Want to read something good? You won't find it on the front bestseller table at your bookstore, but it's new, and will be there. THE CHALK MAN, by C.J. Tudor. If you like my stuff, you'll like this.
— Stephen King (@StephenKing) February 20, 2018
"¿Quieres leer algo bueno? No lo encontrarás en la mesa de bestseller de su librería, pero es nuevo y estará allí. EL HOMBRE DE TIZA, de C. J. Tudor. Si te gusta lo que escribo, te gustará".
Claro, con esas palabras los lectores constantes del rey del terror, no pudieron evitar acercarse a la obra de Tudor. Ella misma reconoce que es fan de Stephen King desde los doce años. De hecho, una de las cosas que más me llamó la atención de este libro es el gran parecido que tiene con IT sobre todo en los personajes y los tiempos de narración, pasado y presente.
Estamos en 1986, junto a un grupo de amigos formado por Eddie, Hoppo, Gav el Gordo (bien podría ser el Ben Hascom de It o quizá Richie ya que hace imitaciones) Metal Mickey y Nicky (pelirroja, maltratada por su padre, ¿no te suena a Beverly?) Cuatro niños y una niña con características similares. Y no termina ahí, es que además viven en un pueblo, Anderbury, que podría ser Derry. En dónde algo truculento los unirá y hará que de alguna manera vuelvan a reunirse en el presente (2016)
Más allá de las comparaciones (que siempre son odiosas) no creo que realmente se parezca al estilo de King, al menos no al de la época de It, quizá sí más al de ahora que le ha dado por escribir novela policíaca. Porque El hombre de tiza es más bien esto último. El prólogo es muy sugerente y directo. Una introducción digna que invita a seguir leyendo, por supuesto:
"La cabeza de la chica descansaba sobre un montón de hojas de color naranja y marrón. Sus ojos almendrados contemplaban con fijeza las copas de los sicomoros, hayas y robles, pero no veían los vacilantes rayos del sol que se colaban entre las ramas y salpicaban de oro el suelo del bosque. No parpadeaban cuando los brillantes escarabajos negros correteaban sobre sus pupilas. Ya nunca verían nada, salvo la oscuridad"
Acto seguido la narración cambia y se convierte a primera persona. A partir de entonces acompañaremos a Eddie, tanto en su versión de niño de doce años como de adulto en 2016. Ver solo a través de sus ojos, le confiere a la historia esa incertidumbre tan necesaria en este tipo de libros, porque hasta que él descubre algo, el lector se queda a la expectativa. Al final de cada capítulo, la autora te deja con la duda y cambia de tiempo. Te lleva por donde quiere.
Presenta también a personajes memorables como el señor Halloran, La Chica de la Ola, o Sean Cooper (poniendo nombres también se parece a King) y situaciones que por momentos me recuerdan a "El cuerpo" de Las cuatro estaciones, primavera verano. ¿Escrito por quién? ¡Eso es! Stephen King. Como digo no es la manera de escribir lo que me recuerda al maestro, sino las situaciones y personajes. Para no desvelar gran cosa, os dejo con la sinopsis oficial:
Todo comenzó el día del terrible accidente, durante la feria, cuando Eddie, de doce años, conoció al Hombre de Tiza. Fue el Hombre de Tiza quién le dio la idea de los dibujos, una manera de intercambiar mensajes secretos entre su grupo de amigos. Fue divertido hasta que los dibujos condujeron al cuerpo sin vida de una niña. Sucedió hace treinta años y Ed creía que todo había quedado olvidado, sin embargo, un día recibe una carta que contiene solo dos cosas: una tiza y el dibujo de un muñeco. La historia se repite y Ed se da cuenta de que el juego, en realidad, nunca terminó...
La historia se va enredando cada vez más (hasta un punto que perdí un poco el hilo👀 ) y los que parecían sospechosos dejan de serlo para convertirse en el más insospechado (nunca mejor dicho). El "nada es lo que parece" aquí es muy cierto. Y es esta novela una de esas que debes leer dos veces para captar todas las sutilezas, una vez que conoces la verdad.
Hubo puntos que me encantaron, como la descripción de algunos momentos que realmente consiguieron ponerme los vellos de punta:
«Seguía sin ver a Mickey por ninguna parte..., pero vi otra cosa. Un dibujo en una lápida plana cerca de las puertas de la iglesia. Ya empezaba a desteñirse y desdibujarse a causa de la lluvia, pero me llamó la atención porque estaba mal. Fuera de lugar, aunque me resultaba familiar. Me acerqué. Se me erizó el vello de las extremidades y tuve la sensación de que el cuero cabelludo me apretaba el cráneo».
La sensación del personaje está descrita de manera brillante y en general toda la historia mantiene el mismo tono. Por poner algo que no me haya gustado, es que a veces hay "enseñanzas" bastante vacías (para mí) que parecen metidas con calzador para llegar al lector. Si eres un lector complaciente te gustarán, a mí se me quedan un poco forzadas y sencillas, aunque he doblado algunas hojas para marcarlas.
Creemos que queremos respuestas. Pero lo que queremos en realidad son las respuestas correctas. Así es la naturaleza humana. Hacemos preguntas que esperamos que nos conduzcan a la verdad que queremos oír.
Mis cinco rosas vayan para la señora Tudor. Para mí no es la nueva Stephen King de Reino Unido, King siempre habrá uno y nada más, pero es cierto que me gustaría seguir leyendo otros libros.
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