Hace tiempo que sigo a Manu Franco en las redes sociales, bien activo en Youtube, Twitch, Twitter, organizando Kmleon Books, escritor... En fin, un máquina. ¿Qué por qué os escribo de Manu Franco hoy? Veréis, es de recibo darle crédito a los creadores, en el ámbito que sea y él es un gran creador y comunicador. Vi un día en su canal de YouTube El Domingo Libro (recién bautizado) cómo se preguntaba y respondía a sí mismo en una suerte de repaso anual. El día 12 del 12 a las 12 graba unas preguntas para el Manu del Futuro, no solo a nivel literario, también más generales. El Manu del futuro ha de responderlas. Aquí os lo cuenta mejor:
La idea de cápsula del tiempo siempre me ha fascinado, dejar algo guardado y recuperarlo con el paso de los años. En el caso de Manu se deja unas preguntas, en mi caso me dejaré una serie de propósitos que quiero cumplir para ver si al final del año que viene, Mónica del Futuro ha sido capaz de llevarlos a buen término. Me refiero a propósitos literarios, ya que lo personal es personal y eso irá al diario íntimo, el de verdad, el que se escribe de puño y letra✍🏻
Iba a hacerlo en formato vídeo, pero en el último momento decidí dejarlo por escrito. ¿Por qué? Te preguntarás. O no, a lo mejor no te preguntas nada. Verás, grabar y editar vídeos me encanta, pero en comparación a escribir una entrada o hacer un post, me lleva muchísimo tiempo, tiempo que quiero dedicar efectivamente a escribir. ¿Y qué hago al crear una entrada? Pues escribo y es lo que quiero, al menos de momento.
Querida Mónika del futuro aquí te dejo un listado de propósitos y preguntas. No te agobies, ni pienses ya en ponerte a hacerlos con la llegada de enero (un mes siempre muy fructífero, después va en declive constante)
El propósito principal es escribir. Escribir en todas sus formas y maneras. Esto quiere decir también aventurarse de cuando en cuando a escribir un relato para una antología, un artículo para una revista literaria y cosas así, además de entradas para la web. ¿Cuánto escribiste?
Escribir, editar y traducir al gallego la novela de fantasía juvenil que comenzaste en el año 2023 precisamente: "El tesoro de las gárgolas" (Ánimo) ¿Lo conseguiste?
¿Qué paso con la novela que escribiste en 2021-2022?
¿Empezaste algún proyecto nuevo, ya sea en solitario o en conjunto?
¿Publicaste las antologías pendientes? (Seré breve, Dosis de Terror, Dosis de Ficción...)
Queridos lectores de este diario caótico a ratos, excelso (los menos) a otros: ya estamos en mayo, por increíble que parezca, cada vez más cerca del ecuador del año en curso. Como contaba en esta entrada con gran detalle (Escribiendo otra novela) estoy intentando terminar una historia para presentarme al Premio Literario Amazon. El plazo ya está abierto (del 1 de mayo al 31 de agosto).
Empecé a escribir este libro a mediados de marzo y en abril decidí tomármelo "en serio". Escribir un poco (o intentarlo al menos) cada día. No ha ido mal, he podido construir un buen hábito, el de sentarme ante el ordenador y la temida página en blanco casi todos los días. El "casi" no es aleatorio, no he podido escribir en algunos momentos (diría que por falta de tiempo, pero quizás no es del todo cierto) Siguiendo el método del maestro Brandon Sanderson, creé una hoja de cálculo en donde llevar la cuenta del tiempo y las palabras escritas cada día:
Contar las palabras es mi forma de saber el rendimiento que alcanzo con cada sesión. Cuánto soy capaz de escribir "del tirón". Cada día es distinto, en el mismo tiempo puedo escribir más o menos. No importa la cantidad de palabras, sino las sensaciones con las que uno sale de la sesión: contento, enfadado, con ganas de seguir escribiendo (la más óptima, sin duda)
Este mes de la escritura empezaba con el documento ya avanzado, unas 10.000 palabras. Para quién no sepa de conteo de palabras y maquetaciones, diré que, más o menos, en un tamaño de libro "estándar" (6x9") y unos márgenes también típicos, serían unos cuatro capítulos (de 2.500 palabras aproximadamente) 50 páginas de libro. Ahora estoy en 188 páginas.
