Tres hombres rudos, aguerridos, de gran carácter y fuertes convicciones se enfrentan a todos los obstáculos que se interponen entre ellos y su búsqueda de la felicidad.
- En ‹‹El tormento de ser un D››, la sociedad ha sido dividida por los poderosos en clases sociales (A, B, C y D). Pertenecer a una u otra marca la diferencia en cuanto a las posibilidades de acceder a determinados tipos de trabajo, lo que repercute en el sueldo, la alimentación y el tipo de vivienda en el que los miembros del colectivo pueden permitirse.Un día, un miembro de clase A se adentra en una de las barriadas en las que viven los D para contratar a un hombre que en otro tiempo llevaba una vida cómoda y desahogada. Si acepta el trabajo que le ofrece el A, su familia y él volverán a gozar de esos privilegios perdidos.El problema es que esa extraña cohabitación traerá consecuencias inesperadas.
- En ‹‹Ley de Producción y Progreso››, un hombre terriblemente deprimido desobedece las normas impuestas por el Gobierno en relación al uso de sustancias estimulantes (como la cocaína o las anfetaminas) para la mejora del rendimiento laboral, que ha convertido a España en adalid de la productividad mundial.Su disidencia tendrá consecuencias por lo que, antes de ser capturado para ser trasladado a un centro de detención, inicia una huida que lo conducirá hasta un laberinto de espejos, donde nada es lo que parece.
- En ‹‹El guardador››, un ex-militar trabaja para la rama secreta de Protec, una empresa de seguridad privada, cuyo trabajo es mantener a salvo elementos valiosos durante un periodo de tiempo determinado. No es un trabajo peligroso, pero sí confidencial, por lo que no puede contárselo a nadie (ni siquiera a la mujer de la que está enamorado). Sin embargo, el último encargo se vuelve distinto a los demás cuando unos tipos asaltan su casa, se lo llevan en mitad de la madrugada y no dudan en torturarlo para que les diga dónde lo tiene escondido.
Tres historias de lucha y supervivencia en las que salir victorioso dependerá de lo inteligentemente que jueguen sus cartas.
Detalles
Año de publicación: 2020
Páginas: 250
Editorial: Autopublicado KDP Amazon
Portada: David Orell
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Mi opinión
Si nos vamos hasta Amazon a buscar el libro de Javier Núñez, nos encontramos con que el autor ha decidido dar más relevancia a lo que dicen de su obra más que a su propia sinopsis, por ello nos encontramos con estas cuatro reseñas fantásticas antes incluso de saber de qué va el libro:
Unos relatos distopicos que te absorberán de tal manera que te harán ver el mundo y sus posibilidades de manera diferente.
SONIA, Del blog LEER ES VIAJAR
Javier Núñez de nuevo cautiva con tres relatos de ficción trepidantemente narrados que muestran futuros que pueden aproximarse peligrosamente a la realidad.
ROSA, del blog VIVIENDO MIL VIDAS.
¿Cómo te imaginas la vida dentro de veinte años? ¿Y de cien? ¿Crees que el mundo será igual que ahora? ¿Mejor? ¿Peor? Adéntrate en estos tres relatos y descubre el tenebroso futuro que Javier Núñez ha diseñado para la humanidad.
ANA, Administradora del grupo LECTURAS COMPARTIDAS.
Leyendo estas historias no he dejado de pensar en cómo evolucionará nuestra sociedad en un futuro porque el autor plantea unas situaciones políticas más plausibles de lo que me gustaría imaginar.
BEATRIZ, reseñista en LECTURAS COMPARTIDAS y en SOFÁ, MANTA Y LIBRO.
Con estas premisas, me acerqué a la obra del autor (que me la envió amablemente, ¡gracias!) cargada de ilusión, esperando mucha distopía que sin embargo, no encontré. Tampoco vislumbré un futuro como tal, excepto por dos novedosos asuntos que aparecen en el primer y segundo relato, el tercer relato bien podía estar sucediendo en la realidad (quién sabe lo que nos esconden los gobiernos y no sabemos). Ni tampoco me han dejado pensando en cómo evolucionará la sociedad...
Para entrar un poco más en detalle, presentaré una breve descripción de cada relato (sin spoilers, o eso espero) junto con mi opinión.
