A menudo pienso en lo extraño que es el mundo digital. Nos encontramos con personas que de otro modo nunca conoceríamos, o sí. Casi todos los días recibo algún correo de alguien preguntándome cuestiones sobre la publicación en Amazon o asuntos más técnicos de maquetación o procesos de escritura. Me encanta responder y ayudar en todo lo que puedo, sin ningún interés, solo porque sí. Un día, no hace demasiado tiempo, recibí una respuesta en mi formulario de contacto, un tal Segismundo Bombadier me preguntaba sobre la incrustación de imágenes en columnas de texto. Lo primero que pensé fue: ¡vaya nombre tan raro! Más adelante descubrí que era un pseudónimo. El buen hombre había echado un buen vistazo a mi página web y alababa mis tutoriales de Scribus en YouTube (así llegó hasta mí)
Segismundo se esforzaba para maquetar su novela en Scribus, estaba aprendiendo de manera autodidacta con mis tutoriales y su constancia. Intercambiamos algunos correos con dudas sobre el programa y algunas cuestiones personales. Cuando me dijo la edad que tenía me sorprendió aún más que su nombre postizo, ¡digno de admiración, sin duda! Me contó también que llevaba toda la vida dedicado a la televisión como periodista y que le hacía ilusión sacar su novela en formato revista más bien para sí mismo, que otra cosa.
A menudo él resolvía sus propios problemas y se respondía a sí mismo, sin que yo tuviera que intervenir. Me agradó mucho conocerlo, aunque conocerlo es decir bastante. Pero saber de sus inquietudes y un poco de su vida.
Entonces hubo un momento en el que me dijo que leería Ciudad Gris, me confesó: hace mucho que no leo este tipo de novelas y al empezarla temí encontrarme con un rollete que me había comprometido a leer. Él solito se había metido en el lío, pero ambos salimos victoriosos.
Hace solo unos días me envió un correo que me emocionó. Me dedicó una entrada en su revista digital Agroicultura-Perinquiets, que ahora me gustaría compartir con todos vosotros. El titular me dejó ojiplática: Mónika Feren, instructora de novelistas. Yo no diría tanto 😅 No solo hizo una reseña de Ciudad Gris, sino que repasó mi presencia online, en YouTube y referenció varias de las cosas que emprendo por aquí en la página web.
Sus palabras me hicieron muy feliz, porque siento que a veces pierdo el rumbo. Me pregunto para qué hago esto o para qué hago lo otro, si de verdad merece la pena el esfuerzo (en cualquier área) Y luego llegan personas como Segismundo y traen esa brisa de aire fresco y renovado. ¡A alguien le han servido mis tutoriales! ¡A alguien le ha gustado mi novela!
Quería compartir su entrada por redes, pero me parecía tan escaso que me brotó esta reflexión. Uno no sabe quién está al otro lado de la pantalla, ni a quién puedes ayudar en un momento dado gracias a esta maravillosa tecnología que nos conecta.
Ya está abierto del Premio Literario Amazon 2025, para las novelas inéditas publicadas entre el 01 de mayo y el 31 de agosto. En esta entrada de 2021 os contaba un poco más sobre la historia del Premio Literario Amazon.
Alrededor de este premio siempre hay bastante controversia, desde que solo ganan thrillers hasta que el ganador o ganadora ya está acordado de antemano; sin embargo, muchos escritores y escritoras escriben sus novelas para publicar en estas fechas y optar al premio. Dicen que es una buena manera de obtener visibilidad, que Amazon destaca más los libros que participan con la etiqueta premioliterario2025
Efectivamente, en 2024 la novela ganadora del premio fue un thriller de misterio, también dentro del género policial: El ladrón de letras, de Luis David Pérez, que además forma parte de una serie: los casos de la inspectora Escudero. Parece que este tipo de historias tienen mucho filón en Amazon, y es cierto que existen muchos lectores fieles dentro de la temática, por lo que, si los lectores de algún modo ayudan a decidir el ganador (haciendo reseñas o comprando el libro) es lógico que suelan ser estos géneros los que ganan. El año pasado los cinco libros finalistas fueron thrillers...
En mi caso, participé en 2023 con Ciudad Gris, que es misterio y acción y no sucedió nada de nada 😅Ni aumentaron las ventas, ni tuvo más visibilidad. De hecho, al publicarlo al final de julio resultó ser la peor decisión. En plena época veraniega. Lo mejor si quieres optar a este premio es publicarlo al principio del plazo, para que más personas tengan ocasión de verlo.
➡️➡️ALGUNAS ENTREVISTAS A PARTICIPANTES DEL PREMIO LITERARIO AMAZON Y ALGÚN GANADOR/A⬅️⬅️
Es cierto que si los escritores de otros géneros piensan que no tienen opciones de ganar, al final solo participarán novelas de misterio, policiales y thrillers. Pienso que deberían hacer algún premio por categoría o similar.
Este año seguiré de cerca a los participantes y como aún es muy pronto, apenas cinco días desde el inicio del plazo, todavía no hay ningún libro o al menos no aparecen. Más adelante, compartiré algunos que me llamen la atención e incluso entrevistas con los finalistas del año pasado, si logro contactar con ellos.
DÍA 1
Abril comienza. Siento este mes como un mes de la escritura. En 2023 empecé abril escribiendo la novela Ciudad Gris, y aunque no me parece el mejor ejemplo de hacer un escrito de manera saludable, este año he vuelto a tomar abril como el punto de partida. En modo cabezón. Esta novela no puede ganarme. La historia sobre esta historia es larga, seguramente grabaré un vídeo durante este mes en donde cuente más detalles, o tal vez lo vaya desgranando día a día aquí en este diario de un mes escribiendo una novela. Es poco tiempo, sí, pero solo será el primer borrador de la historia. Ya hablaremos de ediciones y correcciones a su debido tiempo. Ahora me siento muy motivada, los dedos fluyen libres por el teclado, y aunque de vez en cuando pienso que las frases son mejorables, eso no me atasca ni me saca de la escritura. Hoy he terminado el capítulo 1 con más de 6.000 palabras, pero la mayoría de ellas ya estaban escritas. Cuando os cuente más sobre esta novela lo entenderéis.
DÍA 2
Hoy me he levantado de la cama pensando en la novela. Eso me encanta, he desayunado y al rato ya tenía el ordenador sobre las piernas en su soporte preparada para escribir el segundo capítulo.
Una hora me dije. De 09:00 a 10:00. Son las 10:51 y aquí sigo, mi poder de concentración es más grande de lo que siempre supongo. La batería del ordenador se está agotando y no tengo el cable cerca, pero no importa, esto ya es un extra. Escribir y escribir.
He decidido separar el capítulo 1 en dos capítulos porque me parecía demasiado largo y quería mantener la coherencia de capítulos cortos. Así que más o menos cada capítulo tendrá 3.500 palabras, no sé cuántos capítulos serán en total, espero alcanzar las 65.000 palabras. ¡Hola, brújula! Puede que a este ritmo termine antes de finalizar el mes, pero sé que habrá días que no será tan fácil. Así que hoy escribí en el capítulo 3. Este sí que partía desde cero y conseguí llegar a las 2.000 palabras en una hora y media, más o menos. Puedo escribir muy rápido, es así, aunque las frases no sean las mejores del mundo. Ayer dejé preparado un esquema de las escenas para el capítulo que escribí hoy y eso me ayudó bastante. Me falta escribir la escena final y el capítulo estará terminado (en su fase borrador) Creo que lo haré por la tarde o eso espero. En el día 1 contaba cómo el mes de abril siempre me inspira a escribir, bueno, en realidad eso solo fue en 2023, el año pasado ocurrieron ciertos hechos que me lo impidieron. Mi ordenador clama por un poco de energía y yo debo descansar. Seguimos después.
