La importancia de los finales en las novelas de ficción

Antes de nada quisiera desear un feliz y próspero año nuevo a todos los que estéis en este momento leyendo esta primera entrada de 2021. Espero que vuestro año venga cargado de nuevos proyectos, ilusión y fuerza para ponerlos en marcha y mantenerlos en el tiempo. Por mi parte, aunque no he hecho un "balance" como tal del 2020 sí he reflexionado un poco sobre él (en silencio, en la soledad de mi mente) y me he dado cuenta de que ha sido un año de altos y bajos en casi todos los ámbitos de mi vida. En el literario, leí mucho y escribí poco. Dije más que hice y sobre todo aprendí de los errores cometidos. No me gusta marcar propósitos de año nuevo porque considero que las circunstancias pueden cambiar y volverse menos propicias en cualquier momento (véase la pandemia mundial del año pasado) y todo lo que queríamos conseguir se puede venir abajo cual castillo de naipes defectuoso, sin embargo, sí que me he propuesto ser más prolífica en la medida de lo posible y sacar adelante varias historias inacabadas. Como diría Bilbo Bolson:

Yo... tengo asuntos que atender. Los he pospuesto ya demasiado. Lamento anunciar que ha llegado el final. Ahora me iré. Os dedico mi más sentida despedida. Adiós.

En mi caso no se trata de ningún final ni me voy a ninguna parte, ni desapareceré con mi anillo mágico o eso espero. Se me ha ocurrido esta entrada sobre finales por mi propia ineficacia al escribirlos. De hecho, la novela corta que estaba escribiendo y ya editando se ha quedado huérfana de final y todo porque no he sabido ponérselo. Me ocurre a menudo cuando escribo que siento que lo que estoy escribiendo no es lo que debería ser. Como si tuviera el don de la clarividencia y supiera que eso no debe estar así y que tiene que ser de otra forma. No vale de nada agobiarse y es preferible esperar. ¿Esperar a qué? Me dirás. Pues a que suene ese característico CLIC que hace que todo encaje, los engranajes se unan y absolutamente todo cuadre. Me ocurrió escribiendo el segundo volumen de Sueños de otro mundo y sé que me volverá a suceder en esta ocasión. Solo hay que esperar... y no darse por vencido.

Aquí había terminado segur por ese camino. Cuando me invadió el sentir de darme por vencido una vez más, escuché un clic ¡como el de una trampa al cerrarse: te hallas en el antro! Robert Browning_ Childe Rolan a la Torre Oscura llegó.

Mucho se repite que los primeros párrafos de la novela son los más importantes, lo cual tiene su lógica en varios sentidos. Por un lado, si se envía la obra a una editorial, será lo primero que vean y lean y seguramente por lo que decidirán si siguen leyendo o no. Bien, cuidemos esos primeros párrafos o el primer capítulo entero, si me apuras. También es lo que ve el lector después de la sinopsis, la cubierta (muy importante) y el índice, prólogo y demás. Quizá el lector abandone la lectura nada más empezarla por culpa de ese inicio. Además de cuidar el cuerpo de la novela en sí (de poco vale construir un inicio exuberante si después se convierte en cenizas sopladas al viento) considero que es vital y necesario que el final sea lo mejor del libro. ¿Por qué? Porque es la sensación con la que se va el lector. Puede que todo le haya parecido estupendo y llegue allí y se desmorone su sentimiento hacia el libro.

CINCO ERRORES QUE DESMEJORAN UN FINAL

A continuación, destacaré cinco errores en finales que ya he leído en algún momento y que (siempre según mi opinión que no es la única y verdadera, solo mi opinión) hacen que el conjunto del libro se venga abajo. No pondré ningún ejemplo para no herir sensibilidades y porque como ya he dicho, se trata de una opinión subjetiva.