Ley de producción y progreso
En un supuesto futuro (no me ha quedado claro donde está ubicado el relato o se me pasó por alto) una nueva ley, La ley de producción y progreso quiere a sujetos activos en la sociedad, que trabajen duro y rápido. Esta ley aprueba el consumo de estupefacientes como la cocaína o las anfetaminas de manera controlada.
Desde la muerte de su novia, Suso no levanta cabeza, ya no mantiene la tensión en el trabajo, según su jefe Perdiguera. Con sus vecinos no le va mucho mejor.
Tiene una cita con un psicólogo que le receta unas drogas que Suso rechaza, porque ya no cree en toda esa parafernalia de la ley de producción y progreso.
La trama da un giro repentino y a partir de ahí gira y gira hasta llegar al final.
Este relato no me ha disgustado, pero observo el principio muy elaborado y el final precipitado, o escaso. No hay equilibrio entre el principio y el final. (Suele pasar en los relatos cortos que no tienen una estructura clara, el principio entra en demasiados detalles y el final se precipita para que no se pase de largo)
Las vueltas que da, en donde nada es lo que parece me mantuvieron atenta a la historia.
El tormento de ser un D
Este es el relato que da nombre a la novela y nos vamos de la mano de Manuel, que en las nuevas escalas de la sociedad A, B, C y D ha descendido hasta la última. Se ha convertido en un D después de haber estado en una posición superior, con todo lo que ello conlleva. La idea de esta separación de clases me ha parecido atractiva, pero no está nada desarrollada. La trama se centra solo en lo que le ocurre a Manuel y en mi opinión es muy poco lo que cuenta de lo que son las clases y qué ocurre con ellas. Ir solo de la mano del personaje principal da la sensación de estar leyendo un relato en primera persona aunque está escrito en tercera. No vemos nada más de lo que le ocurre a otros personajes que aparecen y desaparecen a voluntad del principal, porque solo vemos con sus ojos.
Me parece mejor estructurado que el primero, fluye más, sin embargo, la trama no termino de comprenderla, no porque no se entienda, si no porque para mí, no tiene sentido. No puedo reseñar nada más sin entrar en spoiler, así que tendréis que leerlo.
El guardador
Fran Lafuente recibe un nuevo encargo de su empresa PROTEC que tendrá que llevar a cabo con la máxima discreción, como siempre. Se trata de guardar algo muy importante (que no sabe lo que es). Este último encargo supondrá un antes y un después en la vida de Fran.
De nuevo vamos de la mano del personaje principal, Fran, yendo de un lado al otro con él. Sin entrar en más detalles que lo que está haciendo el personaje a cada momento. Desde que empieza el relato hasta que termina, caminamos junto a Fran, que describe las situaciones desde su perspectiva. Como si de nuevo estuviéramos ante un relato en primera persona escrito en tercera persona. No es que eso sea nada malo, solo es la manera de escribir del autor, pero da la impresión de que se deja mucho en el tintero. Podría haberle sacado más chicha a este relato y a los otros dos.
Mi puntuación
Comprendo que escribir relatos cortos es complicado, aunque muchas personas piensen lo contrario. La estructura es más difícil de construir, no puedes entrar en demasiados detalles del entorno o profundizar en los personajes tanto como cuando escribes una novela más larga, por ello, juzgo los relatos en ese sentido. Si los desarrollase más, ocuparían más, y ya no serían relatos cortos.
Lo que más me ha disgustado, por las expectativas que llevaba al leer la sinopsis, es que no encontré distopía por ningún lado, o no encontré la suficiente o la que esperaba.
Lo mejor
Javier Núñez tiene un estilo propio de escritura. Podría reconocer un relato o novela suya solo leyendo un pequeño fragmento. Eso es algo muy positivo, ya que tener voz propia en la literatura es complicado y lleva su proceso. De estos relatos destaco que ha salido de su zona de confort escribiendo algo diferente a lo que nos tiene acostumbrados.
Lo peor
Como lectora, algo que no me gusta nada es que los personajes siempre o casi siempre tengan el viento a su favor, y que ocurran sucesos casi mágicos que les ayudan. ¡Más trabas para esos personajes! ¡Qué sufran!
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