A menudo se confunden estos términos e incluso se creen análogos, sin embargo, no lo son. Un beteo (o lectura cero) no profundiza al nivel que lo hace un informe de lectura. En esta entrada presento las principales diferencias y similitudes, así como los aspectos que un escritor debe tener en cuenta a la hora de contar con un lector beta o un informe de lectura profesional. 

*Importante: existen lectores beta profesionales (como mi querida Azucena) cuya lectura se asemeja más al informe que a un beteo. En esta entrada me refiero solo a lectores beta no experimentados, cualquier persona que puede ejercer como lector beta solo por el hecho de saber leer. 

¿Qué es un lector beta o un beta reader?

Un lector beta, en el contexto de esta entrada, es una de las primeras personas que lee un manuscrito inédito y emite una valoración sobre él. Normalmente, son opiniones basadas en gustos subjetivos y sensaciones: trama lenta, personajes carismáticos... La función del lector beta es ayudar a mejorar ese manuscrito mediante anotaciones o la señalización de defectos y virtudes (en opinión del beta)

El término beta proviene del mundo de la tecnología y el software donde se utiliza mucho. Como en beta tester la primera persona que prueba un nuevo programa, un videojuego o un producto, entre otros. 

Es importante y válida la visión de un lector beta en especial si este es el público objetivo de la novela que se betea. ¿Por qué? Porque le dará una opinión clara sobre lo que gustará y no a los lectores de ese género en concreto. Pero, ¡ojo! la lectura beta suele estar cimentada sobre una base de gusto personal, en la que el análisis más profundo (a nivel editorial o de publicación) no tiene cabida. 

A diferencia de un informe de lectura, que es un análisis profesional y detallado del manuscrito desde una perspectiva editorial, la lectura beta se centra en impresiones subjetivas y generales.

Contar con un lector beta (o varios) es interesante para un escritor que necesita que otros ojos, además de los suyos, revisen la consistencia, coherencia, fluidez y armonía de una trama. También para descubrir si esos personajes creados son suficientes y aportan algo al conjunto de la historia. 

¿Cómo encontrar un lector beta? 

Hay muchas formas de encontrar lectores para ese primer testeo del manuscrito. Se deberían tener en cuenta algunas cuestiones fundamentales para que el beteo sea efectivo, y no solo una simple lectura. Pedir a un amigo o familiar que lea la novela no suele ser más que una manera de regalar los oídos del escritor, a menos que haya alguien capaz de leer y salirse del rol de amigo y familiar. La lectura beta ha de ser crítica, no de una forma destructiva ni nada por el estilo, pero sí crítica en puntos importantes que ayuden al escritor a mejorar. Si el resultado del beteo es: me gustó, ¡es genial!, serás el próximo bestseller... Es mejor no tener un lector beta así porque no aporta nada. 

Aunque no es recomendable pedirle a amigos y familiares que sean nuestros lectores beta, las cuestiones de confianza son las que determinarán la selección. Para elegir a otras personas, se deben tener en cuenta unas características clave:

• Lectores comprometidos, que lean mucho a menudo y conozcan el género
• Que sepan expresar su opinión de manera constructiva
• Que aporten
• Que no tengan miedo de decir lo que piensan

A través de las redes sociales hay escritores que piden lectores beta sin tener en cuenta el género que leen, si es el mismo que el del manuscrito o no. En este punto hay también aspectos interesantes que tratar. No necesariamente el lector beta ha de ser un lector de ese género en concreto, pero sí es deseable. Ese lector beta conocerá más el género, podrá dar mejores consejos según sus lecturas y lo que ve que funciona o no, en otros libros similares. Darle a leer la novela a una persona ajena al género puede servir para tener una visión distante de lo que se ha escrito, es decir, una opinión de alguien que no lee de manera habitual ese género será algo como: no suelo leer este género, por eso me aburrí o al contrario: no leo este género, pero me gustó bastante, ¡felicidades! 

Un lector beta hace un análisis de la obra según sus propias habilidades lectoras. No podemos exigirle que conozca el mercado editorial actual o las tendencias literarias. Por eso una lectura beta no incluye una valoración comercial o editorial, como sí lo hace un informe de lectura. 

Hay editoriales que cuentan entre sus filas con lectores beta o lectores cero (también llamados alfa). Personas encargadas de leer el libro en una etapa temprana antes de que pase a las siguientes fases de edición, para que el escritor pueda tener un feedback y solucionar problemas de la trama o personajes. En editoriales pequeñas suele ser el propio editor el que realiza esta función si existe.

Plazos y expectativas

Teniendo en cuenta lo comentado, un escritor no debe lanzar su manuscrito a cualquier parte solo porque necesita una opinión o ayuda para mejorar. La selección del lector ha de ser minuciosa, también las condiciones de la colaboración. Los lectores beta suelen ofrecerse sin recibir nada a cambio, pero se debe «exigir» un mínimo de profesionalidad y un acuerdo tácito para cumplir los plazos de entrega. Como es algo voluntario, nadie está obligado a ser un lector beta, sin embargo, adquirir un compromiso con el escritor significa cumplir con lo establecido en lo pactado.  

El informe de lectura. ¿Qué es?

Un informe de lectura es un análisis profundo, profesional, detallado y estructurado de un manuscrito, realizado por alguien conocedor del mundo editorial y su funcionamiento. A diferencia de la lectura beta, que se basa principalmente en gustos subjetivos, el informe de lectura tiene una perspectiva editorial clara y evalúa aspectos técnicos, narrativos y comerciales del texto.

Un apunte. Existen los informes de lectura destinados a escritores que solicitan este servicio y que tienen pensado autopublicar. La valoración comercial y editorial en este caso, es igual de importante aunque no se tenga intención de enviar el manuscrito a una editorial, porque eso determinará en gran parte el éxito o no de la obra. Si es un género minoritario no obtendrá muchas ventas. Debe ir en consonancia con lo que el autor desea conseguir al publicar su novela. 

El objetivo del informe de lectura es proporcionar al autor herramientas para mejorar el manuscrito, pero también se utiliza para que un editor sepa si publicar o no la historia. Por eso es importante distinguir esos dos tipos de informe de lectura: el que va destinado al editor del que va destinado al propio autor del manuscrito. En esta entrada me detengo más en el segundo. 

El informe de lectura identifica fortalezas y debilidades, revisa la estructura, la trama, los personajes y diálogos y puede variar en profundidad según el lugar donde se solicite. Hay informes "simples" y más elaborados y en cada sitio son diferentes. Para dar un ejemplo, utilizo el servicio que yo misma ofrezco en mi web:

Un informe básico incluye un análisis de entre 5 y 10 páginas de la trama, los personajes, el estilo narrativo, la estructura y la coherencia general. Una opción para los que buscan una evaluación profesional más accesible. Un informe más exhaustivo contiene entre 10 y 15 páginas y profundiza en los mismos aspectos de manera más detallada, incluye además una valoración comercial-editorial, e incluso un ejemplo de propuesta editorial si así se acuerda con el autor. Ver más información sobre mis informes de lectura. 

Así, está claro que una lectura beta (no profesional) no es lo mismo que un informe de lectura. Para finalizar te dejo con las diferencias a la vista en una tabla.