1. Final precipitado

Este es de los peores y ocurre mucho con los relatos o novelas cortas. Parece que crear una estructura para algo corto es sencillo y más bien es todo lo contrario, ya que en tan poco espacio puede que lo único que se desarrolle es la introducción y medio cuerpo. El final aparece de forma abrupta justo cuando estaba más interesante. O lo que es peor, se intenta resolver toda la trama (esto sobre todo en novelas más largas) en unas pocas páginas resultando insatisfactorio. Muchos escritores desarrollan su novela de manera fantástica y la fastidian en el final por querer apurar (incluso yo soy uno de esos escritores precipitados por mi propia manera de escribir)

2. Final con "deus ex machina"

Todo iba rodado hasta que llegas a ese último capítulo o el epílogo y la trama se resuelve por arte de magia. PLUF. El origen de la expresión "deus ex machina" se remonta a la Grecia Clásica cuando, si una obra de teatro se complicaba demasiado, aparecía un dios montado en una máquina (grúa) que daba una explicación divina y quedaba resuelto el embrollo. Una novela debe seguir un camino, sea cual sea, y si va en una dirección no resulta creíble que de repente se solucione la cosa sin más o con la aparición de alguien extraordinario a quien nadie conoce y se cuela en la trama. ¡No y no! Es muy decepcionante.

Deus ex machina también es el episodio 19 de la primera temporada de Lost. Esto no tiene nada que ver con nada de lo que estoy escribiendo, pero me apetecía ponerlo.

3. Final que no llega

Propio de las novelas largas (a veces eternas) y que ocurre también con algunas series y películas. Cuando ya estás teniendo la sensación de que te sobra el argumento es que el final debería estar ya a la vista o simplemente sucediendo. Querer alargar la trama cual chicle que no termina, no es una buena idea, a veces, hay que decir basta. En muchas ocasiones, menos es más.

4. Final que parece un principio

En vez de resolver, enreda. A menos que se trate de una novela que vaya a tener una segunda parte, o una continuación en algún sitio, no tiene demasiado sentido que el final parezca el principio, es decir, que dé la sensación de inicio y de que aún va a seguir desarrollándose algo que después desaparece. Este punto está muy relacionado con el siguiente.

5. Final que no es final

Con esto no me refiero a los finales abiertos (¡que adoro!) sino al hecho de llevar al lector hasta un punto en el cual se espera que los hechos se cierren y se respondan las preguntas y no sucede así. Lo que quiero decir es que si durante toda la novela, el escritor va dejando pistas del final y luego no acontece así, sino que se salta sus propias normas, eso se nota demasiado y deja un regusto agrio al finalizar la lectura.

FINALES QUE MOLAN

Como no todo va a ser errores a evitar, también me gustaría destacar algunos finales que sí me parecen acertados (¿he dicho ya que se trata de mi opinión?).

FINAL INESPERADO_ Cuando un escritor consigue que no sepas qué va a suceder es de lo mejor.

FINAL QUE TE HACE QUERER SEGUIR LEYENDO_ Esto también podría ser ejemplo de un final que no es un final, pero es distinto. Es quedarse con una sensación de te gustaría volver a leer algo del autor o autora, e incluso releer el libro. Querer releer algo de lo que ya sabes el final es sinónimo de que las cosas se han hecho bien.

FINALES REDONDOS_ En donde todas las preguntas y misterios de la trama se ven resueltos de algún modo que resulte creíble.

Y colorín, colorado, este cuento ha acabado. Como siempre, me ha quedado una entrada interminable. Prometo que en este nuevo año aprenderé a ser más concisa. Todo lo que quería exponer es que el final de mi próxima novela EL REINO DE CARTÓN está cocinándose en lo más profundo de mi subconsciente y aun no tengo acceso a él. Al menos no de una forma que sea satisfactoria para mi grado de perfección extremo. Y como premio a que hayas leído la entrada completa, te dejo con el wip (work in progess) de la protagonista indiscutible de esta novela corta de temática fantástica y juvenil que saldrá a la luz en algún momento de este nuevo año 2021 (aún por determinar)

¡Namasté y gracias!

Nube Detormenta es valiente y aguerrida. Su mayor característica es el optimismo del que siempre hace gala, incluso en las situaciones más complicadas. No hay nada que ensombrezca su ánimo, excepto que sus queridos vecinos y amigos deban vivir bajo la maldición de Congel en una era de congelación sin fin.