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Día 58 de 365: procesos creativos • Escribir un libro



El otro día se me ocurrió una idea para grabar un vídeo para YouTube, aunque en principio iba a ser una entrada para esta suerte de diario escritoril. Lo cierto es que la reflexión base me quedó a medias, porque quería hablar del proceso de escribir en sí, para mí la peor parte de la escritura, ¡aunque parezca increíble!... Por suerte, siempre queda la palabra escrita para terminar de ahondar en el asunto. 


En el vídeo podéis escuchar las distintas fases por las que paso en el proceso de escritura de un libro a día de hoy (digo a día de hoy, porque puede que a día de ayer fuese distinto) 
  • Decidir qué voy a escribir (género, temática, longitud...)
  • Búsqueda de ideas y escaleta
  • Escritura en sí
Es ese momento el que más temo. Y como escritora no entiendo que esto pueda ser así, ¿no se supone que es dónde más debería disfrutar? El problema viene al pensar demasiado. Vale, ahora voy a escribir mi libro. Después de buscar ideas y ordenarlas, aquí estoy frente a mis hojas en blanco. Si escribo rápido y sin pensar demasiado, luego vendrán los problemas en la edición y no serán pocos (como me ocurrió en La ventana de Nora). Decidí entonces esta vez escribir con más calma, pensando cada frase, cada movimiento y cada escena💣💣💣💣 Pobre de mí.

El problema de tener tanto tiempo para pensar mientras estás elaborando las frases es que de repente todo me empieza a sonar fatal: el tono no es adecuado, este personaje me cae mal, qué bazofia, sin embargo, quiero seguir escribiendo porque sé que el resto de capítulos están ahí esperando y la historia que imaginé me gusta mucho. Si no puedo avanzar, me frustro porque quiero acabar enseguida (la impaciencia es otro de mis males) 

Se necesita algún tipo de rutina y horario, silencio o música. Cada cual lo hace a su manera. Escribir es un trabajo creativo y como tal es más difícil establecer un momento oportuno para hacerlo. Si trabajas en una oficina y tienes que hacer cien facturas al día es algo mecánico, hecho casi por costumbre y práctica. Escribir tiene también su parte mecánica (en especial teclear en el ordenador, algo que puedes hacer más lento o más despacio) debes formar frases: sujeto, verbo y predicado, hacer que concuerden y que tengan sentido. Todo tiene una estructura base. Pero la creatividad va y viene, no está disponible cuando la llamas ni cuando te sientas en el ordenador (¡ojalá!) Tiene que ver con las circunstancias de tu alrededor y también con tu propio ánimo. 

Es complicado avanzar si justo donde te atascas es el momento de escribir, ese momento que más debería fluir. 
Seguimos intentándolo.
¡Nos vemos en la próxima hoja del cuaderno!

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