Incluye el relato exclusivo «Lo que hizo el señor Watson»
e-book: 1,00€
DISPONIBLE EN CON LA SUSCRIPCIÓN DE KINDLE UNLIMITED
La edición actual (2021) incluye también el BONUS DEL OTRO MUNDO, un relato nuevo sobre "Lo que hizo el señor Watson" que los seguidores de Sueños de Otro Mundo podrán identificar sin problema.
El grito desesperado resuena en la habitación vacía. La sensación de no saber quién soy se apodera de mi cuerpo y siento el típico caos mental que uno padece al despertar sobresaltado. ¿Qué día es hoy? ¿Qué hora es? ¿Dónde estoy?
—Levántate, jovencita. Aún no es fin de semana —dice mi madre desde la puerta de la habitación. Tan solo puedo ver su silueta con la luz que entra desde el pasillo y me pregunto por qué aún no ha abierto las cortinas como suele hacer todas las mañanas—. Vamos Elisa, te estamos esperando, llegarás tarde al colegio.
Su voz suena afónica y cansada.
Mi boca está tan seca como en la pesadilla y soy incapaz de separar los labios para responder. Por más que lo intento, todo mi cuerpo se niega a colaborar.
Enciende la maldita luz mamá, pienso.
¿Mamá? Mamá murió hace tres años, boba, me respondo y suena como la voz de mi hermano.
Pongo la mochila en el mostrador para guardar la cartera y Charly le da un manotazo sin venir a cuento.
—¡Espera! ¿Qué ha sido eso? —pregunta sorprendido.
—¿Qué ha sido qué?
—He oído... —dice, pero se detiene y pone la oreja en dirección a mi mochila—. ¡Otra vez! ¡Lo he vuelto a oír! ¿Qué llevas ahí, tío? Déjame ver.
—Sí, será… Oye, ¿te importaría volver al coche y comprobar el nombre de Rolan Dint en los registros? Tengo la impresión de que no ha desaparecido.
—¿Cómo dices?
—O no existe o ya está muerto.
Y allí puedo ver al recurrente Tommy, sentado en el bordillo de la piscina con los pies a remojo y como siempre, sonríe; no sé qué es lo que le hace tanta gracia, desde luego si yo tuviera la cara y el cuerpo que él tiene, no encontraría motivos para reír. La sangre reseca apenas se ve, ya que es como un tizón negro por las quemaduras que sufrió en el accidente.
La voz me recuerda a la señora de la televisión con la que, hasta ahora, creía haber soñado, pero no era un sueño, era real. La recuerdo preguntando:
¿Qué es lo que más deseas?
Y yo respondiendo como un idiota que no me vendría mal un aparato para hacer abdominales que los años iban pesando en mi cuerpo. En el papel que tengo ante mí lo pone bien claro:
****MUSCULATOR 2.O****
Debajo con letra más pequeña hay una dedicatoria:
Consiga unas abdominales de infarto con el mínimo esfuerzo (como a usted le gusta, Mr Blackman). Sólo tiene que firmar y podrá lucir un cuerpo serrano de aquí a dos semanas
Y con letra aún más pequeña y con guiño incluido:
Si sobrevive, claro ;)
Una escritora que a mi entender camina en la dirección acertada y que deja tras cada relato, ese buen sabor de boca que dejan los buenos contadores de historias.
Felicidades a la autora y deseando leer, Fuego n°2.