Loki me miraba con sus grandes ojos amarillos verdosos como diciéndome: ¿qué es esto que me has puesto aquí delante? En el fondo él sabía que estaba ante el libro maldito escrito por Stephen King en 1977 con el pseudónimo de Richard Bachman, nombre que utilizó durante varios años para poder publicar al ritmo trepidante al que escribía entonces. Rabia es una novela corta, pero intensa y antes de comenzar con la reseña, me gustaría poner un poco de contexto y explicar por qué este es el libro maldito de Stephen King.
Advertencia: el libro contiene escenas de violencia y abusos explícitos.
Rabia fue el primer libro que King escribió con el pseudónimo de Bachman y tal vez por eso se sintió un poco más libre de expresar cuestiones más perturbadoras que el terror paranormal. También dicen que quería experimentar con ese lado oscuro de la mente y ponerse en la piel de un asesino. Así lo hace y de manera magistral, pero todo esto es bastante controversial por el tema que trata y varios sucesos que ocurrieron en la realidad, allende la ficción.
Después de la publicación del libro, hubo una serie de asesinatos y captura de rehenes que recordaban a lo que Rabia ponía sobre la mesa: la locura de un adolescente que decide llevar un arma al instituto y retener a sus compañeros.
1988: Jefrey Line Cox de 17 años, tras encontrarse con el libro de Rabia en el centro psiquiátrico donde pasaba los días para evitar que se quitara la vida, decidió convertirlo en una especie de permiso fatal para hacer lo mismo que Charlie en el libro. Entró en el instituto con un rifle semiautomático y retuvo a sesenta compañeros para exigir un millón de dólares para fugarse a Brasil. Los compañeros consiguieron detenerlo a tiempo.
1989: Dustin Pierce, un estudiante en Jackson County High School en McKee, Kentucky, armado con una escopeta y dos pistolas tomó como rehenes a una clase entera de álgebra y mantuvo una situación tensa de nueve horas con la policía el 18 de septiembre de 1989, que finalmente terminó sin heridos. La policía encontró una copia de Rabia en la casa de Dustin.
1991: Ryan R. Harris, de 17 años, escuela de Rapid City. Con una escopeta recortada ordenó al profesor que se fuera. El profesor obedeció y Harris retuvo a toda la clase durante cuatro horas. Un estudiante de último año, consiguió arrebatarle la pistola sin que hubiera heridos ni muertos.
1997: Michael Carneal envolvió una escopeta y un rifle en una manta y las llevó a la escuela, haciéndolas pasar como un proyecto de arte en el que estaba trabajando. También llevaba una pistola calibre 22 en su mochila. Carneal fue a la escuela con su hermana y llegó alrededor de las 7:45 a. m. Cuando llegó, se puso tapones para los oídos y sacó la pistola de su mochila. Disparó ocho veces rápidamente contra un grupo de jóvenes: tres muertos y cinco heridos. Cuando todo terminó, Carneal dejó la pistola en el suelo y se rindió ante el director de la escuela. Poco después Carneal fue diagnosticado con esquizofrenia. Carneal tenía en su taquilla una copia de la novela de Stephen King, Rabia.
Fuente: Wikipedia
Tras el suceso de 1997 King decidió que el libro no volvería a imprimirse, se descatalogó y no se incluyó en el recopilatorio de las obras de Richard Bachman. King aseguró: "soy consciente del impacto que determinados productos culturales pueden ejercer en personas influenciables, especialmente jóvenes con problemas".
Está claro que King no quería provocar con sus palabras a estos jóvenes enfermos ni incitarlos a cometer tales acciones, pero Rabia es un libro bastante crudo que penetra en la mente del adolescente Charlie, casi hasta el punto de que parece justificar sus acciones, por la problemática con su padre o lo que le ocurrió en el pasado.
Además, se intensifica por el uso de la primera persona. Charlie tiene 17 años y, sin embargo, da la impresión de que al menos tiene cuarenta por todo lo que cuenta. Su manera de expresarse no parece la de un adolescente aunque sus acciones sí se corresponden a su edad. No puede negarse, a pesar de la controversia, que King logró escribir una novela impactante en muchos sentidos, también en los negativos.
Hay varias escenas perturbadoras y en ocasiones da la sensación de que King (o Bachman) busca redimir a Charlie, justificar sus acciones de alguna manera o al menos es lo que transmite. El desenlace no es inesperado aunque cierto asunto me pareció un poco innecesario. En la lógica de la novela funciona, pero en cuestión de gustos a mí no me agradó.
Como libro maldito arrastra tras de sí esas ganas de leerlo para los seguidores y no seguidores de King, sin embargo, a mí me ha bastado con esta relectura. No lo recomiendo a lectores sensibles con temas como el maltrato físico y verbal, abusos, y violencia.
Lo que más me gustó: la introspección del personaje Charlie, a pesar de que no me cuadraba demasiado que un adolescente hable así.
Lo que menos me gustó: algunas escenas del final.
📌 Algunos libros de segunda mano de Rabia llegan a alcanzar los 100€ en reventa📌
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