Entrevista a... Juan Antonio Jiménez, el escritor tecnooptimista • Escritores Conectados XIII
1. ¿Quién eres? Cuéntanos un poco sobre ti.
Nací en Madrid a mediados de los 70 y desde muy jovencito siempre me gustó leer. Mis primeras novelas fueron las propias de esa época: Los Tres Investigadores, Los Hollister y aquellos clásicos de aventuras que tenía por casa que eran adecuados para un chaval tan joven: Miguel Strogoff, La Isla del Tesoro, Los Tres Mosqueteros, pero también otros como 20.000 leguas de viaje submarino, Viaje al centro de la Tierra o De la Tierra a la Luna que me enseñaron a ilusionarme con las maravillas científicas que Julio Verne había mostrado a sus coetáneos. Ese sentimiento, de que la ciencia y los avances tecnológicos sirven para mejorar la vida y resolver los problemas a los que se enfrenta la humanidad siempre me ha acompañado. Se podría decir que soy un tecnooptimista y así queda reflejado en mis historias.
Seguí leyendo. Creció mi curiosidad y crecí yo. Mis intereses se multiplicaron pero, desde el principio, mi vocación fue científica, aunque sin descuidar las artes y las letras. Como resultado acabé estudiando matemáticas, pero también pinto cuadros y escribo.
No puedo negar la influencia de Asimov en mi juventud, a tal extremo que muchos de mis escritos están imbuidos por el espíritu amable y optimista del viejo escritor de ciencia ficción. Está en mi naturaleza estar siempre de buen humor y no me enfado con facilidad y, de alguna manera, esa forma de ser se contagia a las historias que escribo, y sin quererlo, suelo acabar transmitiendo un cierto optimismo sobre el futuro.
2. ¿Cuándo, cómo y por qué empezaste a escribir?
Nunca había pensado en escribir una novela. Siempre he escrito cosas menores por gusto propio. Me gusta mucho compartir conocimiento y cuando aprendo algo, lo suelo plasmar en manuales o tutoriales que pongo a disposición de los demás. Así en 1999 la editorial Prensa Técnica S.L me acabó encargando un libro de HTML y páginas web. También escribía artículos sobre los temas que me interesaban, o de carácter profesional. Y durante años alcanzaron cierta notoriedad entre mis colegas mis sonetos navideños, pero siempre fue de forma lúdica. Nunca pensé en escribir narrativa en serio.
Hace un par de años, por aquello de controlar mi sobrepeso y combatir mi sedentarismo, salía a pasear con frecuencia. Para mí es un estado en el que mi mente divaga sin un destino fijo. Y un día, pensando en la evolución, en nuestros ancestros y en el hecho de que compartimos un porcentaje muy importante de ADN con la hierba o un insecto, especulando sobre el porqué, se me ocurrió una idea. Era tan genial y original que me puse a darle vueltas y a desarrollarla. Con cada paseo la iba enriqueciendo. No me podía creer que, con todo lo que leo y estudio, no me hubiera topado con ella antes. Era una idea estupenda para una novela, y me dije «¿y por qué no la escribes tú?»
Pertenezco a esa generación con una formación muy generalista donde cualquiera puede escribir. Terminar la enseñanza obligatoria te facultaba para desempeñarte con relativo éxito en muchas disciplinas. Así, que con cierto desconocimiento de dónde me iba a meter, tomé la decisión de escribir la novela. Mientras, seguía con mis paseos, enriqueciendo la trama y a los personajes. El problema es que mi mente ramifica ideas de forma arbórea y me topé con que debía contener aquella eclosión o la trama principal se iba a ramificar demasiado. Cribé, expurgué subtramas y simplifiqué, todo esto en más de cien paseos, sin haber escrito una sola línea aún.
El día que me senté a escribir salió todo seguido del tirón.
3. ¿Qué sentiste al ver tu primer libro publicado?
Solo tengo dos libros, uno técnico y otro de ficción científica y han mediado veinticinco años entre los dos. Con el primero sentí una satisfacción enorme. Solo que me lo encargaran fue un auténtico subidón. Pero ahí tenía un grupo editorial detrás que se encargaba de todo. Sin embargo, con Mutagénesis Convergente es otra sensación, porque en este lo he hecho todo yo: desde la cubierta hasta la maquetación. Sé que el libro es excepcional, que la idea es muy buena, tengo muchas referencias de personas a las que les ha encantado, y los grados de acabado en maquetación y cubierta son profesionales. Para mi es un motivo de orgullo saber que he podido llevar a cabo esta novela con ese grado de acabado en cada una de sus competencias. Sé que esta novela está llamada a convertirse en un éxito, pero sería presuntuoso pensar en algo inmediato. Con el paso del tiempo todo llegará.