Tuve muchos altibajos y no pude escribir grandes cantidades de palabras en más de dos días seguidos. Aun así, tengo una buena sensación, no solo porque conseguí avanzar (lo más importante para mí) sino porque hilé la trama prácticamente hasta el final. Con enredo incluido a mitad de mes.
No comparto esto con la intención de presumir de ningún modo de la velocidad de escritura o el número de palabras escritas cada día. Es más un breve resumen de lo que fue el mes, también con respecto al ánimo. Algo que no se suele tener en cuenta. Escribir no es solo teclear, sino tener la disposición de hacerlo, o más complejo aún: querer hacerlo. Ver la meta lejana no ayuda mucho a mentes impacientes como la mía. Por eso estas reflexiones me sirven mucho, en especial, para no perder el ritmo y poder alcanzar mis objetivos.
Lo que empezó siendo un guion difuso (ni siquiera podría llamarle escaleta como tal) se ha convertido en una historia enredada de la que podré sacar una segunda parte e incluso una precuela. Una historia que pone el énfasis en los personajes y también en lo que sucede a su alrededor. Una trama que ya incluye objetos extraños:
El paraboloide emitía una
frecuencia modulada constante. Inaudible para el oído humano. Un
mensaje que aún no había sido descifrado. Los perros empezaron a
aullar en cuanto el objeto salió de la caja de protección.
Como siempre (viniendo de mí no es nada extraño) las ideas surgen y se alborotan al contacto de mis dedos sobre las teclas, viven, resucitan y nacen, al mismo tiempo. Un caos que en su absoluto desorden encuentra la paz. Crear historias es fascinante, aunque dicen que todo está inventado, ciertamente, al final no somos más que retazos de lo que vemos, escuchamos y vivimos día a día, pero no por eso deja de ser una maravilla.
Espero que mayo sea igual de fructífero y consiga terminar el primer borrador. Después llegará el segundo y el tercero, la primera corrección, la segunda, la tercera..., maquetación, lanzamiento. En fin, todo saldrá bien. ¡Nos leemos en la próxima página del cuaderno! En la que espero decir aquello de: terminé la novela.
—¿Todavía sigues respirando?
—le preguntó a Cuatro. La pega extendió sus brillantes alas
blancas y negras como toda respuesta y se giró indignada—. Vale,
perdón, me has entendido mal. Me refiero a que si aún puedes
respirar con toda esta polución.
Querido diario:
Ya hace más de un mes, publiqué una reflexión sobre mi vida de escritora, como siempre digo bastante desordenada. Mi cerebro es una autopista colapsada llena de pensamientos e ideas que intentan ser los protagonistas. Ojalá pudiese centrarme solo en una única cuestión, pero eso parece inviable en relación con mi manera de ser. Entonces, de vez en cuando, intento ordenar el caos a través de la escritura. Como no.
En esa entrada comentaba en detalle todas las cuestiones "escritoriles" en las que andaba metida, el Arboverso (¡qué ya ha salido!) la antropología, el curso de copywriting... y el intento de escribir una nueva novela. Todo mal. Mientras estaba saliendo de ese colapso en el que no encontraba el tono para la novela (o tal vez solo era mi cerebro pidiendo ayuda🧠) me puse a leer libros de escritura y me sirvió bastante. Pero otro pensamiento llegó dispuesto a colonizar y reclamar su lugar: Mónica, en mayo se abre el plazo para el Premio Literario Amazon, ¿por qué no escribes una novela y la presentas? Claro, la novela juvenil que estaba (en pasado, sí) escribiendo, no me cuadraba con este premio, porque mi intención era (o es) traducirla al gallego y enviarla a editorial 👀, por tanto, debía rescatar alguna de las miles de tramas empezadas que tengo.