Por la tarde: pensando que aún tenía una escena por escribir pude ponerme a ello de inmediato. La verdad es que se me ocurrieron algunas ideas mientras hacía otras cosas durante la mañana. ¡Eso me devuelve la fe en la escritura! Amo que me ocurra eso, es la magia de la creación, no hay duda. Cuando la historia te ronda la mente, imagino que mis amigos escritores podrán comprenderlo bien. Eso es lo que me gusta de escribir, es un momento de desconexión de la realidad, no hay nada más que el documento, las teclas del ordenador, la imaginación y los personajes moviéndose en ella (tal vez también una música de concentración sonando en los auriculares)
Terminé el capítulo 3 con un total de 3.497 palabras, a punto de alcanzar las 3.500 de media que quiero que tengan los capítulos🤩 Excelente. He pensado en pasar el proyecto a Scrivener para contar palabras y esas cosas. Nunca lo uso, pero tal vez sea buena idea para tenerlo todo más ordenado.
Día 3
Hoy me desperté a las 07:45 y me levanté de la cama muy feliz pensando en mi momento de escritura en soledad mientras todos duermen. Definitivamente, la mañana es mi cenit creativo. El capítulo 4 ya casi estaba escrito de la anterior versión y pude aprovechar bastantes palabras, así que no escribí tanto como tal. Mientras repasaba me acordé de la reescritura que habrá que hacer al terminar el borrador. Y por ello me acordé también de un libro que empecé a leer ayer a la noche (y ya llevo el 30%) sobre la reescritura. Puede que me reconcilie con mi sufrimiento al corregir si lo observo de la manera que lo trata la autora en el libro. Es pulir el diamante hasta conseguir la mejor versión. Algunos escritores se pierden en la tarea de la reescritura o la corrección, nunca están satisfechos. Lo entiendo muy bien. Creo que debemos llegar a un acuerdo con nuestra mente y en algún momento decir: basta. Esto es lo mejor que puedo hacer. Siempre tendremos tiempo para mejorar si seguimos escribiendo (y reescribiendo)
En tanto, os recomiendo mucho ese libro si sois escritores. A mí me lo descubrió Sheila G. Frutos en este vídeo de YouTube. Un canal que también os recomiendo para los escritores o lectores curiosos de la escritura.
El arte de reescribir: Pulir el diamante narrativo (❁´◡`❁) 👇🏼
Por otro lado, me he dado cuenta de que Scrivener no es para mí. No puedo escribir en el programa porque me distrae la cantidad de herramientas que hay por la pantalla, seguro que hay un modo de tener abierto solo el documento donde escribes, pero prefiero mi confiable LibreOffice, del cual por cierto no veo la barra de herramientas de tan integrada que la tengo en la mente. Scrivener está genial para organizar las tramas, ponerse objetivos de escritura, hacer fichas de personajes y lugares, pero a mí de momento solo me ha estorbado tenerlo ahí delante 😅
12:18 (づ ̄3 ̄)づ╭❤️~Como tenía la mañana bastante libre decidí ponerme con el capítulo 5 que también tenía bastantes palabras escritas de la versión anterior. Pude aprovechar mucho texto, ¡qué felicidad! A partir de ahora ya no va a ser tan fácil, porque lo que tengo escrito no me sirve para la nueva idea. Debo hacer algún repaso de las próximas escenas para no perderme en el capítulo 6. Mañana es viernes y los viernes de mañana tengo otra rutina, espero que eso no sea un impedimento para avanzar, me siento muy inspirada.
Recuento hasta ahora
Cinco capítulos escritos / 18-20
19.057 palabras / 55.000 - 65.000
Tramas abiertas: En marcha el juego de escape del instituto, Guisapo aparece. Fusión con mundo mágico.
Nuevas ideas
Sigo pensando en la historia mientras hago otras cosas 🤩 Veo a los personajes moverse en los escenarios y si no hay escenario todavía los veo flotando sobre un fondo negro, a la espera de la creación. He recuperado la conexión con la escritura de un modo salvaje.
DÍA 4
Esta noche soñé con los personajes de la novela, con algunas escenas y situaciones. Ya no sé si estaba dormida o despierta, pero di con varios giros de la trama sin querer. Es lo que tiene estar pensando todo el tiempo en la novela. No me voy a quejar por ello. Siento que he conseguido volver al camino que había pensado inicialmente para esta historia, y que no era en lo que se estaba convirtiendo por desbordación de imaginación. Encima puedo seguir aprovechando algunas de las cosas que ya están escritas, que su tiempo me llevaron también. Ahora conecto mucho mejor con los personajes, no me parecen tan anodinos y siento que tiene un sentido lo que va ocurriendo.
Hoy he escrito el capítulo 6... Y ya estamos rumbo al mundo mágico: Mundoutro.
DÍA 5
Hoy me he despertado a las 07:00 y ya no daba dormido, finalmente he conseguido rascar media hora de sueño hasta que sonó la alarma a las 08:00. Sí, es sábado, pero quise seguir con la rutina, incluso me levanté más temprano y hasta que tomé el primer o segundo sorbo de café no fui persona, mucho menos persona escritora. Así que mi cerebro comenzó a activarse, ya pasé a la fase de pensar en lo que venía por escribir. Hasta ahora sigo aprovechando de lo que ya tenía escrito, por lo que no me atasco ni siento que me cueste demasiado... Tengo que pensar cómo continuar el camino, hay varias tramas abiertas.
Por la tarde me gustaría escribir un poco a mano, ordenar lo que llevo hasta ahora. Igual eso forma parte de la reedición o reescritura, pero siento que si no quiero atascarme en los siguientes capítulos que empezarán con la página en blanco, necesito una suerte de guía con escenas por lo menos. ¡Hola, brújula! Por más escritora brújula que me considere, no puedo prescindir de esa organización mínima. Si no es el caos de la imaginación que empieza a sugerir desde lo profundo, ¿por qué no incluyes esto? ¿Por qué no incluyes lo otro? Y podrían quedar demasiadas preguntas sin resolver.
Por la tarde: no escribí a mano, pero estuve planeando algunas escenas para el siguiente capítulo. Eso de ir construyendo la estructura según voy escribiendo me ayuda bastante, a veces mi imaginación dirige la trama y otras sigo mis pautas. Está claro que es muy complicado escribir sin ninguna base, sin embargo, a mí se me da mejor la "antiescaleta" o "escaleta inversa". Escribir solo con algunas directrices mínimas y tras terminar el primer borrador hacer un análisis de lo escrito, cortar, tejer, escribir y reescribir. Eso es lo que me sirve a mí.
DÍA 6
He descubierto en esta música para concentrarse a mi aliado perfecto en las sesiones de escritura. Entro en una especie de trance y tecleo sin contemplaciones.
Hoy escritura en turno de tarde que terminó con el capítulo 8 completado (a falta de algunos retoques y tal vez extenderlo un poco más) El final del capítulo ha sido bastante inesperado 😨JAJA Veamos cómo me va mañana, tengo que empezar a plantear las siguientes escenas. Empieza el turno de escribir cada capítulo desde cero, ya no puedo aprovechar nada más de lo que tenía escrito.
Os dejo con una frase:
—Son lamentos olvidados, muy peligrosos, si os atrapan caeréis presos de la tristeza. Hum —dijo Gargol muy serio—. Os cruzaré por encima uno por uno. No podréis cruzarlo a pie. Sabela, tú primero.
DÍA 7
Lunes. Empieza de nuevo otra semana de escritura. Y con gran alegría, por cierto. Mi mente sigue repasando las tramas abiertas, centrándolas para no dispersarme y perderme en el mar de la imaginación desbocada. Hoy ha sido una sesión de escritura atípica, la de pararme a pensar en cómo continuar. Sí, si fuese una escritora mapa no tendría estos inconvenientes, pero mi experiencia me indica que no se me da bien ser una escritora mapa. Como siempre digo soy más bien un híbrido entre mapa y brújula. Claro que hay unas pautas que seguir, sino sería muy complejo escribir cualquier cosa. Al menos una suerte de índice o lista de personajes y su participación en la novela.
Por cierto, hoy Loki 😺 en modo pesado, de eso que se pone a dar sonatas por el pasillo a las ocho de la mañana cuando todos duermen (todos menos él y yo, obvio) Eso no me ha ayudado mucho, a decir verdad. Después se la pagué pasando el aspirador, que mucho le gusta (ironía) Y ahí sigue dándolo todo con su voz de soprano. En fin, que me voy a hacer deporte que también el cuerpo hay que cuidarlo para que la mente funcione bien.
