Cute Black Pencil Desconexión cerebral | Novelas de más de 100 páginas

Desconexión cerebral | Novelas de más de 100 páginas



En estos días estoy terminando de editar la novela corta El reino de Cartón que saldrá próximamente y decidí mandarlo a imprimir para poder iniciar el REPASO FINAL que será el camino (espero) hacia la publicación definitiva.

Ya que enviaba ese archivo, me dije, ¿por qué no enviar algún otro borrador? Y así me dispuse a rebuscar en mi carpeta creada años atrás con el nombre ESCRITOS MONIKA FEREN. Bien. Allí dentro hay otras treinta y pico carpetas, cada una con una idea para una novela. Algunas con solo una frase, una suerte de sinopsis o ni tan siquiera eso. Luego están las que llevan bastante tiempo ahí esperando su turno... Casualmente, son en las que más he escrito, es decir, tienen más de 100 páginas de word (o Libreoffice 💕) 

Si lo viera desde fuera como espectadora me diría, ¡anda, pues qué tonta! Ya tienes bastantes páginas ¿por qué no trabajas en ellas y las terminas antes que ponerte con otras ideas? Una gran pregunta. Una difícil respuesta.

Hablando con mi hermana de porqué no seguí escribiendo en esas novelas en el momento en que pasaba de las 100 páginas, ella me dio una clave:

El cerebro no puede estar haciendo lo mismo durante mucho tiempo.

Divagaciones, pensé yo. Pero tal vez tenía razón. Cuando comencé a escribir "en serio" fue en 2006, más allá de aquella primera libreta en la que narré una historia creepy. De eso hace ya quince años que se dice pronto. Esa primera idea pasó de las 100 páginas, hoy la tengo ante mí. 

¿Qué pasó para que esa idea fuese abandonada en el más cruel silencio? Veréis... Otras ideas avanzaban por mi cerebro procrastinador por naturaleza y cuando llegué a un punto en esta novela en el que no sabía cómo continuar, entonces ocurrió. Otra idea llegó para quedarse.


Pero tampoco resultó. Y ya estábamos en 2009. ¿Qué había hecho todo ese tiempo con la anterior idea y la nueva? No lo sé. No trabajé en ellas, desde luego.

Otra cosa además de mi cerebro procrastinador por naturaleza es que escribo (o escribía) sin ningún tipo de esquema o apuntes sobre la trama, personajes... Lo que me llevaba a atascarme cada dos por tres, a olvidarme si llevaba tiempo sin estar en la novela y así.

Lo "único" que conseguí rematar con éxito fue una antología, porque eran relatos cortos a los que podía poner un ¿final? Ni siquiera eso porque después siguieron adelante.

En el Nanowrimo de 2015 escribí  a lo loco y sin pensar, lo bien que me lo pasé no tiene nombre y salió algo inesperado y también diferente a lo que había escrito, un poco de distopía y casi ciencia ficción.


Y ahí sigue esperando su final... En este caso, el caos es evidente. Multitud de personajes y escenarios que convergen en un mismo punto. Ahora intenta mover todo eso después de varios años sin estar metida en la novela, imposible. Necesita una revisión y sobre todo, ORGANIZACIÓN

En fin, que parece que mis ideas de más de 100 páginas están condenadas a la extinción... ¡O NO! Es hora de poner la maquinaria a trabajar y si el cerebro se queja tiene dos trabajos: quejarse y desquejarse 

¡A más ver!


Publicar un comentario

0 Comentarios