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El otro día, en una pequeña reflexión que me surgió de repente, escribí un hilo en threads sobre lo que callamos los escritores brújula o de descubrimiento. Me refería a esos prejuicios y mitos que existen alrededor de este tipo de escritores (entre los que me incluyo) Ahora, mientras escribía la «escaleta» de una historia, me ha ocurrido algo extraordinario que necesito compartir.
No es la primera vez que me pasa, desde luego, pero se me vino a la mente mi propio hilo sobre los escritores brújula y su proceso creativo. Es cierto que incluso entre nosotros, no todos trabajamos igual (obviamente) hay escritores de descubrimiento que realizan planificación (aunque sea mínima) y otros que solo escriben para descubrir la historia.
Os cuento lo que me pasa a mí en el proceso creativo. Hace años escribí El reino de Cartón (2021) y desde que terminé supe que estaba incompleto (faltaría más) En unas hojas y folios, también una libreta, escribí (con la ayuda de mi hermana Loren) lo que podría ocurrir en la segunda parte de la historia, con título incluido. Sin entrar en detalles, el resumen o mini escaleta estaba sobre el papel desde hace tiempo. Sin embargo, hoy he abierto un documento en blanco para preparar una suerte de índice (a mi estilo) de capítulos, escenas y personajes.
Entonces al escribir en el ordenador siempre voy más rápido que a mano y mientras escribía lo que será el prólogo algo mágico sucedió (no sé si mágico, no es algo romántico al estilo escritores del siglo pasado, para mí es la imaginación encendiéndose en lo más profundo de la mente y saliendo a flote) Cambié lo que estaba en la libreta, una idea mejor tomó forma y le dio sentido. Lo mismo para el primer capítulo. Esto solo ocurrió porque me puse a escribir sobre ello. Incluso en la escritura a mano pierdo mis habilidades, si simplemente pienso en la historia no aparece del mismo modo que si escribo. No hablo de escribir en sí, sino de escribir como método de escarbar en la imaginación (en estos momentos, la locura ya se hace dueña de mis dedos que teclean sin parar) Escribir sobre qué elementos habrá en la historia y dónde los ubicaré.
Según escribía el resumen del capítulo uno lo iba viendo en mi mente con claridad (no así si solo pienso en él, no sé si estaré explicándome correctamente) y al final del capítulo quise meter un buen punto de giro, que cambió también mientras escribía una frase porque en mi mente se dibujó una nueva manera de verlo. Esto es lo que me pasa cuando descubro la historia o parte de ella, y es siempre mientras escribo. No ocurre si por ejemplo tengo un papel delante y quiero pensar en lo que va a suceder en el capítulo 2. Existe una especie de bloqueo que no llego a comprender, pero que se da al menos en mi mente. Me obliga a escribir para descubrir. Y ahora sé que no tengo que escribir la historia completa ni mucho menos, me basta con hacer un resumen amplio, a mi manera (pero escribiendo, no solo con el pensamiento) de lo que veo en mi mente, más bien: poner a los personajes a moverse. Creo que es clave para los escritores brújula.
Admiro a quiénes son capaces de imaginar y definir sobre la escaleta hasta el más mínimo detalle de cada escena, antes de ponerse a escribir (pienso que incluso ellos escriben para descubrir, mientras realizan la escaleta, precisamente) En mi caso, aunque exista este momento de descubrimiento de ideas, sé (por experiencias previas) que cuando escriba el primer borrador aparecerán más ideas igual de interesantes y emocionantes, y sé que debo ponerle freno muchas veces porque si no colapsa.
Me maravilla demasiado el proceso creativo. Cuando siento que algo encaja lo siento no solo en la alegría que me proporciona, también en el estómago, como si recibiera una buena noticia: ¡ese es el camino! Me dicen esas mariposas imaginarias flotando en mis intestinos. Tal vez solo son gases 😁 pero lo he vivido demasiadas veces para reconocerlo como el instante mágico de la escritura.
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