Cute Black Pencil Día 60 de 365: ¿obligándome a escribir algo que no me apetece?

Día 60 de 365: ¿obligándome a escribir algo que no me apetece?

Llevo una vida de escritora un poco caótica, a decir verdad, sirva esta reflexión como intento de ordenarla. 

Leo y escribo mucho, pero mucho, mucho. Últimamente, escribo más que leo, pues si no es aquí en la web, ando metida en miles de asuntos que requieren de la escritura (este mes empiezo un curso de Copywriting, también nacerá con la primavera 🌼 un proyecto muy grande de literatura en donde también escribo, la antropóloga anda con sus investigaciones —más escritura, aunque diferente—, he creado un blog de viajes con mi 🖤✍️ y además estoy escribiendo (o intentando hacerlo) una novela juvenil) 

No podría ser más feliz haciendo lo que más me gusta (aunque en el fondo el pepito grillo de la vida me repite incansable que estoy en el paro). Disfruto mucho escribiendo (aquí decía lo contrario, pero me refería a escritura literaria)

Creo que es importante distinguir entre las distintas formas de escribir: por necesidad (como ahora, para ordenar la mente), por trabajo (si es a lo que te dedicas) por placer (escribir cualquier cosa), para crear (escribir un libro) por investigar... Bueno, todas pueden complementarse, pero no es lo mismo ponerse a una que a la otra. Mi escritura "por necesidad" prácticamente me sale sola (como ahora), no me quedo pensando en qué poner, ni me atasco, ni tampoco me parece que esté mal escrito (a pesar de que siempre se puede mejorar mucho).

Me paso los días entre letras, es así. Sin embargo, esta entrada es una reflexión necesaria, por algo que enturbia mi mente de escritora y que no sé muy bien qué es. Tal vez un poco de saturación. Por todo lo mencionado más arriba, siempre estoy escribiendo algo o leyendo. Me he dado cuenta de ello y es genial porque es la mejor manera de aprender✨ Leyendo y escribiendo. Si andar se aprende andando, a escribir se aprende escribiendo y leer ayuda muchísimo.

En la escritura académica, en la web o escribiendo reseñas y artículos no tengo ningún problema. Unos días sale mejor y otro peor, pero siempre sale🙏🏼sin agobios. El problema está en la escritura de libros de ficción, en concreto, en mi última idea para una novela. Pienso que me estoy obligando a escribir algo que me pareció una estupenda idea hace unos meses (recién terminada la otra novela que sigue buscando editorial) y que ahora ya no me semeja tan buena idea. ¿Por qué? No termino de encontrar el tono para esta novela juvenil, pero es que a lo mejor no tengo que estar escribiendo eso🙄🤔💭

Por eso me puse a pensar que a lo mejor me estoy obligando a escribir algo que no me apetece, ¿y a quién se lo debo? ¿Acaso alguien me ha contratado para escribir esa novela y tengo unos plazos? (Ojalá🙏🏽) ¿es que no tengo otras novelas para escribir? ¡Al contrario! Todo lo que he excavado en la búsqueda de ideas para esta historia, me encanta, pero tal vez no es su momento y no pasa nada. Las anotaciones están ahí y puede esperar. 

No me he dado ni un respiro desde que terminé la edición de la otra novela y fue (o es) una historia muy potente, lo más largo escrito por mí hasta la fecha, difícil y a la vez sanador. Una novela que es de un género difuso, drama, contemporáneo, romántica, historia de vida, algo que nunca había escrito. (Realismo psicológico, según me han dicho). Me siento como mantequilla untada sobre pan caliente, que diría Bilbo Bolson, y aunque parece que siempre me estoy quejando, es solo la realidad de mi cerebro bailarín. 

La autoexigencia a menudo pone obstáculos en cualquier camino, pero calma, querida, calma. Todo llega.

¡Nos leemos en la próxima página del cuaderno!

Publicar un comentario

0 Comentarios