Me decidí por escribir una novela de misterio, suspense, thriller, (incluso un poco de terror) un género que me gusta bastante, pero nunca he escrito nada igual. ¡Claro, por qué no, llenemos la estantería de géneros diversos! Es el #ProyectoNakamura (no soy muy fan de poner títulos que empiecen por "proyecto", pero hasta para eso me salto mis propias reglas) Creo que es un género que tiene bastante éxito en el premio literario de Amazon. (Actualización: se ha convertido en algo un tanto diferente y además estoy documentando el proceso en el canal de Youtube a través de Shorts y algún que otro vídeo que subiré)
Ver SHORT en Youtube Ciudad Gris es una novela de misterio y suspense, también tiene un poco de terror. Hay un detective en declive. Se verá envuelto en un asunto un poco turbio, quizás demasiado turbio. Con intereses políticos, mentiras y traiciones. En Ciudad Gris nadie está a salvo de lo que está a punto de suceder. Un objeto extraño, control mental, tecnologías inalámbricas... Todo eso y mucho más en Ciudad Gris.
Podría haber elegido algo ya comenzado como la siempre olvidada "En el interior del traje". Su turno iba a ser en 2021😄Cuando me dije, ¿por qué no escribes algo para el Premio Literario Amazon? ¿Os suena? A mí sí. Eso fue en mayo, un mes después de publicar El reino de Cartón. En el interior del traje tiene unas 50.000 palabras escritas, por eso pensé en ella entonces, porque empezar una desde 0 en mayo (el premio literario es entre mayo y agosto, recordad) me pareció una locura. ¿Pero qué ocurrió?
Déjame que te lo explique. En el interior del traje tiene su propia historia de creación (como todas mis historias e historietas, o casi todas) Comenzó siendo un relato "normal" (todo lo normal que puede ser algo que escribo yo) para enviar a una antología (hace mucho tiempo... demasiado 👵🏽) Contaba la historia de un padre que se queda sin trabajo y tiene dos hijos que atender. Había tenido una vida acomodada, pero todo se estropeó hasta quedarse en la miseria. Va a una inmobiliaria a pedir trabajo con un CV brillante, lleno de experiencia y formación, pero no tiene la ropa "adecuada" para la entrevista y lo echan solo por ese motivo. El hombre enloquece...
No sé qué hago hablando de esta novela, si iba a contar sobre #ProyectoNakamura.
En fin, que En el interior del traje solo era un pequeño relato. Hasta que llegó el NanoWrimo del año 2017 y escribí alargando la historia y convirtiéndola en un "monstruo" 😅 porque escribir sin pensar tiene sus ventajas y desventajas. La principal ventaja es que fluye como un río, las teclas echan humo y es muy difícil que pueda detenerme (hay días mejores que otros) La desventaja más grande es que cuanto más escribo dejando libre a la imaginación, más enredada se vuelve la historia y después controlarla se vuelve muy complejo.
No sé escribir "cosas sencillas" porque yo no soy sencilla😃 Llegué a esa conclusión después de mucho tiempo de dar tumbos de un lado a otro.
Entonces, cuéntanos, ¿por qué elegiste empezar algo desde cero, teniendo varias ideas empezadas? Verás, tengo un crítico literario interno que me dice "cosas". Debería ponerle un nombre, ¿qué tal critiquín? ¿Negativín? ¿Ideas de bombero? (Porque tiene unas cuantas) Ni un nombre decente se me ocurre. Ni siquiera tendría que estar escribiendo otra novela, como dije la idea peregrina del Premio Literario Amazon se instaló dentro de mí y no podía ser con la otra historia (que encima estaba medio atascada... ¿Bloqueín atacando de nuevo?) Una nueva historia, desde cero siempre motiva más que cualquiera a medio hacer. Eso lo saben los cerebros procrastinadores, lo saben, lo sabe el mío también.
Así, como quién no quiere la cosa, empecé el ProyectoNakamura del cual ya he desvelado el título: Ciudad Gris. He avanzado bastante, pero a Critiquín nunca le parece suficiente. "Deberías escribir más", "¿Qué es eso que estás escribiendo?". Y así. Criticón sería mejor nombre. Porque es bien 🤬 perverso y cruel. En fin, que sigo avanzando y al final de semana quizá suba un vídeo de cómo me ha ido en este mes de abril en cuanto a escritura. ¿Qué dices, Critiquín? ¿Qué no he escrito suficiente?
Era visto. ¡Nos leemos en la próxima página del cuaderno! 🗒️ Si Critiquín consiente.