Ayer estaba pensando en que me encantaría hacer algún curso de escritura creativa o incluso un máster, pero... 🤑 Nada me ayudaría más que poder centrarme en algunos puntos débiles que considero que hay en mi proceso de escritura. No es que esté mal ni bien, es distinto. Podría buscar información por mi cuenta y ya lo hago, sin embargo, pienso que un curso guiado con profesores y evaluación me vendría estupendo 💯 Quién sabe si más adelante...
Esta tarde toca segunda sesión de escritura, por la mañana extendí un poco más el final del capítulo 8. A mi juicio le hacía falta y ahora todo empieza a cobrar sentido de cara al final.
DÍA 8
Ayer no escribí por la tarde, pero hoy a la mañana ya pude avanzar bastante con el capítulo 9. Me encontré con la problemática de enredar la trama (siempre me ocurre), pero esta vez me di cuenta y le dije a mi imaginación: ¡basta! Vamos a pensar bien. Recuerda: novela juvenil sencilla. ¿Por qué tengo que liarlo todo? Es algo natural y en lo que trabajo con ahínco. No pude terminar el capítulo 9 y lo dejé cuando vi que antes de seguir con la escritura tenía que pensar. Pensar en la historia y hacia dónde iba. Eso hice, pero alejada del ordenador, por supuesto.
En estos días me viene un pensamiento recurrente a la cabeza. Y es el de lo instrospectiva y solitaria que es la escritura. Como muchos otros trabajos creativos, imagino. Uno ve al escritor ahí tras la pantalla tecleando sin más, pero en la mente del escritor se forman imágenes en movimiento, los personajes van de aquí para allá por obra y gracia de su creación. ¡Es tan fascinante! Y muy difícil de explicar a alguien que no es escritor o creativo, bien sea pintar, dibujar, escribir... Esas tareas que en apariencia no se ven hasta que está terminada la obra. También leer es similar. Desde fuera ves a alguien con un libro en la mano, o un lector electrónico, pero ¿qué hay dentro de esa mente que imagina? ¡Mundos en movimiento!
DÍA 9
Estoy muy contenta por el rumbo que lleva la creación de la historia. Mientras no escribo pienso en la trama y en las posibles lagunas que aparecen sin remedio al no tener un mapa claro; lo mejor es que doy con las soluciones coherentes que me permiten continuar. Y todavía es la fase de borrador, así que no hay ningún problema porque existan esas inconsistencias. Eso es algo que se arregla en las siguientes fases de edición y reescritura.
Mi querido Leandro dice que no tengo término medio: o tengo una crisis de la escritura o tengo un "empacho de escritura" dice. Para mí no es un empacho, es la madre creatividad en todo su esplendor. Toc, toc... Estoy aquí.
Hoy terminé el capítulo 9 y ya pude avanzar más rápido gracias a solucionar esos pequeños detalles, al menos en mi mente. Sobre el papel me dejo unas notas para la edición. Por hoy la sesión de escritura ha terminado. Tengo que esquematizar los siguientes capítulos que no sé a dónde me llevarán, ver si están equilibrados en comparación al resto de la trama, porque no sé tampoco cómo será el final o mejor dicho cuándo se producirá. ¿A las 65.000 palabras como tenía previsto o antes? ¡Quién sabe!
He creado mi propio pomodoro de 50 minutos de trabajo con 10 de descanso. Sonidito de lluvia y piano relajante (●'◡'●)
Unos instantes más tarde: seguí en el ordenador y planteé los últimos capítulos y lo que ocurrirá en ellos. Solo puedo decir una cosa, me emocioné al ver en mi mente las imágenes finales. Espero que escrito tenga tanta fuerza. Creo que debería también empezar a escribir guiones de cine 😅 porque mis finales casi siempre son muy cinemáticos. Veo a los protagonistas caminando de espaldas, alejándose del escenario con el sol dándoles desde atrás y una música feliz sonando. ¿Peliculera yo?
DÍAS 10 Y 11
Hoy (día 11) ha tocado turno de escritura por la tarde rompiendo mi rutina mañanera, pero la verdad es que me siento muy dichosa porque veo el final muy cerca, tan cerca que no puedo creerlo. Ayer me olvidé de escribir aquí con la emoción de escribir el capítulo 10 completo (3.500 palabras en una sesión) Me metí tanto en la historia que después me costó abandonarla. Me obligué a cerrar el ordenador y continuar con mi vida mundana. Hay que ver lo extraño que es el mundo creativo.
En los próximos días terminaré el borrador, lo dejaré descansar y empezaré con la edición y reescritura. No tengo muy claro como estructurar los capítulos, si mantenerlos como pensé al principio o hacerlos más cortos y que sean más. Será una novela bastante corta, tal vez una novelette. Con la reescritura quizá llegue a las 50.000 palabras.
Hoy he escrito 700 palabras. No estaba demasiado concentrada, pero no me preocupó para nada. Todavía quedan muchos días de abril para concluir este reto y por fin puedo decir que ¡he superado el bloqueo de escritura!
DÍA 12
Cuanto más siento que se acerca el final del borrador (aunque le queda mucho por arreglar) más nerviosa me pongo. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Serán los personajes lo suficientemente profundos? ¿Se entenderá la historia? Surgen dudas, pero lo importante es seguir adelante para que eso no me paralice, evitar los bloqueos creativos es fundamental, porque en mi caso me impiden hacer lo que más me gusta: escribir.
He pensado varias cosas durante estos días de escritura, ni siquiera ha pasado la mitad del mes y estoy casi a punto de poner la palabra FIN en el primer borrador. El tesoro de las gárgolas no me ha vencido, he conseguido escribir la historia (esto quizá debería contarlo cuando termine 🫡) y además de manera satisfactoria. Escribi lo que quería desde un principio, lo que mi imaginación pendenciera y arrolladora me impidió.
DÍA 13
Primer día que no escribo como tal en la historia, aunque sí que he anotado algunas ideas. Había ciertos aspectos que no terminaban de convencerme para el final, y hasta que no di con lo que era no me quedé tranquila.
DÍAS 14, 15 y 16
Estos días han sido un poco anodidos en cuanto a escritura, pero no quería perder la inspiración (por temor a volver a bloquearme) así que escribí la preparación de las últimas escenas. A estas alturas sería un poco improbable que llegase el bloqueo creativo de nuevo, sin embargo, mi rutina de escritura esta semana sufrió algunos cambios. Ya no pude escribir de mañana por asuntos mundanos del día a día. Eso me descolocó bastante. Por suerte, tengo otros momentos en los que sí que puedo escribir, aunque me cuesta más según avanza el día, la verdad es que estoy muy cerca de terminar el borrador y eso me anima.
Mi cerebro quiere descansar y al mismo tiempo me obliga de algún modo a ponerme con la historia, porque si no le pongo punto final está ahí de fondo en mi mente, como llamándome. Es difícil de explicar. Cuando mi novio me dice, pero tómate un descanso, no sé cómo decir esta sensación de que no hay descanso que valga en lo creativo, es una necesidad volver a la historia y continuarla sin perder el hilo.
DÍA 17
Hoy he escrito el penúltimo capítulo, espero. He pensado en dividir los capítulos (no sé si esto ya lo comenté antes en la entrada) para hacerlos más cortos y accesibles al público al que me dirijo. Por lo que el capítulo que escribí hoy (con el café del desayuno) serán dos capítulos en realidad. El caso es que ya estoy en 45.000 palabras. Me he inventado varias escenas que no estaban programadas, pero me salieron de forma tan natural que las dejé fluir, la verdad es que resuelve bastante bien y le da paso al final.
DÍA 18
Finalicé el primer borrador 🥳No es que lo haya escrito en dieciocho días, más quisiera. Como conté durante toda la entrada la historia detrás de la historia de esta novela viene de lejos, desde 2023, ni más ni menos. Cuando empecé a escribir la primera idea que luego se transformó en un monstruo difícil de dominar...
