Relectura agosto de 2020
Intentaré ser precisa y no dispersarme demasiado, cosa harto imposible al hablar del maestro de maestros: el señor Stephen King (con el que reconozco estar un poco enfadada desde la creación y realización de "cierta película" de la que no perderé ni un segundo diciendo nada y que tiene que ver con el título que hoy os reseño)
FICHA TÉCNICA
HISTORIA DE LA TORRE OSCURA
La Torre Oscura comenzó, creo, porque heredé una resma de papel durante el semestre de primavera de mi último año en la facultad. No era una de las habituales de papel de hilo, ni siquiera una de esas coloreadas de "hojas recicladas" que suelen utilizar muchos escritores noveles porque la resma de papel coloreado (y a menudo con grandes fragmentos de pasta sin disolver en su interior) es tres o cuatro dólares más barata.
A finales de los años 60 las cosas eran bien distintas a ahora en cuanto a tecnologías y la economía del señor King no era gran cosa. Trabajaba en la Universidad de Maine y un día, aparecieron ante él varias resmas de ese papel en diversas tonalidades. Él se quedó con la verde. Quinientas hojas de papel en blanco que le aterrorizaron y animaron al mismo tiempo.
Quizá fuera el papel, amigos. Quizá fuera un papel mágico. Ya saben, como en una novela de Stephen King.
Encontrar el papel fue uno de los factores que le llevó a empezar la historia de la Torre, pero había dos más, el segundo es que disponía del silencio clave para poder desarrollar el inicio de algo tan grande como sería esta saga, silencio porque vivía entonces en una cabaña cerca del río cuyo único sonido de fondo fue durante un tiempo el goteo de la nieve que se derretía sobre el tejado. El tercer factor fue un poema que había leído durante una asignatura de segundo curso que trataba sobre los poetas románticos. El poema era Childe Roland, de Robert Browning escrito en 1855.
Stephen King en la Universidad de Maine. Años 70's Fuente: Pinterest |
Al poco de empezar a escribir la historia, la vida creativa de King sufrió una "especie de pausa"
No era una incapacidad de escribir, sino la sensación de que ya era hora de dejar de hacer el ganso con un pico y una pala y ponerme a los mandos de una enorme y potente apisonadora de vapor; la sensación de que ya era hora de ponerme a excavar en la arena e intentar sacar algo grande de ella, aunque el esfuerzo resultara en un fracaso abismal.
Una noche de marzo de 1970 tecleó la frase que daría comienzo a este tomo que hoy reseño:
El hombre de negro huía a través del desierto y el pistolero iba en pos de él.
Pasarían esos largos doce años en donde King se casó, tuvo hijos, enterró a su madre, se aficionó a las drogas y las dejó, escribió otros cuantos libros... El mundo cambió, como observaría el pistolero, y él mismo también, pero en la mente de Stephen King la historia sobre la Torre Oscura seguía latiendo con fuerza.
Cuando logró terminar este primer tomo, El pistolero, revisado por King en 2003 (no he leído esa versión) en la cabeza del escribir existían muchas incógnitas de cómo iba a seguir esa historia, un vasto mundo creado por él mismo que no sabía a dónde se dirigía. Aunque no sabía qué iba a ocurrir en los siguientes libros, reconocía que la historia latía dentro de él, no necesitaba resúmenes ni esquemas para hacer que Rolando alcanzara su ansiada Torre Oscura.
Quizá por esto último algunas de las historias de los siguientes libros no parecen cuadrar con este primero (algo que supongo estará arreglado en la reedición de 2003) este parece mucho más alejado también de la escritura de Stephen King, algo que ahuyenta a sus seguidores que no creen que les vaya a gustar. A estos últimos los animo a que le den una oportunidad a la obra magna (para mí) de Stephen King, no solo por toda esta historia que os acabo de resumir y que él cuenta en su epílogo en este primer libro, sino por todo lo que os cuento a continuación.
RESUMEN PROPIO
Váyase pues, existen muchos mundos aparte de este.
MI OPINIÓN
Narrada en un estilo casi poético, muy diferente a lo que King escribe habitualmente, con una aire que recuerda al Oeste americano con mulas, cantinas, desiertos, pistoleros... Pero es mucho más que eso, es el inicio de una historia enorme, no solo la creación de un mundo, sino de muchos más.
Este estilo puede alejar a los más asiduos seguidores y fieles lectores constantes de Stephen King, también me alejó a mí la primera vez que intenté leer este libro y desistí hasta que encontré el momento oportuno para continuar. Merece la pena leer a este King descriptivo, susurrante, romántico al estilo de Rolando y misterioso... Porque realmente hay momentos en los que no sabes qué estás leyendo, ni donde estás ubicado, ¿en qué cuándo? Habla de mundos que cambian, universos contenidos en una brizna de hierba (después será una rosa en un solar vacío). Vida y muerte, un largo sendero hacia la Torre Oscura que incluso podría ser solo una metáfora. Una Torre que podría ser el sostén de todos los universos existentes.
Una oda a la gran imaginación del maestro que escribió sin esquemas durante muchos años con un inicio, este libro, un tanto ambiguo para todo lo que viene después, que aún así es imprescindible leer, sobre todo para conocer a Rolando, conocerlo y saber qué es capaz de hacer por alcanzar la Torre.
Leed este libro, siquiera para poder responder a todas las cuestiones que quedan abiertas. Seguiré reseñando los siguientes volúmenes de La Torre Oscura según los vaya releyendo. Confieso que estaba leyendo otros libros (y que sigo leyendo alternando con estos) y la Torre me llamó. Como si existiera un momento determinado que hace que sienta la necesidad de volver a esta historia. Como si la Torre me estuviera llamando...
Cinco rosas como cinco soles, y porque no puedo ponerle más.
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