Esta entrada es la transcripción de un vídeo que subí a mi canal de Youtube: Una escritora en Youtube. Me pareció interesante también ponerlo por escrito.
Si queréis ver el vídeo, podéis hacerlo siguiendo el enlace directo a Youtube. Dentro transcripción🗒️
¿Por qué voy a hablaros sobre este tema? Cuando
le dices a alguien, sobre todo si no es escritor, que estás
escribiendo un libro, imagino un diálogo tal que así:
—¿A qué te dedicas?
—Bueno, yo escribo libros.
—Ah...
Creo que muchos no saben o no imaginan qué
implica realmente escribir un libro. Tal vez se imaginen a la persona sentándose frente al ordenador y tecleando
sin más su historieta. Hay personas que piensan que escribir
un libro es muy fácil, otra gente piensa que es muy difícil, que es inalcanzable, que jamás lo podrían hacer o te otorgan un aura mística de creador de vidas.
No quiero hacer un tutorial, ni un manual de cómo escribir un libro porque cada persona tiene sus métodos y hay muchos tutoriales por ahí en internet de cómo hacerlo, de cómo no hacerlo, cuál es la mejor manera... Yo solo quiero contar, en base a mi propia experiencia escribiendo, cuáles son esas fases básicas de escritura. Tampoco todo el mundo lo hace igual, son mis fases de escritura.
He publicado varios libros y en cada uno de ellos tuve un proceso diferente, no he seguido ningún patrón. Porque en cada uno de ellos estaba en una circunstancias particulares que no tienen por qué ser exactamente las mismas en las que me encuentro ahora.
En el primero que escribí trabajaba a jornada completa, no se puede dedicar el mismo tiempo, en el segundo estaba en el paro, en el tercero no me acuerdo...
Las circunstancias van cambiando y también lo hacen esas "fases" que conforman el proceso creativo. Cambia con las circunstancias propias de cada uno y se va acoplando a lo que tú tengas que hacer, por eso son variables.
Pero hay una cosa que es indiscutible y es que cuando uno piensa "quiero escribir un libro" lo primero que hace es preguntarse: ¿qué quiero escribir?
Esa sería la primera fase.
1. Sobre qué voy a escribir, género, ambientación, personajes, tema, longitud... ✒️
Hay personas que lo tienen muy claro o ya tienen libros publicados y siguen escribiendo novelas del mismo género. Un ejemplo, los que escriben novela policial, tendrán que preguntarse cuál es la trama y los personajes de la próxima historia. En otros casos, se busca inspiración para encontrar ese tema o género que interesa, y luego estamos los chalados de turno: personas como yo que tenemos miles de ideas empezadas sin terminar y que siempre están ahí esperando su turno.
Toca decidir cuál de esas ideas vas a acoger bajo tu ala de escritor. Cómo llega uno a la conclusión de qué es lo que quiere escribir en cada momento, es una cosa un poco etérea (como este canal) Es un poco cuestión de gustos, de lo que te apetezca escribir en ese instante. En mi caso tengo muchas ideas y de diferentes géneros. No escribo solo un género...
Lo último que he escrito es novela contemporánea, digamos un drama con un toque romántica, lo anterior era fantasía clásica, tipo cuento y al principio los primeros libros fueron de terror y surrealismo.
Pensando en mi próxima novela, quería escribir algo para enviar a un editorial gallega y como tenía algunas ideas ya en mi carpeta de escritos en gallego, cogí una de ellas y dije "pues voy con esto".
Esta primera fase, la de seleccionar qué vas a escribir, es una fase bastante sencilla si ya tienes ideas empezadas o alguna pequeña base. Un poco más complicada si no sabes qué escribir. Supongo que según tus gustos propios pues se te ocurrirán muchas ideas para poder hacerlo.
2. Búsqueda de ideas 💡
Dependiendo de lo que se vaya a escribir, si ya se tiene muy claro lo que va a suceder en toda la trama, tampoco es que tengas que estar buscando ideas, simplemente saldrá la escaleta y las ideas ya las tienes. Vas respondiendo cuestiones, si por ejemplo quieres crear un mundo nuevo o hacer un sistema de magia (estoy pensando en la Fantasía) o cualquier cosa, pues es un poco más complicado.