4. ¿Cuál es tu proceso de escritura?
Mi proceso creativo se divide en dos fases: una muy larga, paseando, y otra más breve frente al ordenador. Comienzo paseando, donde pienso la historia en mi mente; en sucesivos paseos, voy esbozando la trama y un buen desenlace; más paseos, desarrollo la trama y los personajes; más paseos, doto de ciertas aristas y complejidades; últimos paseos, donde doto de orden, repaso y reordeno.
Tras eso llega la fase frente al ordenador, donde escribo un borrador del índice y enumero toda la trama de principio a fin en forma de lista de elementos. En los siguientes días frente al ordenador escribo toda la historia del tirón, que ya habrá tiempo de corregir el estilo a posteriori.
Luego el clásico proceso iterativo de dejar reposar la historia, para distanciamiento de la misma, y lectura y reescritura hasta que uno queda satisfecho.
5. ¿Editorial o autopublicación?
Hay que reconocer que una editorial especializada te lleva a sitios a los que difícilmente podría llegar como autopublicado. Por ejemplo, te puede traducir con garantías y poner en el mercado internacional. Pero yo no tuve esa suerte. Durante mi periodo de búsqueda de editoriales acabé muy desgastado, y acabaron pagando justos por pecadores. Se intentaron aprovechar de mí varias empresas y los contratos que me ofrecían tenían un rasgo en común y es que ninguno arriesgaba nada. Se ponía el libro en preventa y si alcanzaba un número de ventas, se publicaba. Huelga decir que esa masa crítica de ventas se cubriría fácilmente con familiares y amigos, pero lo que más me echó para atrás fue tomar consciencia de que nadie apostaba por mí. Y ahí fui donde yo decidí autoeditarme. Si alguien tenía que apostar por mí era yo y dejarme de tonterías. Y sí, digo autoeditarme y no autopublicarme porque decidí que el éxito o fracaso de mi novela solo dependería de mí.
Ya tenía muchos conocimientos de maquetación impresa de cuando fui director de una revista, La Gatera de la Villa, y ya poseía conocimientos de maquetación web. Al fin y al cabo, un eBook no deja de ser una página web compactada en un fichero ePub. Así que decidí abordar todas las fases por mi cuenta y adquirir los conocimientos que me faltaran por el camino. Así, al menos, habría aprendido algo.
A día de hoy soy un autor autoeditado. Aunque en esta segunda edición de Mutagénesis Convergente que acaba de ver la luz, he comprado ISBN de editorial con la finalidad de poder distribuir también en librerías a través de Azeta. Esta editorial, con la que ya existía una colaboración cordial, ha amparado la calidad del libro bajo uno de sus sellos editoriales, con lo que espero que me abra algunas puertas que hasta ahora tenía vedadas como autor autoeditado.
6. ¿Qué tal se te da el marketing para vender tus obras? ¿Crees que es necesario?
Fatal. Se me da fatal. Me da vergüenza ir a las ferias y ofrecer mi libro a los transeúntes o hablar de mi novela en las redes sociales. Lo que hago es leer mucho y a otros autopublicados, y hablo y recomiendo los libros de otros que me han gustado, con la esperanza de que esos mismos autores hablen de mí. Y oye, en muchos casos funciona.
Me parece que uno mismo hablando de su libro no suele tener relevancia. Ojo, que estoy convencido de que mi libro es muy bueno y creo firmemente que le gustaría a la mayoría de la gente, pero sé que si lo digo yo no va a tener el mismo resultado que si lo recomienda otra persona. Debo agradecer mucho a esos lectores que arriesgan su tiempo y su dinero en leer un libro de un desconocido, pues el tiempo es el bien más preciado que tenemos. Luego, la mayoría se sorprenden gratamente y hablan muy bien de él en las redes sociales, que para mí es el mejor marketing que se puede tener. Que lectores satisfechos digan que les ha sorprendido el libro.
Por otro lado, debo aprender a aprovechar estas oportunidades que nos brindáis personas como tú, en forma de entrevista. Es muy de agradecer y seguro que gracias a ella, algún lector acabará conociendo Mutagénesis Convergente, y quien sabe, a lo mejor le acaba dando una oportunidad.
7. ¿Te gustaría vivir de la escritura? ¿Piensas que eso es posible hoy en día?
