida que se han merecido este sentido homenaje a lo que han sido. A sus vivencias.
Algo se remueve en mi interior cuando observo a una persona mayor, cada arruga no simboliza el paso del tiempo, sino un recuerdo más en su mente. Olvidar eso, todo lo que han sido, me parece la mayor crueldad de la existencia, por suerte, siempre hay personas como vosotros para recordarlos🖤
RELATOS
1. Gruja Güena (Ana Escudero Portal) Me gustó mucho ese microrrelato. Cuando lo leí pensé "qué gran escritora", con pocas palabras inspira una ternura increíble y hace más verdad que nunca eso de que algunos abuelos/as deberían ser eternos. Nunca había leído nada de Ana, pero seguro que no es lo último.
2.El legado de los elfos (Ainhoa Cortón Asenjo)
Mágico 🪄La manera de almacenar los recuerdos al final me parece exquisita, eso sí que es un auténtico legado. Está muy bien escrito y es difícil en un relato hacer una buena estructura para la trama, sin embargo, Ainhoa lo consigue sobradamente.
3.Las arrugas del mandil (Francisco Martín) El título es bestial 😍 y el poema no se queda atrás.
·Hay ojos que solo te devolverán la mirada desde una fotografía antigua·
😭😭😭😭
4.Pedazos (Carmen Sánchez) Unos "pedazos" de verdades condensadas en unos pocos párrafos. Tan cierto y triste a la vez...
5.La eternidad de los recuerdos (Cometa Nozal Moralejo) El inicio del relato me recordó a una escena muy dramática que viví en un entierro. El sentimiento de Isidro me llegó en forma de ese recuerdo con la pérdida de su mujer. Es un personaje memorable, de esos que piensas "ojalá existiese alguien como él".
6.Dos inviernos (J.M. Zar) Me encanta la narración en primera persona, le da mucho poder al relato, y el personaje que representa tan bien y tristemente todo lo que debió ser el Covid en las residencias de mayores🥺Chispito se ganó mi corazón ❤️
7.Reminiscencia (Lidia Díaz Rascón) Sencillamente perfecto, incluso en su corta extensión, me hubiera gustado que fuese una historia más larga, un libro de 1000 páginas.
8.La memoria del corazón (Héctor Roda Segarra). Una historia muy tierna, con recuerdos del pasado y un abuelo muy valiente.
9.Recuerdos de madrugada (Jesús Durán Durán). Aunque los poemas no son lo mío, expresa muy bien el sentir de esas personas que tanto trabajaron, ¡y sin quejarse! Me encanta el último verso💜
Muchas canciones ya se han perdido
objetos antiguos que la vida te desprende
pero queda un hondo recuerdo sentido
que de los abuelos siempre se aprende.
10.El último baile de Annabelle (Almudena Misis de la Torre) El amor y la importancia del apoyo familiar. De nuevo la muerte que reúne corazones rotos🌱Muy bien escrito.
11. Hay un extraño en mi bosque (Laura Morales Arguijo) En pocos párrafos Laura consiguió hacer que un escalofrío recorriese mi cuerpo, qué sensación tan desoladora, olvidar quién eres.
12. Una noche al año (Anna G. Morgana y L. Green) Encantador relato y sugerente, esa narración en tiempo presente me conquistó y también el final 😊
13. El arte de recordar (Teresa Plaza García) El tiempo-transporte es genial 😻 ojalá poder viajar así como Luz y sobre todo obtener todos esos aprendizajes. Narrar en presente y en pasado en el mismo texto y que quede bien es difícil, pero aquí lo veo bien armonizado. Teresa al final 💘
14. Las dos bodas de Margarita (María Peláez García) Los malditos adverbios -mente, me sacaron bastante de la lectura (los odio) pero lo perdono porque la historia habla de valentía y amor. Lo difícil que debió ser poder amar a quien quieras en otras épocas y lo bien que lo evoca Margarita abuela. Al final vive la vida de su nieta a través de su felicidad, la que ella no pudo tener. Muy lindo.
15. El cielo es contigo (Jon Gisasola) Me parece un sentido homenaje y además muy bien escrito.
16. El paraíso en Coralis (Dany Monabang) ¡Guau! No me esperaba para nada ciencia ficción por aquí. Me recordó por momentos a la película Chappie por eso de fusionar la conciencia con lo artificial. En comparación a los otros relatos que leí hasta ahora se me hizo un poco largo, aunque la historia me gusta y daría para una buena novela (los adverbios terminados en mente 🔪)
17. Suena el despertador (Norberto Alonso Sevilla) Corto e intenso a la vez.
18. Tortilla de patata (Irene Calle García) Los recuerdos en forma de olores son de lo más poderosos... Ay, la tortilla de patata de las abuelas🤤 ¡Qué bonito legado! Me encantó el agradecimiento y esa persona que le dije a Irene: no dejes de escribir. Qué gran acierto esas palabras.
19. Ocaso (Juan Hernández Rodríguez) Una reflexión muy serena y clara, una despedida a la vida. Felicidades por transmitirlo tan bien.
20. La habitación rosa (Sandra León). Qué bonita historia. De cómo los lugares también guardan a los recuerdos y a las personas.
21. Náufrago de un mar de trigo (Marta Inés Rodríguez) Cualquier tiempo pasado fue mejor. Eloísa trae a su memoria los recuerdos, el tiempo pasa y ella permanece. ¡Tan linda! Me gustó mucho.
22. Reloj de arena (Rain Cross y Tamara López) Qué suerte poder leer a estas dos magníficas escritoras juntas😍en este breve pero intenso relato👌
23. Momentos (Pirra Smith) Una muestra de que el amor no tiene edad, ni tampoco el sexo, aunque sea con ayuda. Aprovechando todos los momentos, nunca mejor dicho, de la vida. Muy tiernos.
24. Aún lo soy (Mario Durán) Qué natural este relato. Espero que se ponga bien😭seguro que sí.
25. Te daré mis recuerdos (Jordi Escoin Homs) No me ha gustado demasiado este relato y no sé muy bien por qué 😔 Es solo que no me ha dicho nada, lo siento 🙇🏻♀️
26. De tripas corazón (Rebeca Fernández Román) Un bonito poema, como siempre yo y mis problemas con la poesía, que en general no me agrada, no es culpa de quién la escribe sino de quién no la sabe apreciar, yo, en este caso 😅
27. Un viaje solo de ida (Alys Marín) No he podido disfrutar apenas de este relato, en particular por un exceso de "que" y la conjugación regulera de algunos verbos en ciertos momentos. La historia me parece original, y que sea cifi me llama, pero siento que podría estar mucho mejor narrada (sorry)
28. Cualquier tiempo futuro (Carlota Beaosain) Me tatuaría la frase "De alguna forma nos vamos sin terminar de irnos" 😍 Tan cierto... Bella frase para una bella historia.
29. El zarzuelista olvidado (Zahara C. Ordoñez) Está muy bien escrito y además su originalidad destaca entre los demás. Diría (si no lo he dicho ya) que es uno de los mejores de la antología.
30. Huida de la luz (Rocío Steveson) Lo mismo que dije de los otros poemas, admiro mucho a quién es capaz de transmitir sentimientos a través de este género tan difícil.
31. Bucle (Libertad García) Me ha encantado este relato, tanto que me gustaría leer más de la autora.
Homenaje: 😭Yo pido por toda la gente que debería leer esta antología.