En esta fase de búsqueda de ideas (a mí es la que más me gusta, sin ninguna duda) es cuando imaginas la historia por completo, es decir, del principio al final. Después puede cambiar, claro, pero es como hacer un croquis de la historia en tu mente, imaginando y creando nuevos personajes, metiéndolos ahí dentro de tu narración. Para mí es la parte más emocionante de escribir libros, porque es la parte que realmente me parece más creativa, más inspiradora y la más fácil, o la que menos me cuesta.
A veces se me desparrama un poco (DEMASIADO) la imaginación y aunque quiera escribir cosas sencillas... No, no, no y no. Sencillo al lado de mi imaginación no combina demasiado bien. Se me empiezan a ocurrir miles de cosas que quedarían bien (o no, pero a mí me parece que sí). Ahora he aprendido a poner un poco el freno y decir, bueno pues esto lo incluyo, esto lo quito y voy así arreglando; porque si no, claro... La culpa es de la búsqueda de ideas que es muy divertida😀
3. Pequeña escaleta, guion o resumen 🗒️
Lo siguiente que hago (cada escritor hace a su manera) es una pequeña estructura, escaleta, resumen, fichas de personajes, pensar sobre el mundo... todo lo que implica la creación de la historia, pero no la escritura en sí, sino la creación del marco donde va a estar esa historia.
Hay muchas maneras de hacer escaletas y estructuras, pero la básica sería crear una premisa, es decir, un breve resumen o una sinopsis sobre el tema principal, por ejemplo, si es fantasía: qué va a ocurrir, si va a haber un mundo mágico aparte, si va a ser ambientado en un lugar real, ficticio, mezclado, qué personajes va a haber, cuáles son los importante, cuál va a ser el antagonista... Unas preguntas mínimas que tendrían que tener una respuesta antes de ponerse a escribir en sí.
En esta fase de la escaleta es fundamental tomar anotaciones, aunque sean mínimas. Yo suelo hacerlo escribiendo a mano porque es una manera en la que me concentro mejor. Desarrollo un poco quiénes van a ser los personajes principales y la trama. Todo esto durante la fase de escaleta o estructura. Cada escritora la hace de una manera. Hay quien nunca lo hace, nada, ningún tipo de estructura ni escaleta.
Yo antes era de esos escritores, solo me sentaba a escribir con una idea mínima. Es lo que casi toda la gente piensa que hace un escritor: escribir y nada más, tan solo necesitan un procesador de textos, o una hoja de una libreta y venga a escribir historias.
Estos son los escritores llamados brújula que van escribiendo e imaginando según se le ocurren las ideas (también llamados por otros escritores de descubrimiento)
4. Escribir 🪶
La parte que menos me gusta* y la que curiosamente debería ser la que mejor se da, es la escritura. Me produce un poco de desazón según la manera en la que escribo. Hay varias maneras de enfocarlo: hay personas que escriben en una hora mil palabras, otras que una hora escriben 100 otras 200, pero nadie es mejor que nadie por hacerlo más rápido o más despacio, eso está claro. Cada escritor escribe como le parece o le sale, hay personas que simplemente describen la escena en sí y no están narrando sino que solo están haciendo una pequeña descripción de lo que escribirán después. Normalmente yo escribía bastante rápido, pero no muy bien.
Es decir,como estamos en la fase borrador, escribo frases que a lo mejor no están bien hechas (estructural o grtmaticalmente) (mi hermana dice que tampoco está tan mal) Esa manera de escribir me permite avanzar más rápido en la escritura porque escribo mucho más y no me detengo a pensar cosas que me hacen daño.
Esas cosas que mi cerebro se pone a pensar si intento escribir despacio, como por ejemplo: esta frase es una 💩, este personaje es panoco, yo no sé qué hago escribiendo esta novela y por qué no estoy escribiendo otra novela... Con la de ideas que tengo (eso pasa mucho) Este tono del narrador me está sonando fatal, me suena tan repipí. La verdad es que la respuesta a estas preguntas podría ser: sí, esta historia que estás escribiendo es una porquería, no la historia sino cómo la estás escribiendo, la historia tenía potencial pero la acabas de arruinar, querida. Entonces estas cuestiones me hacen daño y detienen mi proceso creativo.