No, no, por favor. Esto lo hago por puro divertimento. Es como cuando pinto cuadros. Lo hago porque me apetece, porque me gusta y me lo paso bien. En general, en la vida no suelo adoptar un papel de espectador. Disfruto mucho más «haciendo» que «viendo». Por ejemplo, me gusta el teatro, pero me parece mucho más divertido participar en una obra que verla. Sin embargo, si se convirtiera en un hábito, me aburriría, sentiría que no puedo hacer lo que quiera cuando quiera y, rápido, encontraría otros intereses.
En ese sentido, con la escritura me pasa lo mismo, la disfruto porque no es una obligación, porque puedo abandonarla durante meses y volver cuando quiera, porque sé que si paseando se me ocurre una idea excepcional para otra novela, sentiré la necesidad de escribirla. No siempre tengo un proyecto de novela entre manos.
8. ¿Qué opinas de las Inteligencias Artificiales de escritura, como Chat GPT, crees que podrían llegar a reemplazar a los escritores humanos?
Si aún hay competencias en las que la IA no es capaz de superar el desempeño medio de algunos artistas, esa barrera se desdibujará con rapidez. Hay mucho dinero encima de la mesa para que sea así, para hacer que una industria no dependa de sus trabajadores. Da igual la industria: libros, programadores, conductores, músicos, ilustradores y un largo etcétera. Me figuro que aparecerán nuevas regulaciones de la UE, que desaparecerán muchos trabajos y que se plantearán que esos agentes IA coticen a la seguridad social u otro tipo de gravámenes. Sospecho que tarde o temprano se llegará a eso.
El verdadero peligro de la IA es el sedentarismo intelectual.
Pero para mí, el verdadero peligro de la IA es el sedentarismo intelectual. Y es que las personas dejarán de esforzarse intelectualmente porque una simple consulta en el móvil les dará la respuesta. Igual que dejaron de aprenderse números de teléfono el día que tuvieron acceso a la agenda del móvil, o igual que dejaron me memorizar cómo ir a un sitio nuevo por primera vez porque disponían de Google Maps, muchas personas dejarán de esforzarse ante determinadas circunstancias, volviendo a las personas más «vagas» ante problemas que requieran un poquito. En general, serán personas menos resolutivas y más dependientes de la tecnología.
Sin embargo, no creo que lleguen a reemplazar a los escritores o a los artistas en el sentido de que habrá personas que lo sigan haciendo. Crear es una necesidad de expresión artística para muchas personas, y que una IA pueda hacerlo igual de bien, o mejor, no va a ser argumento suficiente para que esa persona deje de hacer aquello que le gusta: dibujar con la tablet, escribir o hacer canciones. Dentro de poco, un cuadro mal pintado tendrá más valor que uno bueno, porque con el malo tendrás la certeza de que será artesanal. ¡Ya lo verás!
9. ¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando en la escritura? Algo que te hubiera gustado saber cuando tú comenzaste.
Rodéate de escritores a los que les guste compartir sus conocimientos. No te de miedo preguntar pues no hay preguntas tontas. Huye de los dogmáticos y engreídos. Busca grupos de escritores con buena voluntad, donde crecer juntos y con quien establecer lazos de apoyo simbióticos. Intenta aportar siempre a los demás. Pero sobre todo juega, diviértete, haz relatos y preséntate a concursos. Deja que te corrijan tus colegas y compañeros. Ve eligiendo a tus lectores beta entre los que más te enriquecen. Y cuando vayas aprendiendo, comparte tus conocimientos y devuelve a la comunidad ayudando a otros
10. Cuéntanos algo sobre tu próximo proyecto.
En este momento no tengo un proyecto grande entre manos. Escribo relatos por divertimento y para mejorar mi escritura. Pero sí tengo un sueño. Algún día me encantaría que Sue Burke tradujera Mutagénesis Convergente al inglés y me introdujera en el mercado anglosajón. Me he fijado el objetivo de que el día que alcance los 1.000 ejemplares vendidos, venceré mi vergüenza y me pondré en contacto con ella para ofrecerle el proyecto. Aún me queda un poquito más de la mitad, así que tengo tiempo.
Podéis encontrar Mutagénesis Convergente en Amazon en tres ediciones (kindle, tapa blanda y tapa dura), en bibliotecas y para préstamo digital en eBiblio en numerosas comunidades autónomas. Ahora mismo estoy ultimando los detalles y espero que en breve se pueda adquirir en librerías.
Muchas gracias, Monika, por esta entrevista.
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