Me siento muy satisfecha, aunque queda mucho trabajo por delante. La idea en bruto está ahí fuera en el documento y eso es suficiente para afirmar que superé el bloqueo escritor. Tengo pensado descansar unos días antes de ponerme con la reescritura y edición. Creo que serán muy pocos, porque la historia me sigue llamando y tengo ganas de ordenar las nuevas ideas que surgieron mientras escribían y podar lo que ya no sirve.
¿Qué pasó a partir del día 18?
Me tomé un descanso y me alejé de la historia, pero sigo con el pensamiento puesto en ella. Hoy es día 26, estoy preparando esta entrada para dejarla lista y publicarla el día 30 (porque el día 1 es festivo y nadie la va a leer) Mientras corregía mis desvaríos me ha atacado la sensación de que no puedo dejar pasar más tiempo sin empezar con la reescritura, tengo miedo de perder la conexión que sentí con la historia mientras escribía, ese toque mágico, místico, que tan raro es visto desde fuera... Os lo cuento en vídeo, no es que me explique mejor hablando, pero también intenté explicar cómo conseguí salir del bloqueo escritor. Mis motivos y traumas que pasé en estos años. Ayer me descubrí pensando: ¡eh, ya puedo ponerme a escribir otra historia! Porque tener El tesoro de las gárgolas paralizado me impedía escribir cualquier otra idea (de esas miles que tengo por ahí) como si dejarla de lado fuese un engaño o un fracaso.
Ahora toca el turno de la reescritura, no quiero dejar que pase más tiempo. Pienso que mi proceso creativo funciona así, que no me serviría de nada dejar reposar la historia varios meses. Volvería a ella habiéndome olvidado de casi todo🥹Así es mi memoria.
Me dio por ponerme a releer el libro de Brandon Sanderson, Curso de escritura creativa y en el prólogo dice algunas cosas con las que me siente muy identificada. Sé que alguna vez ya había leído esto que voy a compartir a continuación, también sé y estoy segura de que soy una escritora por atracón y que esa es la manera que me funciona a mí. Y que cada escritor o escritora tiene su propio proceso, no hay un método único que sirva para todos por ese mismo motivo.
Si has leído hasta aqui te doy las gracias 🫂
Los escritores nos sumergimos en nuestros mundos y nos dedicamos a algo que nos apasiona. Porque escribir es fascinante. No quiero ponerme demasiado místico, pero tienes una página en blanco y creas a partir de ella. Plasmas lo que tienes en el cerebro, y luego lo lee otra persona e imagina algo bastante parecido a ello. Puedes escribir cosas y luego gente de todo el mundo con trasfondos muy diferentes imagina eso que has escrito, y así estableces una conexión con alguien que es absolutamente distinto a ti y a quien no conoces. Me encanta la escritura. Es un acto de creación pura, en el que coges la nada y la moldeas. Curso de Escritura Creativa. Brandon Sanderson.
En este mes de noviembre se cumplirán nueve años desde la (auto) publicación de mi primer libro en Kdp Amazon: Sueños de otro mundo, volumen 1. Pero hoy no quiero hablar del libro en sí, en otras entradas tenéis más información sobre las historias que hay en su interior.
En el noveno aniversario desde la autopublicación, me gustaría hacer una disertación (espero que no demasiado larga) sobre lo que he aprendido desde entonces. La idea para esta reflexión se me ocurrió a partir de un tweet que compartí no hace mucho, en donde señalaba los “errores” que creo que cometemos los escritores autopublicados, en especial con la primera novela.
Errores que cometen los escritores (yo también los cometí) cuando autopublican su libro por primera vez (según mi experiencia y observación) 🧵
En todos estos años he aprendido que más allá de la publicación en sí, el verdadero reto radica en el autoaprendizaje: mejorar en la escritura, aprender sobre marketing y promoción, crear contenido de valor en rrss para llegar a los lectores 🙏🏻 El proceso de autopublicar me ha transformado no solo como escritora, sino también como observadora de este nicho de mercado literario (cada vez más grande). De ahí mi análisis, porque si algo hay cierto es que el mundo de la autopublicación ha cambiado bastante.
¿Por qué decidí autopublicar?
Cuando empecé a escribir historias no pensaba en publicarlas, creía que eso era algo fuera de mi alcance. Me imaginaba a las editoriales como titanes que solo publicaban a escritores ya reconocidos, incluso no sabía de la existencia de las pequeñas y medianas editoriales. Conforme avanzó el tiempo y pude navegar por internet, comprendí que no estaba en lo cierto, pero aun así no tuve la paciencia de escribir una novela, corregirla, hacer una propuesta editorial y enviar el manuscrito.
Pienso que en el fondo seguía pensando que nunca iban a publicar nada de lo que yo escribiera (aunque para eso primero tenía que poner punto final a alguna historia)
El problema inicial era mi impaciencia y la inconstancia. Sin embargo, cuando descubrí la existencia de CreateSpace, un servicio de autoedición de Amazon (que en 2018 se fusionó con KDP Amazon) y vi la posibilidad de autopublicar sin tener que pagar nada, se encendió una 💡en mi cerebro. Decidí escribir relatos, algo que mi mente asumía como posible (no así una novela completa) y unirlos en una antología.
Por entonces sabía de otras plataformas de autopublicación como Lulu o Bubok, pero por algún motivo (no terminar de escribir nada) no había decidido autopublicar.
Errores iniciales y satisfacción al ver el libro en papel
Además de escribir los relatos que conformarían la antología, tuve que aprender a maquetar (algo que no había hecho nunca). No había tantos recursos en línea como ahora, que si tutoriales, que si vídeos, que si cursos... ¡El autoaprendizaje nunca fue tan sencillo! Entonces no era tan fácil y el error principal fue la prisa por publicar y ver el libro terminado. Eso hizo que descuidara aspectos fundamentales en cualquier historia que se publique, por lo que la primera edición tenía faltas de ortografía, fallos básicos de maquetación y mucho más😅Claro que en ese noviembre de 2015 yo estaba muy orgullosa.
No me importaba si alguien leía el libro o no (de hecho me daba bastante vergüenza que la gente supiera que escribía) solo quería ver el resultado en papel porque lo vi como un premio a mi perseverancia. Y llegó. Una alegría como ninguna otra, como un parto deseado (que no sé lo que es) así lo sentí.
Después vendrían los lamentos… Pero tardaron en llegar, porque no se aprende todo de la noche a la mañana. Lo digo porque en mi segunda autopublicación cometí errores bastante similares a esta primera.
Otra cosa que no llevaba nada bien eran las críticas negativas. En mi ego de escritora genial no entendía que a un lector no le gustara lo que había escrito tan bien; es más, seguro que estaba equivocado o no había entendido nada. No, la que no entendía era yo. Claro que no puedes gustarle a todo el mundo, incluso aunque pienses que tu historia es el no va más o lo nunca visto. Aprender a gestionar las críticas negativas es algo que se debe hacer lo más rápido posible, porque una vez que publiques el libro van a llegar, así como las puntuaciones de una estrella en Amazon (sin comentario) que no entenderás.
Peor aún es mi autocrítica (que es importante tenerla siempre que no paralice)que se fue haciendo más y más afilada con el tiempo, impidiéndome incluso publicar nada durante varios años. El síndrome del impostorque dicen algunos, para mí es más que eso. No es suficiente, siempre puede estar mejor. Autoexigencia, perfeccionismo... Lidiemos con ello. Es una batalla intrapersonal. Y solo puede haber un vencedor.
Paciencia, aprendizaje y trabajo constante
La paciencia es una virtud que se ha desarrollar sí o sí en este camino, tanto para no tener prisa por publicar como para lo que viene después. Es un camino largo, lleno de atascos y desafíos. No puedo decir que haya tenido demasiada. A pesar de que mi camino tortuoso sigue y sigue, y cometo errores de principiante y vuelvo a levantarme, creo que mi experiencia puede ayudar a otras personas a transitar por el sendero de una manera más satisfactoria.
Al menos sabrán en donde no perder el tiempo y en donde esforzarse más.
El trabajo constante creo que es vital. No rendirse, no cejar en el empeño de escribir (y publicar si es preciso) esas historias que habitan en lo profundo. Claro que, a menudo hay otras prioridades, como la vida mundana misma, que nos alejan de ese camino de escritor. No he sido constante, pero sí que he aprendido con cada nuevo proyecto.
