A menudo pienso en lo extraño que es el mundo digital. Nos encontramos con personas que de otro modo nunca conoceríamos, o sí. Casi todos los días recibo algún correo de alguien preguntándome cuestiones sobre la publicación en Amazon o asuntos más técnicos de maquetación o procesos de escritura. Me encanta responder y ayudar en todo lo que puedo, sin ningún interés, solo porque sí. Un día, no hace demasiado tiempo, recibí una respuesta en mi formulario de contacto, un tal Segismundo Bombadier me preguntaba sobre la incrustación de imágenes en columnas de texto. Lo primero que pensé fue: ¡vaya nombre tan raro! Más adelante descubrí que era un pseudónimo. El buen hombre había echado un buen vistazo a mi página web y alababa mis tutoriales de Scribus en YouTube (así llegó hasta mí)
Segismundo se esforzaba para maquetar su novela en Scribus, estaba aprendiendo de manera autodidacta con mis tutoriales y su constancia. Intercambiamos algunos correos con dudas sobre el programa y algunas cuestiones personales. Cuando me dijo la edad que tenía me sorprendió aún más que su nombre postizo, ¡digno de admiración, sin duda! Me contó también que llevaba toda la vida dedicado a la televisión como periodista y que le hacía ilusión sacar su novela en formato revista más bien para sí mismo, que otra cosa.
A menudo él resolvía sus propios problemas y se respondía a sí mismo, sin que yo tuviera que intervenir. Me agradó mucho conocerlo, aunque conocerlo es decir bastante. Pero saber de sus inquietudes y un poco de su vida.
Entonces hubo un momento en el que me dijo que leería Ciudad Gris, me confesó: hace mucho que no leo este tipo de novelas y al empezarla temí encontrarme con un rollete que me había comprometido a leer. Él solito se había metido en el lío, pero ambos salimos victoriosos.
Hace solo unos días me envió un correo que me emocionó. Me dedicó una entrada en su revista digital Agroicultura-Perinquiets, que ahora me gustaría compartir con todos vosotros. El titular me dejó ojiplática: Mónika Feren, instructora de novelistas. Yo no diría tanto 😅 No solo hizo una reseña de Ciudad Gris, sino que repasó mi presencia online, en YouTube y referenció varias de las cosas que emprendo por aquí en la página web.
>>Leer aquí<<
Sus palabras me hicieron muy feliz, porque siento que a veces pierdo el rumbo. Me pregunto para qué hago esto o para qué hago lo otro, si de verdad merece la pena el esfuerzo (en cualquier área) Y luego llegan personas como Segismundo y traen esa brisa de aire fresco y renovado. ¡A alguien le han servido mis tutoriales! ¡A alguien le ha gustado mi novela!
Quería compartir su entrada por redes, pero me parecía tan escaso que me brotó esta reflexión. Uno no sabe quién está al otro lado de la pantalla, ni a quién puedes ayudar en un momento dado gracias a esta maravillosa tecnología que nos conecta.
0 Comments
Gracias por leer y comentar 🌹