Por otro lado, si escribo rápido tenemos otro problema, Houston, en la fase de edición. Que sería la próxima, tras acabar el borrador. Todavía no tengo muy claro cuál es la mejor manera de ponerse en esta fase de una manera eficaz (NOTA DESDE EL PRESENTE: esta transcripción pertenece a un vídeo que grabé hace un mes, hoy en día, creo que he hallado la clave, de lo que me ocurría y he encontrado una manera de solucionarlo, lo contaré en próximas intervenciones)
Una vez que arrancas también con la escritura, fluyes, vas escribiendo, pero es un poco estresante.
5. Primer repaso, segundo borrador, tercer borrador... Borrador final🫧
Tras terminar el primer el borrador (cantemos aleluya) podemos hacer "el segundo borrador". Este sería editar un poco, pero no profundamente, vamos a analizar un poco los aspectos de la trama sin entrar en ortografía ni demás y ver que todo esté bien, que haya congruencia, que todo esté en el sitio que tiene que estar (una lectura del borrador tomando anotaciones) Luego podemos hacer el tercer borrador en el que incluiremos más texto si es necesario o si nos encontramos inspirados, o puedes pasar del tercer borrador y ponerte a corregir un poco la ortografía, rehacer frases, y narrar. No se trata de reescribir la obra por completo, sino de embellecerla. En esos momentos también verás cosas que están mal, las quitarás y afectarás al resto de la historia más adelante, ata todo bien 🪢 Eso especialmente para los que no somos fieles a la escaleta o somos más de antiescaleta.
Hay tantos borradores como tú quieras. Después de terminar el borrador de borradores, de editar el manuscrito, entonces pasaríamos a la fase del borrador final. Donde lo corregimos por completo, fin, felicidades, has escrito un libro📕
6. Publicar
(Añadido: publicar no es un paso estrictamente necesario, hay quién escribe libros por el simple hecho de contar una historia y no necesita verlo publicado en ninguna parte, pero seguro que querrás tener tu historia bien maquetada en un librito, aunque sea para ti mismo)
El proceso de publicación varía. Puede ser autopublicación, tú te lo guisas y tú te lo comes, o puede ser intentar buscar editorial, enviar el manuscrito a la editorial. En este caso, si te decides por enviar un escrito a una editorial, prepárate a seguir trabajando a fondo, (con la autopublicación también, pero es distinto) tendrás que hacer una propuesta editorial, buscar información sobre las editoriales, si encajas en ellas, y sobre todo tener mucha paciencia, porque la respuesta (si es que llega) tarda mucho.
En la autopublicación, si sabes maquetar y algo de diseño gráfico para hacer la portada, o conoces a alguien, tienes mucho ganado, también necesitas aprender lo máximo posible sobre marketing (bajando a los lodos de la promoción)
Y ya lo tienes: lanzas tu libro al mercado y hasta luego, voy a escribir otro libro, de este ya me he olvidado.
*Desde que publiqué este vídeo en Youtube ha pasado un mes, como dije más arriba. Estaba a punto de bloquearme en la escritura, incapaz de crear nada por discusiones entre mi crítico literario interno y mi cerebro danzarín. Nos hemos reconciliado bastante en esta etapa en la que decidí ponerme a leer libros sobre escritura y creatividad. Me ha ayudado bastante, sigo en ello.
¡Nos leemos en la próxima página del cuaderno que tengo un poco olvidado!
Hace unos días reflexionaba por aquí si acaso me estaba obligando a escribir algo que no me apetecía, o algo que me había parecido una estupenda idea y ya no lo era tanto. Después de pensarlo un poco bastante, me di cuenta de que el problema tal vez era más profundo. Odiaba al narrador de la novela que intento escribir, lo odiaba porque estaba todo el tiempo diciéndome cómo se sentía la protagonista, el personaje principal. A veces creo que no sé escribir de otra forma que no sea como narrador omnisciente, ya sabéis, ese que todo lo puede, el dios de la escritura. Pero aborrezco cada día que pasa a ese narrador sabelotodo.