El reto del marketing: más allá de la escritura
Sé que esto asusta hasta al más aguerrido. Y con razón. Si nadie nace aprendido, mucho menos en temas de marketing y promoción. En la autopublicación puedes contratar a alguien que se encargue de eso, sí, pero lo más seguro es que no sea así. Escribir es una cosa, vender los libros, otra bien distinta.
En mis inicios renegaba del marketing con mucho ahínco. ¡Demonios! Solo quería escribir y como mucho hacer el proceso de edición y maquetación. ¿Por qué tengo que vender los libros? Pero no me importaba porque como comenté más arriba tampoco tenía interés en hacerlo. La satisfacción de ver el libro publicado y poder tenerlo en papel era suficiente para mí. Para eso sí fui muy conformista. O tal vez realista. O las dos. No pensé que iba a hacerme mundialmente conocida por mis historias y según pasaba el tiempo menos todavía. Comprendí demasiadas cosas, en especial que mis libros no eran lo que se dice comerciales.
Pienso que en el marketing y promoción nos repiten hasta la saciedad lo que hay que hacer y lo que no, pero no siempre funciona porque depende de demasiados factores para que a todos le vaya genial con las ventas. Y lo que a uno funciona, a otro no.
También creo que hemos llegado a un punto en el que los escritores dedican más tiempo a crear contenido para las RRSS que a escribir o publicar libros.
Desde aquel lejano 2015 al día de hoy el mundo digital ha avanzado de una forma descomunal y también la cantidad de libros que se autopublican. El mercado está saturado, digan lo que digan. Que la gente lee más puede ser cierto, pero hay tanta oferta que destacar es una tarea titánica. Yo directamente ni lo intento, no porque crea que nada funciona, sino porque he llegado a la conclusión que o pagas anuncios (tanto en Amazon como en otras rrss) o eres invisible. Y pagar anuncios tampoco garantiza nada.
Mi gráfico de KDP durante el mes de octubre ascendió a 1 página leída de uno de mis libros con Kindle Unlimited, ni una venta, pero de ninguna manera eso me desanima. Hace años que asumí la lógica editorial, mi poca tenacidad con el marketing y otros factores 🧵
Cosas que no volvería a hacer si empezara de nuevo
A veces pienso “ojalá pudiera volver a atrás y cambiar lo que hice mal”. Un pensamiento inútil, no se puede. Pero sí reflexiono sobre ello. Una de las cosas que no volvería a hacer es intentar llegar a lectores rodeándome de escritores. Una lógica que no comprendía antaño porque mi mente insiste en que los escritores ¡también son lectores! Sin embargo, en las redes sociales los escritores son vendedores de su obra y aunque lean (y muchos amigos escritores han leído mis libros💗) no son el público que un escritor debería buscar.
Que no se me entienda mal. Tener un círculo de apoyo de escritores es lo mejor de este periplo de autopublicación. Sellos como el de Kmleon Books ayudan mucho cuando estás en el inicio y todo te parece difícil y salvaje. La jungla del mundo editorial. Y además puedes aprender de cada uno de ellos, de sus aciertos y errores. Pero hubo un tiempo en el que pensaba que la manera para llegar a lectores era haciendo entrevistas a escritores, por ejemplo, o con iniciativas similares de apoyo tus libros si tú apoyas los míos.
Lo único que conseguí fue tener un amplio círculo de escritores alrededor que intentan hacer lo mismo que yo. Vender sus libros.
Mientras los lectores, que parecen estar en peligro de extinción, están por ahí fuera buscando su próxima novela.
Otra cosa que considero que hice fatal fue la publicación de Ciudad Gris. Me cuesta bastante asumir y aceptar esto, porque es el último libro que autopubliqué (en 2023) y eso significa que no aprendí demasiado o visto de manera positiva: sigo aprendiendo. No sé por qué pensé que hacer una maratón de escritura (para llegar a tiempo al Amazon Storyteller) era una fantástica idea. ¿Qué quería demostrar? Supongo que nada. Estaba tan atascada con la otra historia, que cualquier idea parecía sustanciosa. No era sino humo. No voy a despublicar la novela, es más, considero que está bastante bien escrita, no es el contenido, sino las formas.
Nueve años han pasado desde aquel primer impacto al ver el libro publicado en papel. Y cometí errores, y los cometo y cometeré. Y aprenderé de ello.
Si has leído esta disertación hasta el final, te dejo los consejos que tengo para esos diez errores al autopublicar que comenté en Twitter y que realmente me hicieron recapacitar.
1. Creer que será un best-seller en pocos días
El entusiasmo y la esperanza nos hacen creer que el libro se venderá rápidamente. Esto no siempre es realista y puede llevar a una decepción.
• Consejo: Toma cada venta como un logro y mantén la vista en el largo plazo. No esperes resultados inmediatos, concéntrate en promocionar poco a poco y construir una comunidad de lectores.
2. Tener prisa por publicar
La emoción por publicar puede hacer que nos saltemos cosas importantes como una buena sinopsis o una maquetación cuidada, que son clave para atraer lectores.
• Consejo: Revisa cada detalle. La sinopsis es tu carta de presentación, y una maquetación profesional da confianza. Es mejor esperar y hacerlo bien que apresurarse y dar una mala impresión.
3. Frustrarse porque no hay ventas inmediatas
La falta de ventas en los primeros días es normal, sobre todo si no tienes una comunidad de lectores o una campaña de marketing.
• Consejo: Ten paciencia y evita las expectativas irreales. No te compares. Construye tu propia estrategia de marketing, adaptada a tus novelas y a ti mismo.
4. Revisar constantemente los informes de KDP
Revisar las ventas cada día genera ansiedad y puede afectar tu motivación si las cifras no son altas al inicio.
• Consejo: Fija un día de la semana o del mes para revisar los informes y concéntrate en mejorar la promoción mientras tanto.
5. No hacer un plan de marketing antes del lanzamiento
Muchos piensan que publicar el libro es suficiente, pero sin una estrategia de promoción es difícil llegar a los lectores.
• Consejo: Dedica tiempo a planificar una estrategia de marketing. Define tus objetivos y las acciones que tomarás para alcanzarlos.
6. Pensar que el libro se venderá solo
Todos soñamos que nuestro libro será descubierto por sí solo, la realidad es que hay que eso es poco realista.
• Consejo: Asume la responsabilidad de tu promoción. Si quieres venderlo piensa en tu libro como un producto que necesita exposición.
7. Rodearse de escritores
Si solo sigues y te relacionas con otros escritores que también buscan autopromocionarse, el alcance se limita a personas con el mismo objetivo y ese no es tu objetivo, valga la redundancia, sino buscar lectores.
• Consejo: Busca comunidades de lectores y escritores que compartan, discutan y se apoyen mutuamente.
8. Ignorar las críticas constructivas o no tener lectores cero
La inseguridad o el orgullo nos llevan a evitar el feedback, pero contar con lectores cero ayuda a mejorar la calidad de la obra antes de su publicación. Analizar y pensar en las críticas negativas constructivas ayuda a mejorar y avanzar en la escritura.
• Consejo: Pide opiniones sinceras a lectores de confianza antes de publicar. La perspectiva externa te ayuda a ver detalles que podrías pasar por alto.
9. No definir el público objetivo
Publicar sin tener claro para quién es el libro hace que la promoción sea menos efectiva y que el libro no alcance a quienes realmente lo disfrutarían.
• Consejo: Define a tu lector ideal. Saber a quién te diriges facilita diseñar la estrategia de marketing.
10. No preparar contenido para después del lanzamiento
La promoción no termina con el lanzamiento (por más que nos pese). Es importante seguir creando contenido para mantener el interés en el libro.
• Consejo: Planifica el contenido para después del lanzamiento, como fragmentos del libro, entrevistas, o discusiones sobre temas relacionados.
