Algunos dicen que este es el primer libro de las crónicas de Narnia, entre esos algunos me hallaba yo, creída por completo que aquí iniciaba la saga de los siete libros de C.S Lewis. El león, la bruja y el armario fue el primer libro publicado (1950) pero el orden cronológico lo sitúa en segunda posición por detrás de «El sobrino del mago» que fue publicado cinco años más tarde (1955) en donde se cuenta el origen de Narnia. La verdad es que el orden de publicación es una buena manera de entrar a esta saga de fantasía juvenil. Según el propio Lewis en respuesta a la carta de un acérrimo fan:
“Estimado Laurence. La serie no fue planeada de antemano. Cuando escribí “El León, la bruja y el armario” no sabía que iba a escribir más. Luego escribí “El príncipe Caspian" como secuela y todavía no pensaba que habría más, y cuando hice “La travesía del crucero del alba” me sentí bastante seguro de que sería el último libro. Pero descubrí que estaba equivocado. Así que tal vez no importe mucho el orden en que alguien los lea. Ni siquiera estoy seguro de que todos los demás hayan sido escritos en el mismo orden en que fueron publicados. Nunca tomó notas de ese tipo de cosas y nunca recuerdo fechas”.
El caso es que en mi casa hace años que existe un ejemplar de El león, la bruja y el armario de la colección Planeta D'Agostini y el otro día me dio por leerlo. (Saltándome la lista de libros pendientes por leer en papel que seguro no llego a leer nunca 🙏🏼) Es una historia sencilla (muy sencilla), muchos dirán que incluso infantil más que juvenil, y la verdad es que sí. La introducción al mundo mágico a través del armario es natural y nada fantasiosa de la mano de la entrañable Lucy. El narrador se vale de ella para expresar algunas emociones de la niña, pero también de Edmund o Peter, e incluso de la Bruja de Hielo.
Ese invierno perpetuo como síntoma de todo lo que está mal en Narnia me recordó a mi propia novela El reino de Cartón (2021). Debo decir que no me inspiré en Las crónicas de Narnia para nada, de hecho me sorprendí bastante al leer lo del invierno perpetuo e imagino que puede haber lectores que crean que lo copié, aunque sí has leído el final de El reino de Cartón sabrás que no tiene nada que ver.
Un clásico: Presenta ese objeto, en este caso el armario, conector de realidades por donde los niños llegan al mundo mágico y se encuentran con que está en problemas. Ellos ayudan a salvarlo, e incluso forman parte de una profecía antigua.
Es un lenguaje tan cercano que incluso el narrador se dirige a veces al lector, como una madre o un padre contándole un cuento a su hijo o hija antes de dormir. Porque eso es lo que es, un cuento, pero no necesariamente solo para niños. Pienso que los adultos con mente abierta y sin problemas de imaginación pueden disfrutarlo más incluso.
El desarrollo de la historia es muy lineal, no hay grandes conflictos ni tramas complejas, como buen cuento que es. Se echa en falta más información sobre Aslan o Narnia, pero eso es algo que hasta Lewis consideró (y por ello más adelante escribió El sobrino del mago)
Es una historia mágica, de esas que quieres saber más y me alegra que haya otros tantos libros (dicen que después se vuelven más oscuros) con criaturas y personajes memorables. Volveré por Narnia. A la menor brevedad. Tal vez el señor Tummus o el señor Castor tengan a bien invitarme a tomar algo por allá.
⭐⭐⭐⭐⭐ / 5
Lo que más me gusto: la imaginación y su poder. Crear un mundo mágico de una manera tan sencilla.
Lo que menos me gustó: eché en falta más información sobre Narnia, pero sé que está en los otros libros.