Cute Black Pencil Crisis creativa: bloqueo del escritor, qué es y cómo enfrentarlo

Crisis creativa: bloqueo del escritor, qué es y cómo enfrentarlo

En muchas páginas web se pueden encontrar distintos consejos para superar un bloqueo creativo, para salir de él o simplemente para conocerlo antes de que llegue. No es la primera vez que me encuentro inmersa en uno, pero sí la primera vez que voy a compartirlo. Escribir esto me sirve de ayuda frente a mi propio bloqueo, un bloqueo de escritura que al mismo tiempo no lo es, porque, sino ¿cómo podría escribir esta entrada? Intentando poner en orden los pensamientos y con este análisis, he decidido dejarlo por aquí también por si a alguien le sirve de utilidad en algún momento.

A menudo leo en esas páginas de consejos que el bloqueo se da solo cuando te quedas sin ideas, la temida hoja en blanco, ya no tienes nada sobre lo que escribir, el río creativo se ha secado y solo quedan los lamentos. Sin embargo, creo que esa idea es un poco desacertada en ocasiones. Se dará en muchas casos, que duda cabe, pero también estoy segura de que algunos bloqueos no suceden por este motivo. Los escritores y escritoras tienen miles de ideas por desarrollar guardadas en carpetas, pendrives y en la nube. No es la falta de ideas. ¿Entonces qué es? 

Un bloqueo del escritor ocurre cuando no puedes escribir o ni siquiera lo intentas, por el propio hecho de tener que enfrentarte a ello. ¿Miedo? ¿Perfeccionismo? Veámoslo en detalle.

Lo mío es un tanto peculiar, ya que no es que me haya quedado sin ideas (precisamente creo que es algo que me sobra), que la imaginación de pronto me haya abandonado (quizás esto sí) o que ya no sepa escribir. Es más bien una sensación agobiante en el propio momento de enfrentarme a la escritura. ¿Enfrentarme? Dicho así, parece una tortura. El problema principal es que no logro entrar en la historia que quiero escribir (de la que ya tengo una escaleta previa). Al no poder estar dentro, no imagino a los personajes moviéndose, simplemente no están ahí.

Bastante difícil de expresar con palabras. Es un sentimiento profundo, inexplicable.

Es como querer contar algo y no tener ese recuerdo en la mente, no puedes contarlo. Muchos escritores no necesitan ver nada en particular para escribir, solo escriben lo que tenían pensado para ese capítulo en particular: fulanito de tal va a pescar y se encuentra con una caña que no es la suya y resulta que alguien le ha robado la caña. Qué sé yo. Escriben, sin más. Perder esa capacidad de vivir la escena en la mente me produce otras consecuencias, entre las más destacadas:

- Cada frase que escribo es una basura.

- La historia es aburrida.

- No me gusta lo que estoy escribiendo.

Tengo que recordarme que estoy ante el primer borrador, no tiene que ser perfecto, tan solo debe hacer que la historia pase desde la mente al papel mediante el teclado. Solo escribe. Tampoco es difícil, ¿a qué no? Pues sí. 

El segundo problema para mí es la falta de concentración y de una rutina de escritura. Si mientras intento escribir (además de lo mencionado) estoy pensando en otras cosas es lógico que me cueste más. Añádele que no tengo un horario determinado para ponerme con la tecla. 💣 Explosión cerebral.

Enfrentar estos detalles me ha llevado casi un mes de análisis e investigación de por qué me estaba ocurriendo esto y al fin creo que he hallado una solución. Además de las cuestiones citadas (querer escribir perfecto a la primera, falta de concentración...) se añade una más y quizá la más importante de todas: no sentía una conexión verdadera con lo que quiero escribir.

Veréis, durante el proceso pre escritura la emoción por el nuevo proyecto es increíblemente alta. En esto estarán muy de acuerdo mis amigos escritores. Una nueva idea o tal vez una vieja que vuelve con fuerza y se cuela reclamando su sitio. De repente no dejas de pensar en la historia, los personajes, su mundo, los sucesos que acontecerán. Con ese ánimo elevado creas una estructura, la escaleta, las ideas novedosas (y que te parecen lo más de lo más) se cuelan en tu mundo mundano. Sin embargo, pasa el tiempo y todavía no estás escribiendo como tal, sigues con el desarrollo o como en mi caso, otra historia te reclama.

Alejarte de esa emoción del principio te desconecta de la historia. Puede que sea ese el motivo por el que tus personajes se han quedado congelados en el tiempo, no se mueven, no hacen nada. Es el fin de la imaginación. Aunque suene muy crítico no lo es. Resulta que la emoción inicial por la historia sigue estando ahí, en el fondo de la mente. Solo hay que saber encontrarla. Recordar muy bien qué es lo que querías contar cuando comenzaste. 

Y al conectar algo hace clic a nivel muy profundo. Así nacen las historias, de un modo extraordinario. No es fácil, por supuesto. A veces descartarás esa idea del principio y la cambiarás, tirarás todo a la basura o lo modificarás tanto que ya no se parecerá a nada de lo que habías escrito, pero no importa. Sigues escribiendo.

Enfrentar un bloqueo es muy difícil y para cada persona es distinto. Según mi experiencia, la mejor manera de enfrentarlo es:

-- Conocer el motivo por el que se está produciendo. Investigar, analizar y pensar mucho los porqués.

-- Meterse en la historia, volver a leer lo que ya está escrito (si hay algo) seguir con el desarrollo de los mundos y personajes, idear nuevas tramas secundarias o encajar hilos que quedaban sueltos. Cualquier excusa para volver a la emoción que te llevó a querer escribir esa historia en particular y no otra.

-- Escribir.

Aquí todavía no había superado el bloqueo creativo

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