Por lo que me he puesto a estudiar y analizar, libros escritos en castellano, clásicos y modernos, manuales de escritura creativa que tengo por casa, todo para llegar a la búsqueda del narrador perdido. ¿Quién soy? ¿Soy la escritora o soy el narrador?
No es un asunto de posesión fantasmal: el escritor escoge un intermediario y se esconde tras él. El escritor es el dios de la historia, el creador, pero el narrador es nuestro lazarillo. A medida que avanzamos, vamos siguiendo ciegamente esa voz que ya reconoceremos en cualquier rincón del cuento o la novela. El placer de escribir, 2. El ojo de la historia: el narrador.
El narrador testigo (tercera persona) o protagonista (primera persona) no me molesta tanto, una vez decido cuál va a ser, suele funcionar. Mi problema llega al seleccionar el narrador testigo, es decir, la voz en tercera persona. Este narrador tiene varias maneras de comportarse, a grandes rasgos:
Narrador omnisciente y narrador cuasi omnisciente. El omnisciente está presente todo el tiempo, conoce tanto las circunstancias pasadas como las futuras, puede dar pistas al lector de por donde va la trama antes incluso de que el personaje sepa qué está ocurriendo, sabe y conoce los pensamientos más íntimos de todos y cada uno de los personajes, qué los mueve, a dónde van, de donde vienen... Y este narrador ha terminado por aburrirme. Al ser una lectora apasionada detecto los tipos de narrador usados por el escritor casi de forma instantánea, y en la mayoría de los libros que leo aparece el omnisciente, siempre juzgando, relevando lo que piensa el personaje y llenando la historia de detalles que podrían ir descubriéndose según avanza la trama. Pero no, el dios todopoderoso quiere estar en todas partes. y puede hacerlo, es correcto.
Lo que más me molesta es que al conocer los sentimientos de los personajes, los muestra, y a veces los hechos ya hablan por sí solos, es redundante. Me gusta que me dejen pensar cuando leo y no que me den todo masticado (hablo más bien de que el narrador te guíe contándote cómo se sienten los personajes) ¿Por qué no puedo pensar cómo le ha sentado tal acción a fulanito, que tiene que venir el narrador a decir que se sintió mal? 😠
En algunos casos el narrador omnisciente está tan bien utilizado que esos detalles no se notan, pero cuando estás escribiendo y empiezas a verlo por todas partes dando su opinión sin que nadie se la pida, es desesperante. Para eso incluso preferiría escribir en primera persona, al menos tendría sentido que el personaje que narra cuente cómo se encuentra.
Usar el otro tipo de narrador, el cuasi omnisciente (también llamado narrador-cámara), es difícil. Se compara a menudo con una cámara de cine, solo muestra lo que ocurre. Por supuesto, puede conocer detalles como el físico del personaje porque lo está viendo, pero él desaparece de la escena, no opina, no juzga y tampoco sabe qué va a ocurrir. Los personajes se muestran gracias a los diálogos, sobre todo, y el resto queda en manos del lector.
El narrador omnisciente, aunque es utiizado por muchos autores, puede resultar inverosímil y artificioso. El placer de escribir, 3. El ojo de la cerradura: el narrdor (II)
Está claro que decidirse por uno o por otro ha de ser una decisión en firme y meditada. Mezclar los dos no es muy recomendable, aunque se hace (el narrador mestizo)
Hay muchos más tipos de narradores, tantos como la imaginación del escritor quiera. Sigo buscando el mío, que sea más bien tímido y que no asome demasiado la pata. Por favor.
Aprendiendo de los maestros
Ayer vi una pregunta por Twitter: ¿cuándo empezaste a escribir? Supongo que uno empieza a hacerlo cuando aprende a hacerlo. En la escuela. Tengo varios recuerdos, igual de falsos y verdaderos. El cerebro 🧠 los modifica a voluntad según pasa el tiempo.