Hoy, mientras mi cerebro divagaba con tal de no ponerse a escribir, se me ocurrió esta reflexión. Va en consonancia con un vídeo que quiero grabar (en el futuro próximo o quizás no tan próximo) sobre mi vida como escritora. En ese vídeo (del cual también estaba escribiendo un guion, por cierto) quisiera hablar sobre mi experiencia en el mundo de la literatura y más concretamente, sobre el oficio de escritor. Sí, oficio, así como aquellos antiguos le llamaban a los trabajos. ¿Acaso no suena mucho más poético? Suena rústico, artesanal... Una maravilla.
El caso es que para divagar a gusto no puedo dejar de preguntarme eso de ¿puedo considerarme escritora? ¿con qué derecho? Como he escrito, corregido, editado, maquetado y publicado varios libros, ¿ya puedo denominarse así? Da igual. Quisiera avanzar y desenredar este lío que es mi cerebro en estos momentos (con respecto a la escritura) Tal vez si ordeno mi mente pueda volver a lo importante: escribir.
Siento que ya he escrito algo similar a esta reflexión en algún lado. Lo buscaré. La vida es cíclica. Sin duda. Escribir no es tan sencillo.
Respondiendo a la pregunta del título de esta entrada: SÍ. Tiene tantos matices que no sé si alguien terminará de leer este testamento, pero al menos me servirá para un desahogo de esos que casi es interior y sale en forma de palabras (como no podía ser de otro modo, ¿o es que no somos escritores?)
Llevo un año un poco extraño y a aquella Mónica de enero y sus asuntos de escritura, tan optimista, le diría unas cuantas cosas... Resulta que míster cerebro (algunos ya lo conoceréis de sus anteriores intervenciones) rehúye un poco de la tarea titánica de regresar a la novela que estábamos escribiendo. Pero Mónica, me dirá, es que ha pasado el tiempo y ya no recuerdo qué tenía que escribir. Si queréis un consejo valioso de escritura (que nadie me ha pedido): no dejéis los proyectos a medias. Si es que tenéis ocasión.
Alejarte de esa emoción del principio te desconecta de la historia. Puede que sea ese el motivo por el que tus personajes se han quedado congelados en el tiempo, no se mueven, no hacen nada. [Crisis creativa, bloqueo del escritor]
La emoción del principio es fascinante, la búsqueda de ideas, la estructuración, hacer una escaleta y en definitiva poner la imaginación a trabajar para sacar esas ideas primigenias. Ponerse a teclear después también es divertido (al menos lo es si te gusta escribir). Hasta que llega un momento en el que por X o por B sufres algún atasco o la vida (casi siempre) te dice: un momento, bonita, no tan rauda.
Hay una historia que quiere ser contada y que se me está resistiendo desde hace demasiado tiempo. Probé a dejarla aparcada mientras escribía otra (Ciudad Gris) y funcionó, salvo que cuando quise retomar había perdido el hilo. Y amigos... Perder el hilo de una novela que está por ser escrita es de lo peor que te puede ocurrir como escritor. Dejado atrás el entusiasmo inicial, volver a conectar con esos personajes que ahora parecen simples extraños es una odisea. Imagino que habrá escritores o escritoras que me dirán que no es para tanto, que soy una exagerada o que tengo que ponerme a trabajar en mis escritos. Toda la razón. Pero mi caballo de batalla es mi cerebro pendenciero.
No es la primera vez que me ocurre, (en anteriores episodios: crisis creativa) pero quizás en esta ocasión soy más consciente que nunca (una que se hace vieja) Y de pronto la lluvia de excusas para no escribir se convierte en un auténtico mar. Me diréis tranquila, estamos en agosto, vacaciones, bla, bla, bla... Y justo por eso tengo que luchar más que nunca contra mí misma y mi dispersión. Es que cuando le digo a mi cerebro aquello de: oye, ahora que tenemos un tiempecito, ¿por qué no nos ponemos a escribir y así terminamos el borrador aunque sea?
Cerebro hace la croqueta y se aleja con disimulo, a su paso deja un reguero de planes mejores que escribir: graba vídeos, edítalos que te gusta, ¿no te parece que escribes géneros muy distintos? ¿no sería mejor que te creases un pseudónimo para cada uno de esos géneros? Uy, mira esa habitación de ahí, necesita una limpieza... BASTA.
Es agotador. Por mucho que utilicé el método del copo de nieve para hacer la escaleta de la novela según iba avanzando cambié varias cosas, lo cual hace que retomar la escritura sea todavía más complicado. Hubo un momento en el que creía que ya podía volver a la historia, cuando leí lo que ya había escrito y empezaba a conectar de nuevo, pero no. No es tan sencillo.
Tengo un reloj que me avisa cuando llevo demasiado tiempo sin moverme, ojalá tuviera otro que me avisara cuánto tiempo he perdido viendo tonterías en vez de escribir, por ejemplo.
Recuerdo que en febrero de este año me impuse un reto de escritura. Consistía en escribir un poco cada día durante 21 días (esos que dicen que hacen falta para adquirir un hábito) y la verdad me sirvió mucho en aquel momento. ¿Qué pasó después? Pues estaba estudiando para el teórico del carnet de conducir y esa fue la mejor excusa para empezar una nueva etapa de anotaciones en la agenda del tipo "hice de todo menos escribir". Luego llegaron unos meses convulsos en lo personal (eso sí que no fueron excusas de míster cerebro) y aquí estamos, a 20 de agosto como quien no quiere la cosa. Con una sensación de lentitud pero de rapidez al mirar atrás.
Lo que le asusta a mi yo escritor es que sabe que debo reescribir el prólogo para que tenga consonancia con las nuevas ideas que surgieron... Eso ya supone un esfuerzo que parece ser no estoy dispuesta a asumir así como así. Aunque me ponga metas no suelo cumplirlas a menos que tenga unos plazos marcados. Pero nadie te espolea en la creación literaria a menos que una editorial te encargue un libro o similar. Has de ser constante por y para ti mismo.
Volviendo a la pregunta del título: Sí, es difícil escribir una novela y no solo por cuestiones de estilo literarias o creativas, que también. Para mí tiene mucho que ver con la manera de ser de cada escritor o escritora. Y si eres una persona dispersa y encima te gustan muchas cosas distintas, y además nadie te "obliga" a escribir, todavía es peor. No hay un contrato que te diga que tienes que terminar mañana o el mes que viene, pero demonios, ¡quieres poner punto final a esa historia!
Ayer en Instagram alguien preguntaba: ¿por qué escribes? Y respondí: escribo porque las historias acuden a mí y no puedo dejar de escucharlas. Así es. Hoy acabo de ver un tweet que preguntaba algo similar y alguien respondía: (escribir) es como tirarse en paracaídas sin él, que de repente te crezcan alas y eches a volar, perdiéndote entre las nubes de tu imaginación. Bellísimo, poético y la pura verdad.
Ojalá pudiera ser de otra manera. Simplemente, sentarme a escribir sin pensar en nada más que en disfrutar de ese momento, pero entonces no sería yo, sería otra persona. Sé que un día lograré poner fin a esa historia y el mundo la conocerá y entonces recordaré esta disertación que me sirvió de guía para enderezarme en el camino, y me sonreiré: lo lograste.
¿Recordáis aquel programa de Samanta Villar 21 días…? Dicen que es el número de días necesario para que una tarea se convierta en un hábito, si consigues hacer algo durante ese tiempo después podrás seguir sin problema.
Esta idea me surgió para hacerla en formato vídeo para mi canal de YouTube, pero como me propuse escribir más durante este año no tenía demasiado sentido compartirlo de ese modo. Además, hacerlo en video requiere no solo prepararse para escribir, sino disponer la cámara, el micrófono, comprobar los ángulos de grabación... Y después editar todo el material que saldría de 21 días 🤯 👩🏻🦳
Por tanto, decidí que lo escribiría. Escribirlo me ayuda a seguir escribiendo 🤣 Y entre escrito y escrito, nace una novela.
Antecedentes: empecé a escribir esta historia a principios del año 2023, pero por el camino me ocurrieron varias cosas🫂entre ellas, que escribí, edité, corregí, maqueté y publiqué otra novela, Ciudad Gris, un thriller de misterio, que no tiene nada que ver. ¿Por qué hice eso si estaba con esta historia? Lo expliqué por varios sitios, dejo enlaces por si os interesa.
Es importante pues, saber que no estoy empezando desde cero, que antes de ponerme con la escritura he hecho una escaleta (bastante trabajada para lo que yo soy normalmente) he construido una estructura y más o menos tengo claro todo lo que sucederá en la historia. Considero que antes de empezar la escritura de la novela en sí, es necesario pasar por esas fases de búsqueda de ideas 💡, creación de personajes, mundos y tramas secundarias, elección de narrador, tono, género, etc...
Por eso estos 21 días serán de escritura "bruta" en el primer borrador de la historia. Tengo escrita la introducción (por terminar o perfilar), el capítulo uno y el capítulo dos. El marcador de palabras no está a cero, hay ya unas 10.000 palabras.
Suelo hacer mis avances en palabras, otros escritores lo hacen en tiempo dedicado o en páginas. No hay una manera única de escribir un libro, esta es la mía. Me pongo metas que me permitan llegar al número de palabras que quiero que tenga la novela. Este aspecto lo trabajé al inicio, cuando decidí la extensión (aproximada) de la historia, el número de capítulos, el narrador y el punto de vista. Mientras preparaba la escaleta, ese momento estupendo de búsqueda de ideas, la premisa inicial fue cambiando poco a poco convirtiéndose en algo más grande de lo planeado 😁 (como no, gracias a mi imaginación desbordante, a menudo tan difícil de controlar)
Para este nuevo reto de escribiendo lo máximo posible en 21 días, me he descargado la app Writeometer, una aplicación para escritores que puede motivar. Sirve para delimitar un tiempo de escritura, sumar palabras, programar alarmas y obtener recompensas. (No está disponible para descargar en la Play Store, pero puede buscarse y encontrarse igualmente)
Para escribir no sigo una rutina concreta, me basta con silencio (o música de concentración) un café y el ordenador. La libreta a un ladito por si hace falta anotar y ¡a escribir! En el primer borrador lo más importante es conseguir sacar la historia como sea, sin grandes florituras ni pretensiones, eso llegará después con el segundo borrador, el tercero, el cuarto, la edición… Cosas para la Mónica del futuro.
Tampoco tengo un horario, porque un día podré a una hora y otro a otra, me vale con poder reunir la concentración necesaria y resistir esos 50 minutos (descanso 10) y otros 50. Eso sería lo ideal, pero no siempre es posible. A veces me pongo de fondo a otras personas que están escribiendo o haciendo alguna tarea y lo transmiten, vía Twitch o YouTube, si me coincide.
➡️En Twitch, Sheila G. Frutos de lunes a viernes de 16:00 a 18:00h
➡️En Twitch Nia Area de lunes a viernes de 17:00 a 19:00h
Ahora sí, vamos allá con la escritura. Es jueves, día 1 de febrero. Comenzamos.
Bien está lo que bien acaba, que dice el otro. Después de iniciar el año 2023 con esta suerte de "Diario de escritora"que como yo misma vaticiné, NO sería un diario, ha llegado el momento de la despedida. Pero no es un adiós definitivo, es solo un hasta luego.
Cuando esto se publique, seguramente estaré ya esperando a que den las 12:00 de la noche, suenen las campanadas y comience el 2024. Como siempre, empezaré el año durmiendo 😅 En 2022 no comí las 12 🍇 (ni 6 partidas a la mitad) sino que cada campanada la acompañé de un gusanito, sí, esos blanditos de maíz 🌽 Todo lo que me permitían mis casi recién estrenados brackets por aquel entonces. Han pasado doce meses, aunque no doce causas y los asuntos literarios han ido creciendo y decreciendo.
No quisiera hacer aquí un repaso de las lecturas de 2023, pues esa entrada ya debe estar publicada muy cerquita de esta (Booktag fin de año: Lecturas 2023) Finaliza el año, finaliza el recuento de días. En adelante, escribiré mucho, ya que es uno de mis propósitos más firmes para el 2024, pero no contando los días. Al final terminé dando tumbos por 2023, escribí sí, pero ¿lo suficiente?
Contar los días que transcurren es agobiante, de pronto me imaginaba que llevaba días sin escribir nada en este diario y ya me entraban los siete males. ¿Por qué si nadie te obliga? Que diría mi hermana. Pues verás soy una persona extremadamente exigente conmigo misma, date un respiro, me digo, no, me respondo. Así de exigente con todo lo que hago, incluido escribir aquí cualquier tontería como ahora mismo.
Lo que importa es escribir.
Como en la cápsula del tiempo ya debí de contar (es que estoy escribiendo esta entrada antes que la que voy a publicar primero, no te pido que lo entiendas, solo quédate) ha sido un poco extraño en lo referente a mis cuestiones literarias y al mismo tiempo me he dado cuenta de varios errores cometidos, también algún que otro acierto.
*Aclaración*La cápsula del tiempo ha sido solo para dejar por escrito los propósitos y preguntas para el próximo año. Así que paso a relatar mi resumen, que no balance, de 2023 (en asuntos literarios)
Enero comenzaba con unareflexión desde la trascendencia que ni siquiera era de este año que empezaba, sino de 2020, con la que me sentía muy identificada. Y es que la vida es un bucle bastante interesante, al menos para mí lo es. Nacía también el diario de escritora, no solo aquí en el blog-web, sino en vídeo (ver en Youtube) cuando me di cuenta de que hasta entonces mi contenido estaba destinado más a escritores que a lectores (se supone que mi público objetivo son los lectores) Pero sin darme cuenta me estaba alejando de la escritura 🤔 visto en perspectiva. Entonces acababa de editar la novela que escribí en 2021 - 2022 y comenzaba la búsqueda editorial. El agotamiento era evidente, aunque para mí el inicio del año es emocionante. ¡Algo que empieza! Una ilusión. Tenía la firme convicción de escribir casi todos los días en el diario de escritora (JAJA, pobre de mí) De la lista de lecturas pendientes que enumeré en esta entrada del día 11 ¿adivinen qué?
Solo leí (completos) dos. El instituto lo abandoné a medio camino sin saber muy por qué, no conseguía conectar con la historia. Mientras, empecé con la creación de otra novela. Decidí que quería llevar a cabo esa idea que tenía desde hace muchos años de escribir algo en gallego. Pero escribir en gallego es complicado, así que me puse a elaborar la escaleta. El 26 de enero ya estaba con un bloqueo escritor bien interesante...
¿Por qué no puedo escribir sin más? —me preguntaba—. Porque convivo con una mente dispersa y cuestionadora. Y cuesta. Cuesta mucho acallarla y fluir.
Entonces míster 🧠 a quien ya conoceréis si alguna vez habéis leído mis entradas por aquí, se lanzó a los disparates más grandes que se le ocurrían con tal de no afrontar el reto de la escritura. Cerebro hastiado y aburrido dijo: céntrate en el canal del YouTube, graba más vídeos, ¿qué es eso? ¡Mira la etiqueta de #writertube! 🫢 ¡Tantas novedades! Por eso, febrero y marzo me los pasé haciendo vídeos para YouTube, que si entrevistas a escritores (salió mal) que si reaccionando a frases de mis seguidores (mal no, fatal) y así. ¿La novela para traducir al gallego? Abandonada. Bloqueo y cuestionamiento: ¿será que me estoy obligando a escribir? Cualquier cosa en vez de enfrentar la realidad. Míster cerebro y su huida alocada de aquello que le supone más esfuerzo.
A todo esto nació el Arboverso, un lugar relacionado también con la literatura, en esta caso la de terror, ciencia ficción y fantasía. El día después de su lanzamiento (tras meses de preparación) lloré. Y no de emoción, sino de agobio😅Otro sitio al que dedicarle tiempo y esfuerzo. Mi hermana me decía que esa no era la intención, que el Arboverso estaba ahí y que nadie me obligaba a escribir artículos o crear contenido. Ah, pero, habla con míster 🧠 Él y sus cosas.
Abril, el mes de la literatura con la celebración del Día del Libro y la llegada próxima a la apertura del Premio Literario Amazon tambaleó todo el micromundo literario que nunca llegué a formar en este 2023, el año del caos absoluto. Escribiendo una nueva novela, sí señores y señoras, porque me autoconvencí de que lo que pretendía escribir, la novela juvenil para traducir al gallego, eso, me estaba obligando, no es lo que quería realmente. Me lo creí. Míster 🧠 feliz de la vida, porque le daba la oportunidad de comenzar algo nuevo. Ah, pero. En esa ocasión fui más consciente que nunca y le dije: si empiezas esto, lo terminas.