Mi madre me contaba que mi profesora de párvulos (Mabel) me daba pesetas (¡de aquellas!) porque me portaba muy bien y comprendía todo rápidamente, en especial lo que tuviera que ver con las letras. Más adelante, leía en voz alta las noticias del periódico cuando iba con mis padres a los bares. No tenía acceso a distintos tipos de libros, de diferentes temáticas o géneros, pero la colección de cuentos Disney de los años 90 se desgastaba bajo los ávidos ojos lectores de mi hermana y míos (y las orejas, pues también traía casetes). Sin embargo, había otra cosa que me gustaba mucho, incluso más que las letras: la música. Mi profesora del colegio en primaria, al ver mi facilidad con la flauta dulce, le dijo a mi madre que me apuntara al conservatorio del pueblo y así fue. A los diez años, casi once, comencé a aprender solfeo y más tarde, un instrumento musical. Pero esa es otra historia.
Mientras, en el colegio no me iba mal. No recuerdo estudiar en casa, ni hacer los deberes, imagino que los haría y aprobaba todo con PA (no existían entonces las calificaciones numéricas, ni los notables y sobresalientes) progresa adecuadamente.
El acceso soñado a libros de ficción lo encontré en la biblioteca del colegio, pero entonces ya me gustaba inventar historias en mi mente. Una rica imaginación me permitía jugar en soledad sin aburrirme, además estaba mi hermana, con otra imaginación desbordante, una libre imaginación, que decíamos. No había demasiadas cosas con las que distraerse, la tecnología no estaba a nuestro alcance (no porque no existiera, sino por otras causas). Escuchábamos la radio y en verano grabamos nuestro propio programa de radio en un casete que llevábamos a todas partes: radio dúo calavera. Si hubiera sido hoy, tendríamos un pódcast o un canal de YouTube. ¡Qué vergüenza!
Volviendo al hilo central de la entrada matutina de lunes (me ha dado por ahí) ¿cuándo comencé a escribir? No lo sé. Una historia más o menos coherente apareció en una libreta (seguramente del colegio, mal aprovechada) Tommy, el que nunca duerme. En alguna parte he contado la historia de esta historia, valga la redundancia, ya que uno de los relatos de Sueños de otro mundo está inspirado en esa primera "novela" de la juventud. Imagino que si hubiera tenido recursos a mi alcance, como los tenía con la formación en música, podría haber aprendido mucho más sobre el arte de la escritura. Para mí resultaba (y resulta) algo natural unir las frases y construir algo que no existía antes. Como dice Sanderson, lo mejor de la escritura es crear en donde no hay nada. Inventar.
Los escritores nos sumergimos en nuestros mundos y nos dedicamos a algo que nos apasioan. Porque escribir es fascinante. No quiero ponerme demasiado místico, pero tieneas una página en blanco y creas algo a partir de ella. Brandon Sanderson. Pag. 25 en "Curso de escritura creativa" (2022)
Puede que no tenga la prosa más fluida, ni la más cuidada. Hay mucho que mejorar (pero mucho, mucho). Mi experiencia escribiendo se basa en prueba y error. Lectura y más lectura, porque antes de escribir, amaba (y amo) leer lo que otros escriben. Y fijándome en eso fue cuando comencé a escribir mis propias historias. He aprendido en este mundo literario a partir de mi observación constante, en los libros que leo, en la búsqueda de información a través de internet, en la preparación por mi cuenta y sobre todo: escribiendo.
Lo mejor que podéis hacer para mejorar en la escritura es adoptar la buena costumbre de escribir con regularidad. Brandon Sanderson. Pag. 20 en "Curso de escritura creativa" (2022)
Hoy en día hay demasiadas distracciones (no como antaño que me sentaba a los pies de la cama con la única compañía de un bolígrafo y una libreta —tal vez algún gato— y escribía sin más). Que si crear contenido, que si ver este u el otro vídeo, que si editar lo que ya está escrito... ¿Y cuándo escribes? ¿Cuándo practicas el noble arte para el que crees que estás predispuesto? Pues ahora mismo, en esta misma entrada. Pensando también en abrir el "Taller de la escritura" que un día ideé en mi mente, quizás como lugar en el que escribir, practicar y contarnos experiencias.
Escribir para qué... Dice el título. Puede que no sepa el para qué, pero sí el por qué: para liberar todas esas historias que permanecen encerradas en mi mente, porque siempre lo he dicho, nadie puede imaginar lo mismo que tú. Puede que algo similar (todo está inventado) pero jamás será igual. La idea central sí, pero los detalles son únicos de cada mente.
Escribo porque lo que hay en mi mente nadie más puede escribirlo.