Abril fue el mes de la escritura y sí, escribí mucho (no sé si bien) Casi todos los días conseguía sentarme al menos cincuenta minutos a escribir y según lo hacía el hábito se iba creando. A los pocos días ya no me costaba hacerlo y fluía. Hubo atascos, como no, cuestionamientos y delirios, pero a finales de mayo terminé con la escritura de la novela. Después vino la edición, reedición, corrección y maquetación, junio y julio. ¡Una odisea! Gracias a la inestimable ayuda de mi hermana pude llevarlo a cabo y concederle a mi yo exigente lo mejor que pude hacer en ese tiempo. Terminé agotada, y si me preguntas: nunca más volvería a hacer eso.
Publiqué Ciudad Gris el último día de julio (una época malísima para publicar un libro, todo fuese por participar en el maldito premio literario Amazon)
Agosto el mes de la desconexión fue genial, apenas me preocupé por ver cómo le iba a Ciudad Gris, menudos dolores de cabeza me evité. Y realmente ha sido una historia a la que no le ha ido demasiado bien, aún no sé por qué. Quizás las prisas no son buenas, al fin y al cabo.
En septiembre comenzaba nueva temporada como si la vida fuese una serie de Netflix. Tras la desconexión veraniega todo me parecía más sencillo, concentrarme, crear una rutina, pero una vez más era mentira. Don 🧠 seguía haciendo de las suyas. Por mucho que planeé regresar a la escritura de "El tesoro de las gárgolas" (justo con lo que había comenzado el año) no fui capaz de ponerme al cien por cien. Que si escaleta, que si técnica del copo de nieve... Pero, ¿estás escribiendo la historia? Spoiler: NO.
Lo que hice es grabar y editar un montón de vídeos para el canal de YouTube y si me preguntas por qué, te lo digo: porque me divierto y eso a 🧠 le encanta. Ah, pero, si requiero de él para asuntos de concentración, desaparece. Leer, grabar vídeos, hablar, editarlos... Eso es sencillo. Dedicar un par de horas a escribir ya no tanto. Y tú que me sigues hace tiempo dirás "¿pero entonces no te diviertes escribiendo?" ¡Claro que sí! Solo necesito llegar a ese punto en el que dejo de pensar que cada palabra que aparece ante mis ojos está mal, que cada frase es un sinsentido, que la historia es floja, y esas cosas. Si logro que esa voz se calle, puedo escribir.
A todo esto, la novela que escribí durante 2021/2022 no encontró ninguna editorial que quisiera publicarla. Valoré varias opciones, autopublicar con editoriales de servicios editoriales, como Caligrama o el sello Mascarón de Proa de Almuzara Libros. No me convenció ninguna opción, en especial porque son caras. Tras hablar con mi querido Leandrus, él dijo que creía en esa historia💟Y allá se fue a la lista de espera para un informe de lectura profesional que no estará listo hasta mitad del año que viene, por lo menos.
He perdido la cuenta de las veces que cambié la apariencia de mi página web (procrastinar dirían algunos) buscando el ánimo y la comodidad para seguir escribiendo cualquier cosa. No necesariamente nada coherente, en la absurdidad está el gusto. Solo quería despedirme del 2023 con esta entrada final, la que simboliza el fin del recuento de días y da paso a un año de escritura (o eso espero porque después siempre es lo contrario 😅) No se puede planear demasiado, porque el destino a veces es pendenciero. Organizas y organizas y viene y la vida y te dice: NO.
Aún recuerdo aquel horario tan bien estructurado que me hice a principios de marzo de 2020 y vino el coronavirus y dijo: NO. Y así entre noes y síes, aquí nos hallamos, un año más, un año menos.
Si estás leyendo esto, te deseo un feliz y próspero 2024 y si quieres déjame un comentario para que sepa que estás ahí al otro lado, y al menos alguien lee estos desvaríos finales🍇 Soy muy consciente de mí misma, de mis aciertos y errores, me analizo y vuelvo a analizar, todo sigue igual.
Nos leemos muy pronto, ya sin cuaderno, pero aquí de todos modos.
Gracias por leerme, te dejo una fotografía de algo que me ha hecho muy feliz este año 2023 y no, no son libros ni personas (que también hay de ambas cosas) Es una cosa que nunca había hecho: subirme en un avión. Adoro las nuevas experiencias. Gracias, mi Leo.
M-F
Se acaba el año y también el año lector. El año pasado hice este Booktag de fin de año, que había visto en el canal de YouTube de El búho lector y quise repetir experiencia porque me parecen unas premisas muy interesantes. 2023 no ha sido un año tan fructífero en lecturas como el anterior, pero también escribí, edité y publiqué una novela, Ciudad Gris y eso siempre resta tiempo (y ganas) de leer. También hice varios informes de lectura (que no cuentan como libros leídos, pero deberían porque encima se leen a una profundidad mucho mayor)
2023 es el año que más libros a medias dejé🫢
Según Goodreads he leído diecisiete libros. Dos de no ficción, ocho de grandes editoriales y siete autopublicados o de pequeñaa editorial.
✨ ENERO: Primer libro que leí en el año (o el que terminé en enero)
Harry Potter y la Orden del Fénix
Venía leyéndolo desde noviembre del 2022, el año que decidí leer la saga de Harry Potter. Se me hizo un poco largo (de hecho lo es, como dije en la reseña en GoodReads). Lo más destacado: Dolores Umbridge.
✨ FEBRERO: Libro más corto que leí en 2023.
El largo funeral del señor White
Cuando no daba conseguido centrarme en leer nada sin abandonarlo, encontré este pequeño relato en mi Kindle y fue una suerte dar con él, porque me sacó del bloqueo lector. Por aquí dejé escrita una pequeña reseña.
✨ MARZO: Autora favorita del 2023.
Ana Bolox y su libro "Mentalidad de escritor"
Me encontraba un poco hastiada de la escritura o más bien perdida. En este libro encontré el motivo por el que realmente amo escribir, no como si no lo supiera, pero a veces está bien acordarse.
✨ ABRIL: Libro infantil favorito.
No leí ningún libro infantil.
✨ MAYO: Libro con una portada bonita.
La isla de Hamingja de Gloria Carrasco
Es minimalista, muy bonita.
✨ JUNIO: Audiolibro favorito de 2023.
Sigo sin poder escuchar audiolibros.
✨ JULIO: Libro más largo que leí en el año.
La Torre Oscura VII • Stephen King
Con sus 896 páginas. El cierre de la tercera relectura que dejé plasmado en reseña de La Torre Oscura VII y también en un repaso por mi opinión (en vídeo) sobre esta obra maestra.
✨ AGOSTO: Libro que leí más rápido.
Errores de escritor • Cristina Grela
Leído y terminado en el propio día 😁 más rápido imposible.
✨ SEPTIEMBRE: Un autor nacional que leí en 2023.
Berta Mongé • Dar a sombra
Una colaboración con una editorial me llevó a descubrir a esta autora barcelonesa que escribió esta historia en forma de casi diario, muy íntima.
✨ OCTUBRE: Un libro de terror.
La maldición de Hill House • Shirley Jackson
Un clásico entre los clásicos de historias de casas encantadas, leído (como no) en el mes por excelencia del terror, como en la propia premisa: octubre. En la reseña de La maldición de Hill House cuento más impresiones de esta lectura que leí con el club de los innombrables.
✨ NOVIEMBRE: Libro que quiero leer antes que termine el año.
Percy Jackson y el ladrón del rayo • Rick Riordan
Una lectura que comencé con mucha ilusión junto al Club de los innombrables, pero me quedé al 70%... No termina de engancharme pero a estas alturas de la lectura, la terminaré.
*Por algún motivo, GoodReads no me contabilizó el libro "Siete islas" de Jonás Ramírez Molina del que hice una reseña en YouTube. Así que fueron 18 libros leídos.